La política detrás de la marcha ambientalista

Por Charo Márquez
@cafeesamor

Mañana es el gran día. Miles de jóvenes en decenas de ciudades del mundo se van a juntar en reclamo por la Justicia Ambiental. Hablamos con uno de sus protagonistas -que prefirió no dar su nombre- sobre cuestiones políticas que venimos pensando desde hace unos días.
No editamos mucho, no comentamos mucho tampoco porque creemos que estamos en un momento en el que es mejor afinar la escucha que la crítica.

Una de las preguntas principales es por qué Greta sí y Greenpeace no, por qué se masificó tanto con la avalancha juvenil un tema que ONGs enormes vienen trabajando desde hace años. Nuestro informante nos dijo que “Fridays For Future es la consecuencia de un movimiento por la justicia climática que viene gestándose desde el Sur Global hace más de una década. Greta Thunberg ha logrado la escala cuantitativa a nivel movilización, pero muchxs jóvenes han venido antes y muchxs vendrán después.” Recomendamos la intervención de Bruno Rodríguez también en la ONU:
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Fridays no tiene lazos financieros que lo aten y su objetivo es su objetivo, no está condicionado. Su mensaje se mantiene en línea con la organización descentralizada que aúna a todas las organizaciones por la justicia climática a nivel global, la Campaña Global para Demandar Justicia Climática (Global Campaign to Demand Climate Justice). Su público es más bien jóven, son parte de un recambio generacional”.
Sobre el mutismo de las organizaciones políticas tradicionales como los partidos, centros de estudiantes y sindicatos, nos dijo que: “el reclamo de lxs jóvenes pasa por encima a las agrupaciones políticas tradicionales en tanto que no surge de ellas, si no por fuera. Partidos, sindicatos y centros de estudiantes tienden a tener algún tipo de estructura vertical y círculo rojo decisor. Lxs jóvenes no lo tienen y parten por fuera de esas dinámicas.” Pero, que, a su vez, “los centros de estudiantes puede que no lo mencionen… aún. Grupos de jóvenes han venido trabajando con centros de estudiantes en silencio durante mucho tiempo. Ya va a llegar el momento y se van a alzar en el país. Los partidos y sindicatos, al igual que otras estructuras tradicionales, tendrán que adaptarse o caer.”. Y de vuelta, una marea verde que grita se va a caer. Forma parte de la tradición feminista el reclamo por el sistema extractivista, pueden googlear a Berta Cáceres, como ven, todo tiene que ver con todo.

Uno de los temas que despertó más polémica mediática fue que se haya nombrado a Argentina como uno de los países más contaminantes del mundo. Sin embargo, esto no fue así: “La denuncia es por la violación de los derechos del niñx. Se busca que, de ganar la causa, se enmarque a la crisis climática como una crisis de los derechos del niñx. ¿Cómo se llegó a esto? Se buscó qué países son los que ratificaron la Convención de los Derechos del Niñx. De ellos, cuáles son los cinco más contaminantes y cuáles de ellos tuvieron causas similares que no prosperaron. Ahí quedó Argentina, con el 0,7% de la contaminación mundial y uno de los veinte más importantes. Es un montón. Los dichos del Canciller argentino son un claro reflejo de las políticas extractivas de las últimas décadas en Argentina.” Ya sabemos que uno de los riesgos de este discurso es que sea cooptado por sectores conservadores en línea ¿¡puede alguien pensar en lxs niñxs!?, veremos.
Todavía no se sabe cómo va a afectar a la Argentina esta denuncia. Una de las hipótesis más hermosas es que es una movida para dificultarle la (posible) gestión a Alberto Fernández. Pero lo cierto es que todavía no se sabe nada.

Para mañana se esperan casi diez mil personas solo en Buenos Aires, pero hay concentraciones programadas en distintos puntos del país:

 

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No hay todavía un (qué anticuado suena) pliego de reivindicaciones, nos dice nuestro amigo que “los reclamos específicos se conocerán mañana, pero en general, se pide por la justicia climática, que comprende una transición justa, las leyes de presupuestos mínimos, los tratados internacionales sobre cambio climático y el freno a la criminalización de la protesta y asesinato de defensorxs ambientales.”
Sobre la participación de niñxs y adolescentes que “deberían estar en la escuela” a la hora de la marcha, sabemos que en todo el mundo Amnistía Internacional envió cartas para que dejaran a los chicxs faltar a la escuela, aunque en Argentina aún no se ha confirmado la acción.

Como vemos, analizar el movimiento por la justicia climática con la óptica de quienes iniciamos nuestra participación en las postrimerías del 2001 no tiene mucho sentido. Las categorías, las orgánicas y estéticas, los objetivos, son otros, radicalmente distintos. En Twitter están preguntando qué hacíamos nosotrxs a los 16 años con la intención de que nos demos cuenta de que criticar a Greta y a lxs miles de jóvenes movilizadxs por el tema no es justo y nos pone en un lugar conservador como adultxs. Es cierto que, igual, muchxs de nosotrxs ya estábamos yendo a marchas y asambleas, pero eso no nos habilita o no debería habilitarnos a pontificar desde el teclado sobre cómo debería ser una adolescencia comprometida. Creo que tenemos mucho más aprender de ellxs aunque se equivoquen de lo que pensamos.
En cualquier caso, el planeta nos necesita y mañana hay una movilización. Como siempre, es mejor vernos en las calles que en las pantallas.