¿El futuro cercano es feminista?

Por Tamara Tenenbaum (@tamtenenbaum) y Charo Márquez (@cafeesamor)

Hace poco menos de un año, el 14 de junio de 2018, la Cámara de Diputados daba media sanción por primera vez en la historia argentina a un proyecto de legalización de la interrupción del embarazo. Esa noche que pasamos en la calle nos emocionamos y nos ilusionamos, y no solamente con la legalización del aborto: también con una generación de legisladoras dispuestas a ponerle el cuerpo a la causa, a construir con quien hiciera falta y desafiar a las estructuras partidarias en pos de un objetivo común, simple y claro (pero nada modesto). El grupo denominado L@s Soror@s -integrado también por Lipovetzky y Leonardo Grosso, cuyos futuros también se dirimen en esta elección- fue tapa de los principales diarios y fue, durante esos meses, la Liga de la Justicia parlamentaria, la demostración empírica de que la transversalidad era posible y había llegado a nuestro Poder Legislativo. La ley del aborto, no hace falta recordarlo, murió en el Senado: pero ¿qué pasó con esas políticas que nos deslumbraron con su lucha y sus discursos el año pasado? ¿Tuvieron oportunidades para crecer al interior de sus agrupaciones políticas? ¿Hasta qué punto está abierto el sistema de partidos al feminismo, sus demandas y sus referentes?

Muchas de ellas terminan su mandato este año: Victoria Donda (Somos), Mayra Mendoza (Frente para la Victoria), Araceli Ferreyra (Movimiento Evita), Silvia Lospennato (Cambiemos), Teresita Villavicencio (Evolución), Lucila de Ponti (Movimiento Evita) y Karina Banfi (UCR). Otras referentes de esta gesta, Gabriela Cerruti y Vanesa Siley (Frente para la Victoria – PJ), Josefina Mendoza y Brenda Austin (UCR) y Romina del Plá (FIT), continuarán sus mandatos hasta 2021.

Para este octubre, y al día de la fecha, no son muchas las que tienen un lugar asegurado en una lista. Donda está haciendo campaña, aunque todavía no es claro para qué puesto. Lucila De Ponti, por otra parte, ya reveló que va a presentarse como diputada provincial en Santa Fe. Aunque sea una suerte para el pueblo santafesino contar con una representante de la talla de De Ponti, es curiosa la decisión de sacar de la cámara nacional a una de las diputadas que más visibilidad tomaron en 2018. En otras noticias, que no se traducen automáticamente en una candidatura, Teresita Villavicencio denunció penalmente a la fiscal Giannoni por su accionar en el caso de “Lucía”, la niña de 11 años que fue violada, privada de su derecho al aborto legal y sometida a una cesárea; así y todo, la intervención de Villavicencio fue cubierta “con discreción” por los medios. En una nota de Marcos Shaw para Infobae de febrero, se afirma que Silvia Lospennato -recordada, entre otras cosas por darnos uno de los mejores memes de la historia de Twitter-, va a volver a ser candidata por el espacio oficialista.

Faltan unos meses para las elecciones y todavía queda mucho por decidir: así y todo, en este 8 de marzo nos preguntamos hasta qué punto la política partidaria está haciéndose eco del que tal vez haya sido el debate político más masivo de los últimos años. No se trata —de ninguna manera— de un problema de las referentes, que mostraron su valía, su capacidad de trabajo y también sus ambiciones de construir políticamente: pero parece que las instituciones de la política burguesa -que es siempre ya patriarcal- no están dejándose “torcer” por las demandas feministas. La campaña 2019 promete dejar a las cuestiones de género en un segundo plano, y en ese contexto, es poco lo que las diputadas sororas tienen para sumar. ¿Qué pensarán los históricos armadores de listas del desacato que el feminismo provocó al interior de sus filas en 2018 —basta recordar la toma del Comité Nacional de la UCR en la víspera de la votación en el Senado—? ¿Siguen considerando los partidos que el feminismo es “piantavotos”? Y, lo que sería peor: ¿tendrán razón?

foto: CCNews

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