La Cámpora Universidad salió al cruce de la UBA

Es por una resolución del Consejo Superior sobre los concursos de los proyectos UBACyT.

A continuación, el comunicado completo de La Cámpora Universidad:

Ante la situación de los ‪#‎UBACyt‬
El país para adelante, la ‪#‎UBA‬ para atrás
Con la nueva Resolución Nº 2681/15 del Consejo Superior que reglamenta el llamado concurso de Proyectos de Investigación para la Programación Científica 2016 (conocidos como Proyectos UBACyT), estudiantes y graduados sin cargo docente no podemos formar parte de los equipos UBACyT como miembros plenos. La nueva reglamentación establece que sólo podrán ser Directores de Proyectos “profesores o auxiliares docentes regulares y rentados”, en un contexto de demoras de años en las sustanciaciones de concursos (directamente ligadas al manejo de rentas de Rectorado), así se excluye a todos los docentes interinos e investigadores sin cargo docente. Sumado a esto, se restringe la participación de los estudiantes en estos proyectos a aquellos que tengan cargos docentes («ayudantes de 2da») que no suelen concursarse (aquellos auxiliares de 2da que se gradúan automáticamente acceden a la categoría de ayudante de primera y, como los concursos demoran años, para el momento en que finalmente se llaman, el llamado se realiza directamente con esta categoría).
Esta brutal medida excluyente tiene como paliativo el hecho de que podremos integrar equipos ubacyt en calidad de «asesores externos», pero como los asesores externos no reciben financiamiento, lo más probable es que nos quedemos afuera de uno de los pocos espacios de formación en investigación que la universidad ofrece.
Además, resulta absolutamente circular ya que en un concurso en el que se contrastan los antecedentes de investigación tendrán mayores posibilidades de acceder a cargos docentes aquellos que hayan formado parte de proyectos UBACyT.
Desde el 2003 el país transita un camino de desarrollo e inclusión en el cual la educación y el desarrollo científico-técnico no fueron la excepción. Las decisiones políticas fueron en esta línea, y se abrieron quince nuevas universidades, al mismo tiempo que se creó el Ministerio de Ciencia,Tecnología e Inversión Productiva. La investigación fue fuertemente promovida, mediante becas doctorales y postdoctorales, que pasaron de menos de 3000 a más de 9000, y los proyectos de investigación financiados se incrementaron en cantidad, entre 2009 y 2013, pasaron de 1710 a 2629, y sus recursos se triplicaron en el mismo lapso. Los estudiantes también fuimos incluidos, ya que se concibió a la Educación Superior como un Derecho y se implementaron distintos programas de becas como el Programa Nacional de Becas Universitarias y Becas del Bicentenario, el PROGRESAR, que promueven el ingreso, la permanencia y el egreso en las instituciones universitarias.
Mientras tanto, el Rectorado de la Universidad de Buenos Aires distribuye los recursos discrecionalmente, afectando a las unidades académicas, descuidando salarios y concursos docentes, a contramano de un Gobierno Nacional que impulsa el desarrollo de la educación y la investigación.
No es novedad este tipo de medidas del gobierno de la UBA: es ahora el Secretario de Ciencia y Técnica, Aníbal Cofone, el que se suma a otros funcionarios ya denunciados, como Emiliano Yacobitti, que usan los recursos públicos de la universidad para sus propios intereses. Es difícil ver un horizonte esperanzador dentro de nuestra casa de estudios tan prestigiosa y empachada de pergaminos, siendo que los mismos que en los 90′ se tuvieron que ir en helicóptero, hoy se reciclan desde las oficinas del Rectorado… Es la paradoja de la UBA, particularmente, tan defensora a rajatabla de su autonomía y autarquía, ya que mientras el país avanza, ella camina a contramarcha, yendo constantemente pa’ atrás.