¿Qué Tipo de Organización Necesita la Juventud? Una Polémica con la Izquierda “Independiente”.

Por Juventud del PRS

En la actualidad somos testigos de una crisis económica mundial de carácter histórico. El año pasado estuvo signado por grandes movilizaciones de masas que lucharon y siguen luchando contra los ajustes que los gobiernos quieren imponerles conjuntamente con el FMI. Vimos como la juventud se puso a la cabeza de las movilizaciones en Francia, Grecia y otros países europeos.

Desde enero, movilizaciones revolucionarias se extienden por todo el norte de África en contra de las dictaduras locales. En sólo tres meses Ben Alí y Mubarak tuvieron que renunciar a causa de la movilización popular, pero más allá de eso, los procesos siguen abiertos. Manifestaciones populares se desarrollan en Yemen, Arabia Saudita, Bahréin, Siria, pero encuentran su punto más alto en la guerra civil  que atraviesa Libia en estos momentos.

 Estos acontecimientos muestran que esta crisis no es pasajera, pero demuestran además, al calor de la experiencia viva, los límites del espontaneísmo.

 Ante semejante hecho histórico, que no sólo es un capítulo más en la gran sucesión de crisis económicas, sino la máxima expresión de un sistema caduco, que se resiste a morir e intenta sostenerse a cualquier precio, adquiere gran importancia un debate: ¿Qué tipo de organización necesitamos los jóvenes estudiantes y trabajadores para enfrentar los atropellos del capitalismo? ¿Sobre que bases, debemos, los jóvenes revolucionarios, organizarnos?

Hacer estas preguntas implica polemizar con los movimientos que se auto catalogan como la Izquierda “Independiente”.

En la Argentina, este fenómeno, si bien posee sus años, ha tomado un fuerte impulso particularmente desde el 2001 y años sucesivos, donde afloraron distintos grupos, sobre todo dentro de la juventud universitaria de izquierda, que asumieron la conducción de un número importante de centros de estudiantes y federaciones.

 La definición de “independiente” intenta diferenciarse de los partidos de la izquierda “tradicional” o partidaria. Lo que la izquierda “independiente” cuestiona exactamente es un tipo de organización en particular, del  cuál una de sus principales características es la democracia interna para la discusión y la férrea centralización en su acción política (el centralismo democrático). O sea un cuestionamiento al tipo “leninista” de partido, que traería en su “ADN” el virus de la “burocratización”, el “dogmatismo”, el “sectarismo”.

Estos sectores adoptan una concepción movimentista de la organización, o como suelen llamarle, “espacio político”, es decir, una organización sin delimitación ni centralización política que en sus expresiones más extremas, adopta un programa parcial sin ningún contenido estratégico.

No vamos a encarar esta discusión, desde un punto de vista estrecho, entre “burocratismo vs democracia”, como la presentan los “independientes”. Los trotskistas no tenemos por que hacernos cargo del burocratismo stalinista al que, no cabe dudas, siempre hemos combatido. Nosotros entendemos que la discusión sobre la organización con los “independientes” parte necesariamente, o esta estrechamente vinculada, al carácter de la política y el programa que se defiende. Entonces de ahí parte nuestra polémica.

 

¿Qué programa defiende la izquierda “independiente” para la universidad y para transformar la sociedad?

 

Una de las máximas expresiones de la izquierda “independiente” en la universidad es la corriente Julio Antonio Mella.

 Tomemos como referencia un texto de presentación, escrito es su página de Internet (1) y fechado en septiembre del 2006.

 Aquí, uno de los principales puntos es su política para el ámbito universitario:

 

“(…) Esta realidad nos obliga a definirnos frente a quienes han hecho de la educación un negocio. A afirmarnos en una lucha franca entre quienes pretenden a la educación como instrumento de dominación y quienes la construyen como herramienta de liberación. Nos incluimos entre estos últimos y por tanto empezamos por declararnos defensores de una universidad pública, gratuita, laica, autónoma y al servicio de los oprimidos y explotados.”

 

“(…) Esta realidad nos obliga también a definirnos frente a la pedagogía de la dominación. Para nosotros, la educación no es mera transmisión de conocimientos. Y la instrucción no debe ser adoctrinamiento. La educación debe ser una práctica de libertad, un encuentro entre sujetos. Creación y no mera reproducción. Una producción conciente y por lo tanto crítica, transformadora. Incorporamos en nuestro horizonte la lucha por otra universidad, al servicio del pueblo, con otra pedagogía, al servicio de la emancipación del hombre.”

 

¿Qué significa defender una universidad pública “al servicio de los oprimidos y explotados”, al servicio del “pueblo”?

