Por Primera Vez en la Historia de la UBA, Asumió una Mujer como Decana de la Facultad de Derecho

Se trata de la abogada y profesora Mónica Pinto, especialista en derecho internacional y derechos humanos, quien se convirtió en la primera mujer que ocupa ese cargo en 189 años, desde la creación de carrera en la Universidad de Buenos Aires.

«El gran desafío es ampliar el acceso de los ciudadanos a la justicia, lo cual permitiría a su vez que los estudiantes pudieran formarse mejor en su práctica profesional”, afirmó Pinto durante una entrevista en la sede de la casa de altos estudios de la Avenida Figueroa Alcorta al 2200.

La búsqueda está relacionada con ampliar la asistencia legal gratis a quien no pueda costearse la defensa de un abogado, que en la Facultad denominan «patrocinio jurídico gratuito», y que realizan los estudiantes avanzados con la guía de profesores y la firma de abogados matriculados.

«Se pensaba que el patrocinio jurídico gratuito estaba a disposición de la gente que no tenía recursos monetarios para pagar a un abogado, pero la noción de falta de recursos fue evolucionando con los años”, explicó.

Antes, «podían venir al patrocinio quienes no tuvieran ninguna propiedad, lo cual excluía a quien fuera propietario hasta de una moto; en cambio, hoy está demostrado que hay gente que tiene una casa porque la heredó, pero no tiene condiciones para pagar un proceso legal”, contó.

«El servicio debe prestarse, además, en zonas a las que la Facultad tradicionalmente no va, ya que no se puede pensar que todos pueden llegar a Talcahuano 550”, zona del microcentro porteño donde funciona el servicio, planteó.

Agregó que «sería bueno que hiciéramos algo para llegar a la gente en ese segmento de exclusión social que ni siquiera se plantea golpearle la puerta a la justicia para reclamarle algo, porque ni computa que hay justicia, del mismo modo que no manda a sus hijos a la escuela pública y gratuita”.

El antecedente universitario más directo de la Facultad de Derecho es el Departamento de Jurisprudencia que instituyó Antonio Sáenz, primer rector de la UBA, cuando en 1821 el gobernador bonaerense Martín Rodríguez y su ministro Bernardino Rivadavia crearon la Universidad en Buenos Aires.

«Las mujeres representan actualmente el 68% de la planta de estudiantes de Derecho», compuesta por más de 28 mil alumnos, en una facultad con 51 millones de pesos de presupuesto anual, informó la flamante decana. Hace cuarenta años, cuando ingresó Pinto, la proporción era de «una mujer cada cinco estudiantes; ahora, de cada diez, casi siete son mujeres”.

Similar crecimiento verificó la planta de docentes adjuntas, el sector más joven de la carrera. Pinto es profesora titular de las cátedras de Derechos Humanos y Garantías y Derecho Internacional, y fue electa decana en forma unánime por los representantes docentes, graduados y estudiantil.

«La idea de esta gestión es poder invertir en tres áreas centrales que tiene la Facultad; una de ellas, la de enseñanza de grado -muy numerosa- para elevar la calidad del Derecho que se aprende», comentó.

Otra área es la de investigación, «actividad que la Facultad debe profundizar incrementando la cantidad de investigadores, lo cual requiere negociar mayor presupuesto en la Universidad y en otros lados”.

La tercer área es la de extensión, «que permite que la universidad pública llegue al resto de la sociedad con la práctica de patrocinio jurídico gratuito y permite al estudiante practicar el derecho actuando bajo la guía de un profesor, para prestar asistencia a un conciudadano que, de otra manera, no podría tener acceso a la justicia».

Pinto consideró que «los textos fundacionales de la Argentina supieron tener una visión bastante amplia de lo que era el ciudadano porque fueron concebidos en una época en la que se quería crear ciudadanía».

«Después vienen momentos en los que la gente con oscuridad de intereses habla difícil para que nadie sepa de qué se trata”, plasmados en temas populares con la metáfora `la Ley es tela de araña`.

«La impresión que yo tengo es que la sociedad en la que estamos y los valores que se postulan en los últimos tiempos, obligan a una reflexión”.

Pinto opinó que «la sociedad moderna llegó a la transparencia como valor: queremos que haya publicidad en los actos, y esto tendría que facilitar un lenguaje de la ley que fuera parecido a aquello que pudieran entender los ciudadanos”.

«Obviamente, siempre va a haber un lenguaje especial por el cual, cuando nos referimos a los autos, no hablamos de los móviles que se desplazan sino de los expedientes judiciales; pero hoy por hoy, las cosas no tienen por qué ser rebuscadas o ambigua», concluyó.

 

Fuente: TÉLAM

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