Se presenta la tradicional fiesta del desfile de carrozas estudiantiles de Gualeguaychú

En el centro de la ciudad de Gualeguaychú, se realiza todos los años el ya tradicional Desfile de Carrozas Estudiantiles. Por sus características, se trata de un espectáculo único en la Argentina, ya que es el resultado de la creatividad de miles de estudiantes que realizan sus trabajos durante varios meses para una noche de esplendor con el paso de decenas de carrozas. Bien se ha denominado al desfile como “un milagro de engrudo y de papel”.
En su edición número 53, este año se realizará el día 7 de octubre a las 20:30 horas y contará con la participación de 22 carrozas que participarán de las categorías primaverales y libre. Las entradas anticipadas es de $25, mientras que la noche del desfile ascenderán a $40. Los menores entre 5 y 10 años abonarán $10.
Según explicaron desde la Casa de Entre Ríos en Buenos Aires, el Desfile de Carrozas Estudiantiles, nacido en la primavera de 1959, marca el origen silencioso e insospechado de lo que sería el Carnaval más grande de la Argentina.
El 20 de septiembre de 1959 como adhesión a la fiesta de la primavera y al día del Estudiante, desfiló por las calles de Gualeguaychú la primera carroza llamada “ÁLBUM
FAMILIAR”, construida por Eclio Giusto. Nadie imaginaba entonces que nacía una fiesta estudiantil que haría historia en Gualeguaychú.
En los primeros días del mes de mayo de 1960 a pedido de la Prof. Blanca Rebagliatti de Lyall, profesora del Colegio Malvina Seguí de Clavarino, se reunieron los Sr. Antonio Marroco, Presidente de la Unión de Padres de Familia del Colegio Malvina S. de Clavarino, Sr. Marco Aurelio Rodríguez Otero, Secretario de la Municipalidad de Gualeguaychú y la Sra. Susana B. De Marroco, profesora del Colegio anteriormente citado. En esa oportunidad la Sra. De Lyall expresó su idea de organizar un desfile de carrozas estudiantiles y corso de flores, sobre la base de la acogida por la parte del público de la ciudad, que había tenido una carroza preparada bajo su dirección del año anterior, el Día del Estudiante y prestada por el Colegio Villa Malvina.
Se resolvió la creación de una comisión organizadora, y la Municipalidad de Gualeguaychú autorizó la realización del espectáculo, con un Decreto fechado el 3 de Agosto de 1.960 El
Gobierno de la Provincia, por su parte, contribuyó con un premio de Pesos 2.000 moneda nacional.
El primer desfile se realizó el 18 de Septiembre de 1.960. “La Marcha del Profeta”, de Meyerberg interpretada por la Fanfarria del Regimiento, ubicada en calle España, marcó su
iniciación. El paso de cada carroza fue acompañada por la música seleccionada y propagada a lo largo del recorrido por una red de amplificadores, constituyendo un verdadero concierto musical.
Las Carrozas en número de veintidós, completaron dos vueltas, mientras que las ganadoras hicieron un tercer giro. Desde allí, nada –ni la reiteración de crisis económicas- pudo interrumpir la fuerza de los estudiantes, que supieron encontrar la forma de dejar sus mensajes, su arte y su esfuerzo sobre acoplados tirados por tractores.
Desde aquellos años sesenta, ya no habría primavera sin carrozas. Miles de estudiantes lograrían el trabajoso y cautivante pasaje de lo escrito en un borrador, a la obra. Unos
alambres regalados se convertirían en un payaso; papeles de colores en miles de flores sólo para una noche; y montones de diarios viejos serían por pocas horas la piel de un caballito perfecto.
Ese robusto muchacho que siempre rendía Matemáticas miraría al pueblo con ojos de San Martín, y esa chica del segundo banco conocería por unos mágicos instantes la gloria de un
reinado.
Los jóvenes comienzan antes de mediados de año a elegir el tema a desarrollar, y a partir de julio se inicia el trabajo en los galpones. Allí, los chicos aprenden a soldar y las chicas
realizan los trabajos más detallados. Todo, lógicamente, con el único presupuesto de la colaboración de vecinos y de comerciantes.
El aprendizaje de los galpones, en no pocas ocasiones terminó generando los mejores diseñadores de carrozas del Carnaval del País. Uno de los ejemplos más claros fue el de
José Luis Gestro, ganador con su curso del secundario del desfile de carrozas cuando era estudiante, y convertido en la década del noventa en el artista más grande que ha tenido el
Carnaval.
No solo es el aprendizaje de oficios lo que los jóvenes se llevan sino que la amistad, el compañerismo, el compromiso, el esfuerzo, perseverancia y la sana competencia son el
estandarte que nuestra juventud levanta orgullosa en un mundo donde los valores se ven amenazados por el consumismo externo.

1 Comentario

Los comentarios están cerrados.