Una universidad no es una isla, sino que es una superestructura al servicio de reproducir  las relaciones de producción de la sociedad y expresa los intereses de la clase dominante, y por eso depende del estado o de los capitales privados. Es una de las “ruedas del engranaje del estado”. Es decir, que la universidad no es independiente, sino que es una universidad burguesa, que se encarga de reproducir y afirmar su ideología.

 De hecho, cuando se habla de la universidad, suele destacarse su carácter autónomo, como si fuera algo aislado, independiente del estado burgués. Pero en realidad esta “autonomía” es muy relativa, pues si bien hay autonomía para elegir el gobierno universitario, está dentro del marco de las leyes establecidas por el parlamento y el ejecutivo. Obviamente el presupuesto universitario también depende de los poderes del estado, y los contenidos educativos que se ejecutan son la expresión académica de la sociedad burguesa.

 Y por las dudas está ahora la CONEAU que se encarga de verificar que los títulos universitarios sean acordes a los contenidos pedagógicos establecidos.

Tomado esto en cuenta, nos preguntamos ¿Es posible poner a la universidad al servicio del pueblo sin destruir las raíces del sistema capitalista? ¿Es posible desligar la lucha por una universidad “al servicio de los oprimidos y los explotados” con la lucha estratégica por el poder? Para La Mella si, pues en este texto no aparece en ningún momento referencia alguna, sobre la necesidad de luchar por la toma del poder político por parte de los trabajadores para la expropiación de los medios de producción a la burguesía.

 El único esbozo que aparece sobre la lucha más allá del “mundillo” universitario es el de “construir una nueva cultura contrahegemónica”…

 Pero la realidad, es que el carácter de clase de la universidad no puede modificarse desde “adentro de la educación”, sino que para ello, como plantea el Manifiesto Comunista, hay que “arrancar la educación a la influencia de la clase dominante”, lo cual sólo se puede realizar si los trabajadores toman el poder del estado y transforman las relaciones de producción de capitalistas a socialistas.

 No plantear abiertamente la necesidad de la lucha por el poder y el cambio de sistema como premisa para construir una universidad al servicio del pueblo equivale a una utopía reaccionaria.

En conclusión, la izquierda “independiente” defiende la REFORMA de la universidad, desde “adentro” del actual régimen social.

 

La reivindicación del “socialismo del siglo XXI”, la defensa del nacionalismo burgués y los “profundizadores” del modelo de Cristina.

 

No es casualidad entonces que los que busquen una solución al problema de la universidad sin cuestionar las bases del régimen social, se adapten también en el terreno de la política general a distintas variantes políticas e ideologías burguesas. 

Varios movimientos que se reivindican de la Izquierda “Independiente” en general, y La Mella en particular, apoyan abiertamente lo que llaman “procesos revolucionarios” como el de Chávez. Esta orientación está en completa relación con la utópica idea de la universidad “al servicio del pueblo” sin “los trabajadores y el pueblo” como gobierno.

 El “socialismo del Siglo XXI” no es más que la reedición de las viejas ideas superadas por la historia del socialismo utópico. Pero si hace 200 años, los socialistas utópicos representaban una corriente progresiva para el avance de las ideas socialistas, limitadas por las condiciones materiales de su época, hoy, esta nueva “doctrina” es sólo un retroceso en la historia de las ideas. Esta “nueva teoría” es solo puro palabrerío con el cuál el nacionalismo burgués al estilo Chávez encubre el carácter de clase de su política.

 En pocas palabras, el “Socialismo del Siglo XXI” intenta hacer creer a los trabajadores y estudiantes de vanguardia en la posibilidad de llegar al socialismo por una “tercera vía”, sin la necesidad de tomar el poder, sino utilizando “otros medios”, como las paulatinas reformas, la democratización de las instituciones, etc.

 En el 2007, Chávez, en su programa “Aló Presidente”, declaró estar a favor de la propiedad privada de los medios de producción. (2) ¿Es posible llegar al socialismo sin expropiar los medios de producción a la burguesía, sin tocar los intereses del capital financiero? Experiencias históricas relativamente actuales como el gobierno de Allende en Chile demuestran que no. Procesos como la Comuna de Paris mostraron, de manera trágica, la necesidad de ejercer la violencia revolucionaria para expropiar los medios de producción e instaurar la dictadura del proletariado.

Teniendo en cuenta esto, ¿podemos decir que en Venezuela, la educación está al servicio del “pueblo”?

Claramente la visión falaz del carácter de clase de la Universidad de La Mella, esta relacionada con el programa general, de apoyo a distintas variantes burguesas que levanta.

La crítica de la universidad de clases debe estar relacionada directamente con la crítica de la sociedad de clases y no puede desprenderse la lucha por una universidad al servicio de los trabajadores de la lucha por el poder.

En esta época imperialista no hay reforma que se sostenga. El capitalismo no puede reformarse. Ya cumplió su tarea progresiva destrabando las fuerzas productivas del antiguo orden feudal. Desde hace más de 100 años ha entrado en un proceso de descomposición permanente del que sólo puede salirse eliminando la base del sistema, aboliendo la propiedad privada de los medios de producción.

