Organizaciones sociales exigirán mañana la plena vigencia de una ley que obliga al gobierno porteño a disponer de lugares los 365 días del año, para garantizar las necesidades básicas de las personas en situación de calle. El reclamo por paradores integrales será entre las 11 y las 17, en Cabildo y Juramento, mientras que entre las 14 y las 15 se informará de la situación por la que atraviesan quienes no tienen un hogar en la Ciudad de Buenos Aires.
El reclamo busca además que estos espacios sean integradores para que no se conviertan «en un mero depósito de personas sino que sirvan además para acoplarlos en un proyecto educativo, tal como fija la ley 3.706, reglamentada en agosto del año pasado», dijeron desde la agrupación Ciudad sin Techo.
Claudia, referente social de dicho espacio, sostuvo que «la idea tal como dice la ley es que en esos espacios se atiendan cuestiones de salud, trabajo y adicciones de la gente en situación de calle, muy distinto a lo que es actualmente, donde impera un clima violento porque es atendido por personas que no estan capacitadas para hacerlo».
«Este año nos dijeron que no había presupuesto para poner en práctica esta ley, por lo que no podían disponer de personal adecuado, pero como contrapartida nos dicen que implementarán 2.200 camas más por el llamado Operativo Frío, pero en las mismas condiciones que funcionan los paradores», contó la dirigente social.
Estos paradores abren a las 18 y cierran a las 7 del día siguiente y prestan un servicio de cama, aseo y alimentación. Como su cupo es limitado, las personas hacen largas filas con mucha antelación para poder acceder a un lugar para pasar la noche.
«Una vez que ingresan se dan situaciones de violencia porque no sólo existen robos sino peleas por espacios, tal como se da en la calle, y en los paradores hay un régimen casi carcelario, que separa a las familias y no se permite ingresar a hombres con niños», manifestó.
Ana Inés Heras, investigadora del Conicet y del Instituto por la Inclusión Social y Desarrollo Humano (Incluir), aseguró que «un parador transitorio no es una propuesta integral» y en este sentido citó como ejemplo el funcionamiento del centro Monteagudo y el Isauro Arancibia, «como modelo de autogestión que incluye la educación de las personas en situación de calle».
Tanto el Arancibia como el Monteagudo fueron concebidos inicialmente como paradores para personas en situación de calle «pero la propia gente que vivía en esta condición los trasformó y lo autogestionó para ofrecer una propuesta más integradora».
El centro Educativo Isauro Arancibia, situado sobre la avenida Paseo Colón al 1300 que corre riesgo de ser demolido para que pase por allí el Metrobús, «constituye un modelo inédito de educación ya que se toma a los jóvenes en situación de calle y en el armado pedagógico se considera, además de la instrucción básica, todo lo que ellos ya traen consigo, en cuanto a vivencias personales y experiencias de vida».
Fuente: Télam