Documento Fundacional

Por Juventud Sindical Universidad
“El mundo vive una profunda crisis provocada por la lucha entre bloques económicos hegemónicos. Mientras, nuestra América busca unificarse siguiendo el sueño de nuestros libertadores, debatiendo el perfil de esa renovada identidad.
En esa realidad, nuestra Patria asiste a una instancia histórica donde es necesario debatir qué país debemos construir para qué, utilizando las fuerzas productivas disponibles, generemos trabajo para todos nuestros compatriotas y plasmemos, de una vez por todas, esa Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana, construyendo una comunidad organizada basada en la solidaridad, la igualdad de oportunidades y la libertad.
Los trabajadores organizados, concientes que somos quienes generamos la riqueza de esta tierra, reafirmamos nuestro derecho a participar en la discusión de la sociedad a la que aspiramos. En ese rol, afrontamos el desafió de delinear un Programa que permita alcanzar Una Argentina con Justicia Social.
Un Programa de los Trabajadores para debatir con todos los sectores de la sociedad que permita, a través de ese dialogo, avanzar en las coincidencias que posibiliten construir un Gran Frente Nacional que lleve adelante la tarea de alcanzar la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria.”
( 26 de septiembre de 2012, La Falda Córdoba, Lanzamiento de los 21 puntos para una Argentina con Justicia Social- CGT)
• Introducción:
El presente documento está pensado como una herramienta para generar charlas y debates con los compañeros de los diferentes espacios políticos universitarios, sindicales, organizaciones sociales y todos aquellos que consideren importante construir un verdadero cambio de perspectiva sobre la universidad pública argentina que posibilite en última instancia una reforma democrática y emancipadora de esta institución.
• El Estudiante Como Trabajador.
Son pocos los estudiantes universitarios que asisten a instituciones de enseñanza superior pública en nuestro país con la posibilidad económica de abocarse únicamente a sus estudios de grado.
Por el contrario, la gran mayoría del estudiantado trabaja y estudia a la vez (y el que no lo hace es porque está precisamente buscando un empleo) lo que trae aparejado una serie de complicaciones entre las que podemos enumerar a modo de ejemplo la poca oferta de cursos en horarios que no sean laborales, la disposición de escaso tiempo para dedicar al estudio o la imposibilidad de generar lazos con los compañeros de cursada. Estas y otras dificultades con los que se topa el alumno redunda en el alargamiento de los ciclos de las carreras y también en el detrimento de la calidad educativa ya que el estudiante, a menudo se convierte en mero repetidor que busca aprobar y no en hacer un análisis crítico de los contenidos.
El panorama señalado revela que sólo a partir de la premisa de que los estudiantes son al mismo tiempo trabajadores es que se puede pensar a fondo la realidad de la Universidad Pública.
Hoy por hoy, tanto las autoridades de las Facultades como sus respectivos Centros de Estudiantes atienden (de mejor o peor manera) necesidades e inconvenientes que tienen los alumnos sin en ningún momento contemplar que aquel estudiante que se sienta en el banco, busca trabajo o va y viene del mismo. Así, se advierte que hay una disociación del estudiante con el trabajador, como si se tratara de dos personas distintas. Es desde esta óptica que se piensa la institución y allí el gran error: no tener una visión integral de las personas que están cursando las carreras.
Basta para confirmar este análisis, una lectura de las plataformas de las agrupaciones estudiantiles, en las cuales se atiende con mayor o menor profundidad reivindicaciones justas como el menú estudiantil, el precio de fotocopias, bibliotecas virtuales, etc pero no se plantea la inserción del estudiante en el mundo laboral.
Esto se traduce en que los Centros de Estudiantes no incluyan dentro de sus funciones instrumentos orientados a la salida laboral.
Por otro lado, las políticas de las autoridades no estudiantiles de la Facultad muchas veces sí trabajan sobre la articulación del estudiante con el trabajo pero lo hacen aplicando la lógica neoliberal. Así es como incluso cuentan con sistemas de pasantías para que los estudiantes trabajen en grandes empresas o en la función pública con remuneraciones mínimas, lo que revela que lejos de generarles preocupación, son verdaderos cómplices de la generación de empleo en negro y la explotación de los estudiantes.