 

En una de las revistas del CECSo (Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales), hay una nota firmada por el grupo ContraHegemonía, que está dentro del colectivo de La Mella, titulada “Creación heroica en América Latina: Repensando el concepto de transición en Bolivia y Venezuela”.

 En un momento dice:

“Creemos fervientemente que estas medidas (/nacionalización de 104 empresas, distintas misiones sociales, etc.) implantadas por Chávez son imposibles e insostenibles sin un pueblo con poder…”

¿Qué significa un “pueblo” con “poder”? Claramente, no se refiere a la instauración de un gobierno de los trabajadores, teniendo en cuenta que Chávez es el presidente de Venezuela. En este párrafo, se desarrolla una visión reaccionaria del rol que las masas deben jugar. Decir que estas medidas son insostenibles sin un pueblo con poder equivale a identificar el rol del pueblo venezolano, como “profundizadotes” del gobierno chavista. Es decir, se sustituye la necesidad de un gobierno de los trabajadores con la de un gobierno en el  que los trabajadores presionan para obtener mejores reformas.  El rol histórico de las masas subordinado a la figura de Chávez. Por otro lado, tampoco se aclara en la nota cual es ese mentado “poder” que deben tener las masas, ni su forma, ni como deben ejercerlo, ni nada.

 ¿Como explican estos sectores el ajuste que Evo Morales, gobierno al que apoyan, quiso imponerles a los trabajadores aumentando el precio del gas? ¿Es esa una medida revolucionaria? ¿El “pueblo” es el que con su “poder” decidió ajustarse a si mismo?

 Este proceso, que terminó con el gobierno dando marcha atrás al “gasolinazo” por la resistencia de los trabajadores demuestra dos cosas:

1-Que el gobierno de Evo Morales no representa los intereses de los trabajadores (de hecho, quedó demostrada la relación del gobierno boliviano con el capital imperialista).

2-Que la intervención política independiente de los trabajadores es la que permitió rechazar el ajuste.

 

Esta concepción lleva a muchos de los sectores “independientes” a caracterizar al gobierno Kirchnerista como un gobierno progresista, sin determinar a que clase social representa.

 Lejos de esa aberración, Kirchner no significó un paso adelante cuando asumió, sino que más bien se irguió como el mejor agente del imperialismo, encauzando el proceso del 2001 por la vía de las instituciones burguesas. La política que Kirchner sostuvo ya antes del 2003, como garante de la privatización de YPF, lo sucedido en Río Turbio, el sistemático pago de la deuda externa a los usureros del FMI, la utilización de la burocracia y sus bandas armadas para reprimir las protestas de la clase obrera, la represión constante de sus fuerzas de seguridad, muestran a este gobierno no como “progresista”, sino como un gobierno patronal y proimperialista, salvaguarda del orden establecido.  Muchos sectores “independientes” sostienen una política de presión hacia el gobierno con el objetivo de profundizar las pequeñas concesiones que el kirchnerismo le ha hecho al movimiento de masas para mantenerlo en relativa calma, como la asignación por hijo, los subsidios, los planes trabajar, etc. Esta política oportunista solo lleva a transformarse en una especie de “pata izquierda”, en los profundizadores del “modelo” burgués de Cristina.

 

La necesidad de un partido revolucionario

 

El tipo de construcción de una organización es, en última instancia, la expresión del programa que sostiene. Un programa marxista revolucionario concibe al partido revolucionario de la clase obrera, independiente de cualquier sector de la burguesía, como única herramienta para luchar contra el sistema capitalista. Un partido que se asiente sobre sólidas bases leninistas, sobre el centralismo democrático, es decir, sobre la mayor democracia interna en la discusión y la unidad política para la acción.

Hacerle frente a los atropellos del capitalismo implica necesariamente atacarlo, cuestionar sus bases y demostrar cual es la salida. La clase obrera es la única que liberándose de sus cadenas podrá cumplir el conjunto de sus aspiraciones y la de los jóvenes. La lucha y organización de la juventud trabajadora y estudiantil, desligada de lucha junto a la clase obrera no tiene razón de ser.

Sola, la juventud no podría enfrentar los atropellos contra la educación pública, laica y gratuita, y menos que menos hacer una revolución.

 Únicamente la clase obrera es la que puede realizar un cambio de raíz y hacer saltar las bases de la antigua estructura económica, para que finalmente la vieja sociedad muera, y una nueva nazca de sus cenizas.

 

Primeras conclusiones

 

La izquierda “independiente”, su carácter movimientista y su crítica a la izquierda partidaria es la expresión en el terreno organizativo, de la defensa de  un programa reformista y del apoyo al nacionalismo burgués.

