La Facultad de Derecho de la UBA viene de sacudón en sacudón. A las denuncias por corrupción contra la Decana radical Mónica Pinto, se suma el escándalo vinculado con el empadronamiento para las elecciones del claustro de graduados.
La Junta Electoral debió aceptar la impugnación de 354 graduados empadronados. Unidad en la Diversidad, el espacio que aglutina a los graduados y profesores kirchneristas, había denunciado que gran parte de las firmas era truchas.
El padrón de graduados se amplía año a año a través de un trámite presencial. Unidad en la Diversidad había señalado la similitud de la firmas de gran parte de los nuevos empadronados, lo que significaría que esas personas no hicieron el trámite correspondiente sino que habrían sido anotados directamente por los responsables políticos de la Franja Morada de esa Facultad.
«Existen serias dudas con relación a la autenticidad de las firmas de las personas que se habrían empadronado al menos con posterioridad al 19 de marzo de 2015», señaló el espacio de graduados kirchnerista. «El análisis de las diferentes caligrafías a partir de dicha fecha demuestra que al menos seis personas diferentes procedieron a inscribir a los nuevos empadronados», explicaron en ralación a 354 de los 759 nuevos empadronados de 2015.
Ahora, la Junta Electoral decidió que los empadronados cuestionados deberán acudir personalmente a reconocer la firma para que pueda tenerse como válida su incorporación al padrón.
Las cosas se ponen picantes de cara a la elección, que está fijada para los días 2, 3 y 4 de junio. Competirán sólo dos listas: la radical-PRO, que responde a la gestión de la Facultad, y la lista kirchnerista de Unidad en la Diversidad. Ambas fuerzas buscarán retener los lugares que ostentan actualmente, la mayoría y la minoría respectivamente.
