Rosca feminista para toda la militancia

Por Charo Márquez
@cafeesamor

Los Encuentros Nacionales de Mujeres son un acontecimiento político único en el mundo. Desde hace 34 años, mujeres (lesbianas, travestis y trans) se reúnen en una ciudad elegida en el encuentro anterior y debaten durante 48 horas la agenda del movimiento más dinámico del siglo XXI. Este año se hace en La Plata los días 12, 13 y 14 de octubre, dos semanas antes de las elecciones nacionales, se esperan más de 600.000 personas y la interna no para de crecer.

Como una masa dejada reposar al aire tibio de la primavera, la rosca feminista está levando a tamaños inimaginables. Venimos hablando en Juventud Informada de que el movimiento de mujeres está en un momento de transición, que las asambleas preparatorias del 8M y del 3J habían quedado comidas por las internas y eso se reflejaba en las acciones callejeras. Pero la situación del ENM es inaudita.

Vamos por partes: el encuentro es organizado, cada año, por una comisión autoconvocada y autogestiva que se arma en cada provincia con las referentes locales. Se hacen reuniones abiertas de discusión, organización y demás, pero sobre todo lo dirige la comisión. En algún momento entre 2009 y ahora se pasó de congregar a 20.000 personas a números exorbitantes como el más de medio millón que se esperan en la capital bonaerense.

Por otro lado, desde hace por lo menos tres años, los reclamos en torno a la identidad del encuentro y sus sujetos viene siendo cada vez más fuerte. En 2018, en Chubut, se había decidido (usando los métodos de elección que se dio a sí mismo el ENM históricamente: sin voto, por consenso) que a partir de entonces se llame Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans. Como adelantamos el año pasado, la discusión sobre el nombre no estaba saldada.

Si bien del encuentro participan personas trans desde los primeros 2000, con Lohana Berkins a la cabeza, la idea de incorporarlas formalmente al nombre se venía discutiendo pero así como los discursos TERF avanzan en las asambleas porteñas del 8M, otras voces conservadoras también tienen peso en las comisiones organizadoras.

El otro eje de conflicto no tiene que ver con la identidad de género sino con lo nacional: a la comisión organizadora oficial se le enfrentan dos sectores de activistas que bregan por el reconocimiento de los pueblos originarios y sus territorios. Uno de esos grupos se referencia en el espacio Somos plurinacional.

La comisión organizadora, referenciada básicamente en el PCR y Patria Grande, publicó el viernes el listado de 87 talleres oficiales que van a llevarse a cabo en el ENM. Desde el espacio Somos Plurinacional, sacaron un comunicado en el que denuncian que la CO pretende dejar afuera no solamente las múltiples identidades y tradiciones que efectivamente participan del encuentro, sino, además, 26 talleres propuestos por organizaciones diversas. Entre esos talleres se encuentran los de niñeces y juventudes trans y el que venía trabajando ya sobre la autodeterminación de los pueblos.

Durante el fin de semana circuló en los grupos de whatsapp feministas un comunicado firmado por el PCR en donde se usaban categorías conservadoras y xenófobas para argumentar que si se incluía a las disidencias en el nombre, se abría la puerta para que toda la humanidad participe de los encuentros. Finalmente, el lunes al mediodía el PCR dijo que ese comunicado era apócrifo. Sin embargo, en la página oficial del ENM se sigue hablando de 87 talleres. Una de las excusas usadas por la organización oficial es que imprimir programas con 113 talleres era demasiado caro.

Falta un mes para el encuentro, recién se están abriendo las convocatorias para el alojamiento en escuelas y clubes, todavía no hay claridad sobre las cuestiones de seguridad y logística, la hiper masificación del movimiento y la rosca electoral nacional se montan sobre la tradición encuentrista y la hacen, una vez más, dinamizarse y estallar hasta el paroxismo asambleario universitario. Stay tuned, queda mucha rosca y organización por delante.
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1 Comentario

  • Melisa de Oro dice:

    Me voy a permitir disentir profundamente con la entrevistada. En primer lugar los Encuentros Nacionales de Mujeres no son una espacio exclusivo de feministas, sino que incluye y abraza a todas las mujeres, feministas, y no feministas, de todos los colores políticos y de todas las ideologías, y de todas las personas con identidad de género femenina, es decir, de aquellas personas que hayan nacido con genitales femeninos, intersexuales, mujeres trans y travestis. En segundo lugar, los Encuentros son «Nacionales», porque abrazan a todas las mujeres del país, es decir, no se trata de un encuentro provincial, ni regional, ni municipal, ni hace ningún tipo de referencia a la nacionalidad, etnia, o pueblo de las participantes. Desde el primer Encuentro (1986, hasta el presente) se habilitaron talleres para que las mujeres originarias pudieran dialogar sobre sus problemáticas específicas, algo que, poco a poco, se ha ido ampliando a otras demandas de sectores específicos de quienes pertenecemos al género femenino (en el más amplio, plural y no-biologicista) sentido del término. Nombrar a todas las identidades femeninas resulta difícil y siempre estarán incompletas, o resultarán complicadas de explicar y entender para muchas participantes, por lo cual el término «Mujer» (con la amplitud antes señalada) las abraza sororamente a todas las identidades femeninas, más allá de su orientación sexual, su genitalia de nacimiento, o su posición política sobre las cuestiones del género). Querer «abarcar todo» con palabras como «Diversidad» y/o «Disidencias», cambia radicalmente el sentido y la esencia misma de los Encuentros, al quedar incorporados en esos términos personas que no pertenecen al género femenino, o que rechazan su pertenencia al mismo, como los hombres trans, no-binarios, y masculinidades actualmente «no-hegemónicas. El Encuentro Nacional de Mujeres no es el encuentro de todo el colectivo de la diversidad sexo-género-afectiva, no es la sucursal de las Marchas del Orgullo LGBTIQINB+, es un lugar para que las mujeres que se encuentran en todo el país puedan reunirse, charlar, y conocerse, hablando de las problemáticas específicas que las atraviesan. Y para terminar, quisiera explicar que el término «Plurinacional» tiene connotaciones peligrosas (políticas, geopolíticas, jurídicas, e institucionales) que trascienden, y por lejos, las razonables demandas de los pueblos indígenas de Argentina (respeto a su cultura, reconocimiento de la propiedad colectiva de las tierras ancestrales que ocupan en la actualidad, y que estas sean indivisibles, y libres de cargas impositivas, etcéteras). La «agenda oculta» de la palabra «Plurinacional», es muy amplia y peligrosa para la unidad nacional, y para las poblaciones originarias que dicen defender quienes en forma ingenua, o no tan ingenua, tratan de imponerla a toda costa. El Encuentro es Nacional, y es de todAs. El Encuentro somos TODAS..

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