 

En eso está el punto central de las diferencias. Son diferencias profundas y completamente irreconciliables en todos los terrenos, tanto el programático cómo el político y el de organización. Es la diferencia entre la construcción de una organización para luchar por reformas o un partido para luchar por la revolución socialista.

Ese debe ser el verdadero debate en la juventud universitaria que se reivindica de izquierda.

15 Comentarios

  • uno de exactas dice:

    comprense una vida…

  • Dr Kumalo dice:

    Marcianos
    Atrasan cien años

  • Farabundo dice:

    JAJAJAJAAAAJAJJAJA

  • uno de filo dice:

    ¿Que pasa compañeros del PTS que ultimamente andan sacando comunicado tras comunicado pegandole a La Mella?

  • anon dice:

    Terrible, lean algo más que a Marx a ver si aprenden. Su mayor problema no es «estar en contra del capitalismo», sino que el capitalismo de Marx cambió, ustedes no se dieron cuenta y ciertos análisis ya no sirven para interpretar y criticar la realidad existente.

  • alguno mas dice:

    …»Ese debe ser el verdadero debate en la juventud universitaria que se reivindica de izquierda»…

    acuerdo plenamente con los marcianos y la linea de debate que proponen para dentro de la universidad….es mas, seria interesante que organizen mesas de debate sobre este tema invitando a la mella, po, libres dl sur,etc.. pero es obvio; los chavistas van a huir del deate con improperios e insultos antes que enroscarse en una discucion perdida de antemano

  • alguno mas dice:

    anon, pareciera que hablas y no tenes idea de lo que estas diciendo…no hay analisis que se ajuste mejor a la realidad capitalista y su constante evolucion que el marximo qunq tenga 160 años.. la organizacion social-productiva capitalista el la misma ahora q en 1900… el capitalismo no cambio gilum , sino no seria capitalismo,jeje…, en todo caso se profundiza y se degenera por sus propias contradicciones…la propiedad privada de los medios de produccion, el rol opresor del estado y la division de clases continua igual que en 1880…si cambio q en 1880 no habia forros nac&pop ni nacionalistas burgueses; obvimente funcionales al capitalismo…anon lee de nuevo a marx q no cazaste una…

  • Farabundo dice:

    Vuelvan a Saturno sectas marcianas

  • estudiante de medicina dice:

    sí, coincido en que Anon se equivoca al decir que el análisis de Marx no sirve actualmente. Yo lo he leído -no sé cuantos lo han hecho de los que lo critican- y describe las cosas con una forma muy, digamos, realista.
    Es fácil pegarle al viejo Marx, porque no está vivo para defenderse. Pero creo que pocos en la historia le han pueden jactarse de comprender, analizar y anticipar ciertos fenómenos sociales como él….
    Una cosa es Marx, y otra son los marxistas. Hay marxistas farsantes, los hay sensatos; los hay de todos los gustos. Pero para criticar a Marx hay que leerlo, para poder tener qué criticar. Si uno critica a los marxistas y cree estar criticando a Marx, se equivoca. Si leés a Marx, descubrís que muchos marxistas afirman lo contrario a lo que él afirma, en muchos aspectos. Noam Chomsky, en una entrevista – en youtube, busquen «Chomsky sobre el leninismo» o «Chomsky sobre el troskysmo»- lo aclara muy bien. Un sector de la izquierda marxista, ha históricamente hecho cosas que Marx realmente desaconsejaba.

    Saludos.

  • VAYANSE A MARTE LA PUTA QUE LOS PARIOOO dice:

    Yo lei el joven marx, el adulto y el viejo de pe a pa y de pa a pe, completito y el TARADO que dice que el capitalismo es igual ahora que en 1800 realmente merece ser excomulgado del planeta. Basta de marxianos, hacen falta marxistas autenticos, es decir, militantes con vocacion por analizar las condiciones historicas concretas, ir de las cosas a la logica y no al reves.

  • Marxista dice:

    El que dice que el capitalismo no cambió en 160 años no es marxista.

  • uno de filo dice:

    ¿Che pero no entendieron lo que dijo a Anon y pretenden haber entendido a Marx? «Revolucionarios de bolsillo»

  • Morenista dice:

    Qué tipo de organización necesitamos los trabajadores y estudiantes revolucionarios?… y me parece que nada mejor que el Movimiento Moreno Vive.

  • Farabundo dice:

    Al paredón con los marcianos

  • Paloma dice:

    Cristina :Gobierno burgues? estan locos la asigancion universal por hijo es un derecho.(constitucion vale leerla) che posta pregunto saben de verdad lo que quiere decir el termino burgues??
    Un gobierno que toma tantas medidas inclusivas como el de Cristina. Por favor expliquenme cual de la medidas tomadas por la presidenta beneficia a la burguesia!

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