En respuesta a las declaraciones vertidas a los medios por el ministro de Educación de la Ciudad, Esteban Bullrich, en las que vinculó el tema de la “rateadas masivas de estudiantes” al hecho de que la escuela no brinda los instrumentos necesarios para el “éxito”, el secretario general de Ademys, Manuel Gutiérrez, le propuso un debate público.
Gutiérrez aclaró que “son las políticas de Estado las responsables del desinterés de los adolescentes por la educación. Con un futuro incierto, es lógico que las jóvenes generaciones descrean de la educación, ya que la misma significa una apuesta al cambio social, apuesta que desde el Estado no vislumbramos”.
“Es en las políticas sociales erradas como las que lleva adelante el Gobierno de Macri, y el vaciamiento de la escuela pública donde debemos buscar las causas del desinterés de los adolescentes; la escuela es el espejo de lo que ocurre con el conocimiento en nuestra sociedad, y a la que se le exige que de respuestas a problemáticas que sólo pueden resolver las políticas estatales. Además, se le exige a la escuela sin proporcionarle los mínimos elementos materiales, humanos e institucionales para enfrentar las problemáticas de la sociedad y la juventud”, agregó.
Por su parte, la secretaria pedagógica de Ademys, Susana Colli, declaró que “los docentes nos sentimos agredidos por las declaraciones del ministro Bullrich, que se queja y nos hace cargo del desinterés de los alumnos, mientras que la política de gobierno que plantea es de bajos salarios, pésimas condiciones de trabajo, agresiones y que ha llegado hasta la persecución”.
“Esto se enmarca en la progresiva desprofesionalización y degradación de la labor docente, que nos convierte en trabajadores sin ninguna incidencia en su propio proceso de producción de conocimientos; por el contrario, se nos responsabiliza por la falta de interés de los alumnos, mientras es el propio Gobierno quien no muestra interés en solucionar los problemas de la educación”, sostuvo.
“Y sin embargo, a pesar de las políticas de vaciamiento, la escuela sigue siendo un lugar de reflexión, un lugar donde encontrarse e intercambiar con los otros, un lugar donde se aprende, un espacio privilegiado donde recomponer los lazos fracturados de nuestra sociedad, donde nuestros jóvenes pueden encontrar hoy la contención que los gobiernos no les brindan», finalizó Colli.
Desde Ademys manifestaron, a modo de conclusión: «La actual fragmentación del sistema educativo de la Ciudad, con la existencia de una cifra cercana al 50% de establecimientos y matrícula en sectores privados, financiados en su mayoría por el Estado, no significa una mera diferencia de gestión, sino una profunda fractura social que contribuye a nuestra desintegración como sociedad. Que se refleja, entre otras cosas, en la escalada de violencia que vivimos a partir de la inexistencia del espacio de socialización y subjetivación entre pares de diferentes clases y sectores. La escuela y sus docentes reciben hoy las demandas y expectativas de una ilusión perversa que, ante estas condiciones, no puede satisfacer: es la ilusión de que la educación permitirá un acceso al conocimiento y que éste por si mismo garantizará el progreso social».
El ministro no tiene conocimiento de la realidad o mejor dicho no quiere tenerlo. Soy docente en un colegio nocturno quisiera verlo a el trabajar un mes frente a los cursos a ver si es tan facil.