Yo No Te Conté…

…que en la nota donde un influyente medio inglés sostiene -equivocadamente- que la juventud argentina no se encuentra interesada en el reclamo por nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas, sorprende la opinión (en favor de la postura britanica) de una militante de un importante partido de izquierda con mucha presencia en la Universidad de Buenos Aires.

6 Comentarios

  • Nombre dice:

    A fellow student, Catalina Flexer, dismisses the current friction between the two countries as political fireworks. «It’s only the government talking about the Malvinas. People are thinking about other things. The whole business about denying access to South American ports to ships flying the Falklands flag is a big lie,» Flexer says. «Everybody knows that all they have to do is change the Falklands flag for a British flag and then they can sail into port without any problem.»

  • Jorge dice:

    No veo qué tiene de «en favor de la postura britanica» ese comentario.

  • Anita dice:

    ??????????
    yo tampoco lo entiendo, incluso me parece todo lo contrario… ¿denunciar que los ingleses van a seguir viniendo a nuestros puertos con su bandera es pro-británico? los ingleses son socios de repsol, están desmantelando ypf hace años(en el continente, claro), ¿así defienden este gobierno y su juventud maravillosa la soberanía nacional?

  • marcelo dice:

    Solo es una cosa del gobierno? La gente está pensando en otra cosa?
    Le estás dando de comer a The Guardian en la boca :-P

  • «I don’t know if it makes sense to reclaim a territory whose population doesn’t want that,» says Nicolás Ferraro, a student who was born in 1981, just a few months before the invasion. «Even if we were able to regain sovereignty, the islands should have at least a strong autonomy.»

    A fellow student, Catalina Flexer, dismisses the current friction between the two countries as political fireworks. «It’s only the government talking about the Malvinas. People are thinking about other things. The whole business about denying access to South American ports to ships flying the Falklands flag is a big lie,» Flexer says. «Everybody knows that all they have to do is change the Falklands flag for a British flag and then they can sail into port without any problem.»

    Claramente Cata Flexer (militante del Partido Obrero desde hace como 9 años, ex Consejera Directiva de Filo) abona a la postura del gobierno británico y las petroleras y pesqueras que hacen negociados con el gobernador delegado de las Falklands, al afirmar, sin ningun fundamento, que en Argentina sólo al Gobierno le interesa el tema Malvinas. Dice además, evidenciando la falta de profundidad en el análisis político que caracteriza a los troskos y afines (ejemplo chicos Mella), que la nueva política Latinoamericana de rechazar los barcos de Malvinas carece de toda relevancia, desconociendo que

    a) El bloqueo a barcos con esa bandera implica un consenso contundente en América Latina al rechazo del Gobierno de las Falklands como entidad rectora de la usurpación (tener que cambiar de bandera para entrar a un puerto es un hecho físicamente minúsculo pero política y diplomáticamente mayúsculo).

    b) El bloqueo fue la primera materialización concreta de la nueva política unánime e integral latinoamericana sobre el tema Malvinas. Es decir que abre una nueva Etapa política internacional.

    c) El bloqueo a los barcos con esa bandera fue un primer paso para el bloqueo a los barcos con esa procedencia (como hicieron luego Brasil y Uruguay y acaba de hacer Perú), lo cual, sí, tendrá un duro impacto en las Falklands (y en su sostén financiero, el Reino Unido) ya no sólo política y diplomáticamente, sino económicamente.

    Es natural que estos tres puntos no puedan ser comprendidos por una troska, dado que ellos rechazan absolutamente el modo en que concebimos la política los seres humanos, acusándonos de «etapistas», «gradualistas», «reformistas» y «posibilistas» (todos ellos son graves insultos en el diccionario trotskista), y defienden «La Revolución» violenta y abrupta, «el momento fugaz en el cual el poder pasa de una clase a otra» como dice Altamira, es decir una Revolución mágica que por supuesto será conducida por ellos pero que ¡ay! NUNCA LLEGA.

    Mala suerte troskos, sigan participando. Con las fotocopiadoras de la UBA tienen fondos para rato.

