UBA: proyecto de promoción del consumo de carne porcina en la población argentina

Bajo el lema “Una alternativa saludable para nuestra alimentación”, docentes del área de producción porcina de la Facultad de Ciencias Veterinarias y de la Escuela de Nutrición de la Facultad de  Medicina, ambas de la Universidad de Buenos Aires, presentaron ayer un proyecto de promoción del consumo de carne porcina en nuestro país.
La iniciativa fue propulsada por el decano de Veterinarias, Marcelo Miguez, y lo acompañaron Marcelo Acerbo y Alberto Cyngiser, mientras que Laura Batriz Lopez y María Beatriz Vazquez lo hicieron por la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina. Con este proyecto se han propuesto realizar una puesta al día sobre el contenido nutricional de la carne porcina en comparación con la carne bovina y aviar,  y una estrategia para elevar el consumo per cápita de la carne de cerdo.
Durante años, la carne de cerdo tuvo mala reputación, pues se la ha considerado con un alto contenido en grasa, asociado al aumento de colesterol y a una posible enfermedad parasitaria. En este trabajo, profesionales veterinarios y nutricionistas médicos de la UBA demuestran los beneficios de comer carne de cerdo y desmitifican todas estas cuestiones.
Trabajos recientes de ambas facultades indican que 100 gramos de porción comestible de carne de cerdo aporta menos calorías y grasas totales que la carne de pollo o de vaca. Además, en relación a las vitaminas, la concentración de vitaminas hidrosolubles es superior en la carne de cerdo, en algunos casos, como la tiamina, de hasta 10 veces más del valor que encontramos en la carne vacuna.  Este mayor contenido vitamínico hace de la carne de cerdo un alimento con una importante cantidad o calidad de vitaminas hidrosolubles en su composición.
Por último, los docentes a cargo de la investigación consideraron que “hoy en día nuestro país está produciendo un 0.32% del total de la producción a nivel mundial”, y remarcaron que “para alcanzar el autoabastecimiento se debe fomentar el consumo y la producción a través de políticas de bienestar animal”.

Fuente: Prensa UBA