UNLaR: debate por el voto ponderado

En octubre del año pasado, la movilización de estudiantes, docentes, trabajadores de la institución y ciudadanos de a pie logró terminar con la gestión de Enrique Tello Roldán como rector de la Universidad Nacional de La Rioja, luego de 26 años plagados de arbitrariedades, favoritismo y precarización laboral, como ellos mismos denunciaron a lo largo del conflicto.
Finalmente, la Asamblea Universitaria designó a Fabián Calderón para que cumpla un interinato de 10 meses, hasta las elecciones. A partir de ese momento, se comenzó a discutir la reforma del estatuto, que incluye tanto la votación de rector como de los consejos directivos y su composición, entre otros temas; el mismo debe ser aprobado por la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación Nacional.
En estos momentos, el debate en el seno de la comunidad educativa de la UNLaR está centrado en la dicotomía entre voto ponderado y no ponderado. Explicado básicamente, esto significa que: si el voto es directo y no ponderado (una persona, un voto), los alumnos tendrían mayor representatividad en los comicios, ya que es el claustro mas numeroso, mientras que el voto ponderado implicaría que los sufragios de docentes, no docentes y graduados, con una cantidad de integrantes menor, tengan más valor cuantitativo, porque en ese caso se busca ‘equiparar’ la diferencia (cuantas menos personas, más peso tienen sus votos).
Cabe destacar que no se está discutiendo la ponderación con respecto a una elección directa –como puede ser, por ejemplo, de rector- sino con respecto a la composición de los consejos directivos y el Consejo Superior, y el porcentaje de representatividad de cada claustro (es decir, la cantidad de miembros de cada uno con respecto a la totalidad de integrantes que conforman el cuerpo). El acuerdo de actas firmado en octubre de 2013 estableció la necesidad de reformar el estatuto “garantizando la mayor representación estudiantil posible, limitando la representación docente al 50%”.
Lógicamente, la mayor parte del estudiantado comulga con la idea del voto no ponderado. En este marco, se inició una campaña en la que los alumnos hacen hincapié en la gesta del año pasado dándole continuidad en el actual reclamo por una representación igualitaria.
Los debates seguirán hasta que se alcance un acuerdo, pero lo importante es que los actores de la universidad no vuelvan a entrar en conflicto y encuentren una solución democrática de cara a la reforma del estatuto. La institución atraviesa una sana etapa de transición, que beneficiará a la comunidad educativa y a la Ciudad de La Rioja toda.

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