Investigadores destacan la importancia de vincular la neurociencia a la educación

Investigadores de diferentes universidades del país destacaron, en un congreso celebrado en la Universidad Nacional de Córdoba, la importancia de volcar resultados obtenidos en la neurociencia a los procesos educativos e impulsar el interés de los niños y jóvenes por la ciencia.
«La propuesta consiste en contar resultados científicos de trabajos que venimos desarrollando, porque nos parece fundamental que el sistema educativo se pueda nutrir de ese conocimiento», aseguró Fabricio Ballarini, licenciado en Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires.
Ballarini, que forma parte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y que es impulsor de esta tercera edición de las jornadas «Educando al cerebro», precisó que lo que se busca es «mejorar estrategias educativas, la forma de impartir ciencia o de explicar cómo funciona el cerebro».
El investigador insistió en que estas jornadas son inéditas, porque «es la primera vez en las que, de forma regular al menos, científicos capacitan a docentes», de todos los niveles, sobre cuestiones vinculadas a «cómo funciona el cerebro» y cómo puede incidir eso en los procesos educativos.
Destacó que, en encuentros como este, que ya fueron realizados el año pasado en Buenos Aires y en Río Negro, los docentes suelen plantear cómo afrontar el desafío de estimular a los niños que obtienen información por internet o por televisión.
«A esos chicos hay que educarlos igual. Entonces, hay que encontrar las distintas maneras, buscar estrategias o entender cómo funciona el cerebro de esos nenes para determinar en qué momento es eficaz brindarles determinados contenidos», dijo el científico.
Ballarini explicó que, en el laboratorio en el que él se desempeña, se estudia «aquello que te saca de contexto para mejorar la memoria y el aprendizaje», lo que lo impulsó a que, en la primera jornada de «Educando el cerebro», convocara a un actor para que, en forma previa a su charla, «comenzara a hablar sobre pesas, lo que hizo que nadie entendiera nada», pero seis meses después una persona le mencionó que «le había quedado marcada esa representación».
En la misma dirección, Franco Mir, docente de la UNC y otro de los disertantes en las jornadas, relató su experiencia, junto a otros científicos y actores del grupo Tacurú, de montar una obra de teatro, denominada «Hormigas al poder», con el fin de «enseñar ciencia».
«La obra trata sobre la memoria y el aprendizaje, pero de una manera lúdica, entretenida y con personajes que son hormigas, que intentan conquistar el mundo y, para ello, estudian el cerebro humano. Así, se van planteando distintas situaciones de la vida cotidiana y las hormigas tratan de darle una explicación científica», afirmó el biólogo.
Tras precisar que la obra fue «pedida por los docentes para las escuelas», Mir señaló que, precisamente, «la escuela es el semillero de los futuros científicos del país», por lo que «depende de lo que los científicos hagan ahora para despertar vocaciones».
«Necesitamos salir de los laboratorios, visitar las escuelas, hacer obras de teatro, una muestra de foto, lo que fuera, para que los chicos sientan que la ciencia está mucho más cerca de lo que uno piensa, que está a la mañana cuando encendemos la tostadora; en el shampoo, cuando nos bañamos, en todas partes», enfatizó Mir.
Ricardo Pautassi, también investigador del Conicet y docente de la UNC, dijo que estos espacios sirven para dimensionar la importancia de la interdisciplinariedad, aspecto en el que la neurociencia destaca, en la medida en que «une gente de diferentes sectores».
«En mi laboratorio hay biólogos, psicólogos y hubo ingenieros, pero cuando la gente se pone a trabajar se plantea problemas más que cuestiones de disciplinas. Todos estamos detrás de entender algo y cada uno aporta desde su disciplina o formación», aseveró Pautassi, que agregó que esto «no sólo es una forma de transmitir contenidos, sino una forma de hacer y hasta de vivir».
En la misma senda, Ballarini expresó que «todo es multidisciplinario, porque cuanto más enfoques le das a un tema, más rico resulta», tras lo cual concluyó: «es muy entusiasmante que, sin querer, estamos sumando la educación a la neurociencia».
«Cuando nosotros le damos al docente la visión neurocientífica de las cosas o cuando le sugerimos de qué manera pueden incorporar distintos conceptos o nuevas estrategias, él se está metiendo en un ámbito neurocientífico y empieza a pensar las cosas desde otro lado. Eso es buenísimo», puntualizó Ballarini.
Durante la jornada realizada en la Ciudad Universitaria de la UNC se inscribieron 1300 personas, docentes y estudiantes, que participaron en conferencias sobre temas como «El cerebro para principiantes», «La ciencia en acción», «¿Por qué matemática?», y en talleres como «El teatro como medio y estrategia para la enseñanza de la ciencia» o «El humor como Caballo de Troya».

Fuente: Télam