65 años del Instituto Balseiro

Desde sus orígenes, uno de los objetivos del hoy denominado Instituto Balseiro fue formar a sus estudiantes con una visión de futuro, que tuvieran el sueño de contribuir al progreso del país y trabajaran con coherencia, consistencia y dedicación para lograrlo. A 65 años del inicio de clases surge la pregunta, ¿cómo han contribuido los egresados de las carreras de física e ingeniería del Balseiro al desarrollo de Argentina? En este artículo, integrantes de la comunidad académica y especialistas de la ciencia y la tecnología profundizan acerca del tema.

Creado a partir de un convenio entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la UNCUYO que se firmó el 22 de abril de 1955, en el entonces “Instituto de Física de Bariloche” comenzó el cursado el 1 de agosto de ese año. José Antonio Balseiro fue su primer director, y quien marcó el “rumbo” de la institución, a pesar de su temprano fallecimiento, a los 42 años, en 1962.

Primero fue un instituto donde se formaban profesionales de física para generar conocimiento y formar recursos humanos en el área. En 1977, y con el fin de desarrollar la energía nuclear con usos pacíficos para el país, se abrió la carrera de Ingeniería Nuclear. En 2002 se sumó la carrera de Ingeniería Mecánica con el propósito dar soporte a las actividades asociadas al desarrollo productivo de la industria nuclear.

En 2013, con la demanda del Poder Ejecutivo Nacional de aportar al desarrollo de las telecomunicaciones, se creó su carrera más nueva: Ingeniería en Telecomunicaciones. Además, se ofrecen siete carreras de posgrado que fueron apareciendo al ritmo de la necesidad de crear conocimiento estratégico y una mayor demanda laboral especializada: tres doctorados, tres maestrías y una especialización que forman a sus estudiantes en distintos campos de la física y la ingeniería.

Al respecto, el director del Instituto Balseiro, Mariano Cantero, quien es egresado de Ingeniería Nuclear de este Instituto, expresó: “Del Balseiro nace el Centro Atómico Bariloche. Aquí se graduó Conrado Varotto y Cacho Otheguy, creadores de INVAP y CONAE. Acá también se creó la primera carrera de Ingeniería Nuclear de Latinoamérica, que derivó en que el país pudiera terminar Atucha II y se exportara tecnología nuclear al mundo con CNEA e INVAP. Tenemos egresados que son miembros de distintas academias nacionales de ciencias de distintos países”.

“El Instituto Balseiro ha sido exitoso en estos 65 años de vida en crear conocimiento de punta y formar recursos humanos que no tienen techo para su desarrollo; pero también ha aportado mucho a dar sustento al desarrollo de actividades tecnológicas y productivas en el país. El desafío de Argentina a corto y mediano plazo es consolidar el desarrollo del país en base a una matriz productiva soportada por la ciencia, la tecnología y la innovación. Ahí tiene que estar el Instituto aportando”, agregó el funcionario.

Por su parte, Osvaldo Calzetta Larrieu, presidente de la CNEA, comentó que desde su nacimiento el Balseiro fue un gran formador de recursos humanos de altísimo nivel., y que muchos de ellos aportaron resultados y éxitos sustantivos en el campo de la ciencia y tecnología a nivel nacional e internacional. “De esta trayectoria formaron parte tanto egresados como profesores en numerosas iniciativas ligadas a grandes logros de la CNEA en general, a las centrales nucleares, a la realización de los centros de medicina nuclear, al enriquecimiento de uranio, a la exportación de reactores de investigación – proyectos en los que formé parte- tanto a Argelia (NUR) como a Egipto (ETRR II) o Australia, entre otros hitos trascendentes”, explicó Calzetta.

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