A 27 Años de la Asunción de Alfonsín: Somos los que Elegimos Recordar, Hoy

Por JR Capital

Las grandes masacres siempre son aleccionadoras y, sin duda, este país conoce bien qué significa la palabra masacre. Simboliza el período más terrible que sufrió la Nación, el de la dictadura militar iniciada en marzo de 1976. Recordar esa época nos hace comprender que sólo la democracia es capaz de preservar a un pueblo, que sólo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos del hombre. Únicamente recordando podremos estar seguros que NUNCA MÁS en nuestra patria se repetirán hechos semejantes.

A cinco días de la asumir como Presidente de la Nación, Raúl Alfonsín firmó el Decreto que daría nacimiento a la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). En el país renacía la esperanza de vivir para siempre en Democracia. Luego de una investigación exhaustiva, presidida por el escritor Ernesto Sábato, Alfonsín puso todo el peso de la justicia contra la feroz dictadura que azotó a la Argentina.

Con valentía, el ex Presidente convocó a los jóvenes camaristas Jorge Torlasco, Ricardo Gil Laavedra, Leon Carlos Arslanian, Jorge Valerga Araoz y AndresD’allesio, que se convertirían en los personajes que le dieron a la República un ejemplo de justicia nunca antes visto en la historia del mundo.

De abril a diciembre de 1985, declararon 833 testigos, los cuales sorprendieron a la ciudadanía en general, llenando de indignación y dolor al pueblo entero. Y así lo describía el escritor Jorge Luis Borges al salir de presenciar una jornada del juicio:

“De las muchas cosas que oí esa tarde y que espero olvidar, referiré la que más me marcó, para librarme de ella. Ocurrió un 24 de diciembre. Llevaron a todos los presos a una sala donde no habían estado nunca. No sin algún asombro vieron una larga mesa tendida. Vieron manteles, platos de porcelana, cubiertos y botellas de vino. Después llegaron los manjares (repito las palabras del huésped). Era la cena de Nochebuena. Habían sido torturados y no ignoraban que los torturarían al día siguiente. Apareció el Señor de ese Infierno y les deseó Feliz Navidad. No era una burla, no era una manifestación de cinismo, no era un remordimiento. Era, como ya dije, una suerte de inocencia del mal”.

Muchos días y horas pasaron durante aquel justo y licito juicio a las cúpulas militares, en el cual la sociedad Argentina se enteró que fue lo que realmente pasó desde el ‘76 hasta el ‘83.

Esos jóvenes camaristas dieron el ejemplo máximo sobre el valor de la democracia, dieron un punta pie inicial marcado a fuego en Latinoamérica.

Dijeron, con su ejemplar tarea, que a partir de ese día la República Argentina se respetarían para siempre la Constitución Nacional, los Derechos Humanos, los tratados internacionales y la justicia, pero por sobre todas las cosas la Democracia.

Es por eso que desde la Juventud Radical, a 25 años de aquella gesta histórica, recordamos con gran admiración y ejemplo a todos los que hicieron de la justicia, con compromiso, trabajo y militancia, una herramienta de cambio para el porvenir de nuestro país.

Recordamos, como un símbolo de paz y patriotismo las palabras que representan el valor de los que siguieron luchando y la labor de aquellos jueces, en boca de Julio César Strassera, fiscal a cargo del juicio contra las juntas militares: “Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: Nunca más».

“SOMOS LA VIDA, SOMOS LA PAZ, SOMOS EL JUCIO A LA JUNTA MILITAR”.