    Y sino pídanle guita a «Luis Favre», el hermano de Altamira, que emigró a Europa en los ’60, supuestamente porque lo perseguían en la Argentina, allí siguió militando en el trotskismo, se ocupó de la imprenta de una de las «Cuarta Internacional» existentes (en la familia de Altamira siempre interesados por las impresiones, no? jeje Toner o Muerte), hizo muy buenos contactos con el verso de ser un puente entre los intelectuales y donantes ($$$) progresistas europeos y los luchadores perseguidos en Latinoamérica, y luego abandonó «la Lucha», usó su voluminosa agenda para insertarse rápidamente en el mundo burgués (esos burgueses izquierdosos que conoció en los ’70 se convirtieron, como es habitual, en profesionales acaudalados en los 80 y 90), adoptó la profesión de lobbysta, y se casó sucesivamente con dos mujeres mutimillonarias de Brasil. Toda una metáfora del Trotskismo…

    (eso sí, hay una en la que a Luis Favre lo banco 100%: hace unos años afirmó al diario La Nación que «el trotskismo es el cáncer del Socialismo». JAJAJA Graaande! Besito para Altamira y Lipcovich)

  • Una cosita más:

    Si vamos a hablar sobre Catalina Flexer , cabe decir que estas bochornosas declaraciones al diario inglés The Guardian están muy lejos de ser la principal mancha en su trayectoria política (si es que a lo que hacen los troskos en la Tierra se le puede llamar política).
    Quienes conozcan la política interna de la Facultad de Filosofía y Letras probablemente puedan enumerar mejor que yo grandes papelones y actitudes repugnantes de esta srta. de Melmac, oveja (y groupie frustrada) de Freddy Gima.
    No obstante yo puedo contar una que conozco bien, perteneciente a la vida política del CNBA, Colegio Nacional de Buenos Aires (UBA).
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    El origen
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    Cata Flexer estudiaba ahí (siempre proletarios los del PO, ¿no? jaja), y en los tiempos de la crisis nacional y cuando recién se empezaba a salir del espíritu del «que se vayan todos» y el «piquete y cacerola, la lucha es una sola», y cuando la crisis de los partidos políticos grandes seguía siendo absoluta, gana las elecciones del CENBA una agrupación que juraba ser absolutamente independiente, llamada Kosteki y Santillán, que llevaba a Catalina Flexer como candidata a Presidente (candidatura a la cual llegó impresionando a sus compañeros de agrupación con sus abundantes datos sobre Presupuesto de la UBA, FMI, y demás asuntos sobre los cuales para un adolescente es difícil obtener información pero ella contaba con la ventaja de recibirla de su Partido, el PO, que, como siempre, busca infiltrarse silenciosamente en el movimiento estudiantil y le dedica mucha energía y recursos a ese tema porque no existe en basicamente ningun otro lugar).
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    Apogeo y crisis, todo bien rapidito
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    Una vez en la gestión, Cata empezó a aparatear la agrupación y el CENBA de manera absolutamente troska, imponiendo los puntos del Programa del partido Obrero como banderas del alumnado del colegio. Generó la indignación y el hartazgo de sus compañeros de agrupación (que no eran del PO, y que representaban el espíritu original de la Kosteki y Santillán), a punto tal que abandonaron la agrupación en busca de otros espacios más fieles a lo que habían consensuado realmente, una alternativa independiente que defienda específicamente los intereses de los estudiantes. De ese modo la KyS se convirtió en una cáscara vacía manejada en las sombras por el PO a través de la traidora Catalina Flexer.
    Lo mismo ocurrió con el CENBA en si mismo. La impronta troska marciana típica que Cata como Presidenta le impuso al Centro de Estudiantes, con esa tendencia extremista, antidemocrática (de hecho «democratizante» es un terrible insulto en el lenguaje trosko), que busca «extremar las contradicciones del Sistema» y toda la sanata y siempre termina reventando todos los espacios políticos que habían alcanzado una participación popular interesante, produjo naturalmente el alejamiento total y muy acelerado del estudiantado de su propio centro de estudiantes (¡¡en uno de los momentos de mayor participación estudiantil del CNBA de su historia!!).
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    Desenlace:
    En apenas un añito de «gestión», la Kosteki y Santillán desaparece, el CENBA queda paralizado y prácticamente disuelto (hasta que llegan las elecciones y cambia la conducción por una no-troska), la agrupación de Catalina y su secta el PO en el CNBA (no recuerdo que nombre le pusieron) sale ÚLTIMA en las elecciones (apenas un año después de haber salido primeros!!! claro, pasa que ahora se les habia caido la careta y la gente sabia que eran troskos y lo que eso significaba), el Partido Obrero comienza a ser totalmente despreciado por los alumnos y ex alumnos del CNBA que vivieron esa experiencia, Cata Flexer conquista el repudio y el ridículo, y gana las elecciones una agrupación INDEPENDIENTE, independiente de verdad, que es, naturalmente, lo que los estudiantes quieren.

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