Declaración de la Mesa Directiva del Comité Nacional de la UCR

Por Ernesto Sanz y Jesús Rodríguez

Los argentinos nos acercamos a la conmemoración del Bicentenario de nuestra Patria como Nación independiente con un gobierno político y socialmente aislado, cuyo rasgo distintivo de gestión es el desapego institucional y la improvisación en las políticas publicas, a la vez que consume energías sociales en la promoción irresponsable de enfrentamientos estériles.

Nuestra misión, como Partido que aspira – junto a otras fuerzas políticas y sociales – a ser elegido para gobernar el país, es sustituir la confusión oficial por claridad estratégica; reemplazar la improvisación irresponsable que distingue a la gestión gubernamental por planificación sensata y prudente; cambiar el estilo político de división y conflicto por el dialogo institucional y la convergencia democrática.

La claridad estratégica significa ofrecer a nuestros conciudadanos una visión de la Argentina que, al tiempo que valora positivamente la consolidación democrática, reconoce la existencia de desigualdades extremas que socialmente nos lastiman como una herida abierta y nos mantiene – como un lastre – estancados al borde de una sociedad fracturada, económicamente desarticulada y políticamente dividida.

La programación requiere de una visión de país que proyecte su destino integrándolo a las corrientes mas dinámicas de la producción y el comercio mundial, afirmando un papel – hoy lamentablemente desdibujado – de relevancia en las discusiones que orienten la política del mundo a un orden globalizado, pero solidario.

El orden republicano consagrado en nuestros preceptos constitucionales requiere reconocer que el Gobierno de la Nación está integrado por tres poderes y asumir, además, que la eficacia de la democracia exige no sólo el respeto y el equilibrio entre ellos, sino que el diálogo institucional – franco y auténtico – sea el terreno fértil que provea las soluciones a las expectativas sociales y a las urgencias de millones de nuestros compatriotas.

En la Argentina de este tiempo con mayoría social opositora, la responsabilidad principal de la UCR es la de contribuir a la construcción del sujeto político oposición como alternativa de cambio y opción progresista moderna en la vida política que instale una variante superadora frente al populismo que, independientemente del ropaje que utilice – neoliberal, tecnocrático o movimientista – , desprecia la democracia representativa, subestima el papel de los partidos políticos y reduce a los ciudadanos al papel de consumidores o espectadores del mundo del espectáculo.

La UCR está dispuesta a asumir el desafío de prepararse para gobernar la Nación Argentina. Sabemos que es un imperativo político aprender de los errores y aciertos, tanto propios como ajenos. Sabemos, también, que gobernar no es practicar el ejercicio cotidiano de la prepotencia. Gobernar es identificar los problemas, ser riguroso en los diagnósticos, evaluar alternativas y construir consensos sustentables. Sabemos, también, que el ejercicio del Gobierno no es un acto de voluntad ni un capricho; es el duro trabajo de pensar, ofrecer espíritu cooperativo, demostrar capacidad para implementar compromisos institucionales en una sociedad como la nuestra – compleja y diversa – donde todos deben tener la oportunidad de ejercer el derecho de opinión, de acción y de participación.

Para afrontar ese desafío, la UCR tiene la fuente de inspiración necesaria. Nos la dio el Presidente Alfonsín cuando convocó en su momento a la convergencia democrática “de fuerzas que se planteen como meta modernizar a la Argentina en términos de eficiencia pero también en términos de una democratización fundamental en la sociedad y en el Estado, en la economía y en la cultura”.

Ese legado histórico nos inspira a buscar la coincidencia con quienes comparten los rasgos fundamentales de nuestra visión de la Argentina. Nos inspira a rechazar el sometimiento a liderazgos prepotentes y autoritarios. Nos inspira a abjurar de dirigencias mesiánicas que sólo buscan confrontar y arrogarse la autoridad moral para distinguir réprobos de elegidos. Nos inspira, por el contrario, a construir con quienes asumen seria y responsablemente la tarea de prepararse para acceder al gobierno y hacer que la Argentina realice en sus próximos cien años la promesa de paz, prosperidad, igualdad y libertad para todos que no logró concretar en este Bicentenario.

Pongamos, entonces, manos a la obra, con la fuerza de nuestras convicciones democráticas; con la inspiración que nos dan el esfuerzo de nuestros trabajadores, el tesón de nuestros empresarios, la vocación de todos los ciudadanos – hombres y mujeres – por vivir juntos en paz y progresar en armonía; con la gran responsabilidad que nos confiere el pueblo; con la fe inquebrantable de que nuestro deber como políticos es servir a nuestra Patria y crear para nuestros conciudadanos un país auténticamente federal; con la decisión irrevocable que tomamos, cuando nos afiliamos a la Unión Cívica Radical, de no cejar ni un día de nuestras vidas en el intento de transformar a la Argentina en la Nación democrática, moderna, justa y solidaria que puede y debe ser.

3 Comentarios

  • Pablo dice:

    Ya me imagino los carteles de Kirchner 2011 con el slogan «Votame… o votá a la UCR»

  • No Jodamos dice:

    «Cívicos» hijos de puta!!

    Saquen de la UBA a su pichón, el mafioso Yacobitti, líder de NuevoEspacio, y después hablamos de «diálogo institucional y convergencia democrática».

  • topo dice:

    jajajaja

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