Consideramos que para que la política sea una verdadera herramienta de transformación se debe saber cuál es el sujeto sobre el cual se orienta la propuesta y el esfuerzo.
Por ello, desde la Juventud Sindical Universidad y sobre todo como estudiantes que también somos trabajadores elaboramos la siguiente propuesta que contempla una faz política, otra gremial y una tercera académica.
1) Política.
Fomentar profesionales para el desarrollo de los sectores estratégicos del país (energía, transporte, industria mediana y pesada, agricultura)
Las necesidades del pueblo argentino deben ser el punto de partida para pensar las diferentes disciplinas universitarias. Ellas deben por lo tanto, ser interpeladas por las carencias del pueblo y sus resultados deben estar luego dirigidos a revertirlas. Para esto, resulta fundamental que los trabajadores profesionales aparte de ser objetivamente parte del pueblo, lo sean también subjetivamente y construyan conocimiento a partir de esta concepción.
Apuntar al desarrollo de cuadros político-estratégicos (articuladores téorico-prácticos) del pueblo en un momento en que, a pesar de lo que se dice, la organización de la producción social es dominada por las redes financieras transnacionales lo que determina que la riqueza socialmente producida sea apropiada por esos sectores.
En consecuencia, no alcanza con que la Universidad sea estatal, nacional, autónoma y pública sino que debe agregarse la meta del desarrollo del conocimiento estratégico.
Por otro lado la autonomía debe interpretarse como financiera, esto es independencia de los intereses de las empresas-economómico-financieras-privadas y de ninguna manera alejada de las necesidades de la sociedad civil y de las mayorías representadas en el cogobierno universitario.
2) Gremial.
Rediseñar y repensar el rol de la Universidad para que el estudiante logre acceder un empleo digno vinculado a la carrera que se encuentra cursando.
En la actualidad las políticas de inserción laboral de las facultades (pasantías y sus derivados) están estructuradas desde una perspectiva neoliberal: se toma al estudiante-trabajador como mano de obra que recibe una paga mínima por parte de grandes empresas y en algunos casos incluso de organismos públicos con la excusa de que cumplen con la formación en la parte práctica de la profesión, produciéndose un apropiamiento sectorial del conocimiento y no por parte del conjunto de la sociedad de acuerdo a sus prioridades.
En este sentido, la Universidad debe asumir un rol activo de representación y defensa de sus estudiantes para que éstos sean aprovechados por el resto de la sociedad que financia la capacitación de los mismos y para evitar que se limiten a atender las necesidades de empresas que no tienen vinculación ni preocupación alguna con el desarrollo del país.
Por otra parte, se debe destinar esfuerzo a evitar que la especulación empresaria utilice sistemáticamente el instrumento de la contratación irregular, realizando un seguimiento serio sobre la salida laboral de sus estudiantes y graduados que fomente la generación de empleo registrado.
3)Académica:
Desarrollar planes de estudio pensados para la inserción profesional del estudiante, que incluyan contenidos que apunten a la práctica laboral. Currículas exclusivamente enfocadas en los aspectos teóricos resultan funcionales al “ley motiv” empresario por el cual el cual se contrata a estudiantes-trabajadores a bajo costo con la excusa de que formarlos en la faz práctica. Que el estudiantado sólo pueda recurrir a estas alternativas con exceso de carga horaria y paga mínima o nula para completar su formación, consiste en una privatización encubierta de la enseñanza.
Por otra parte, se debe fomentar la articulación de la comunidad universitaria con los barrios populares, sindicatos de trabajadores obreros, técnicos y profesionales, cámaras empresariales locales( pequeñas y medianas), empresas recuperadas por trabajadores, colegios de profesionales.
Lógicamente la reestructuración de los planes de estudios debe discutirse también en función de los objetivos reseñados en el punto 1.
Priorizar y fomentar la actividad investigativa en tanto y cuanto apunte a resolver los problemas y los desafíos de las mayorías populares. El desarrollo de tecnología no es un fin en sí mismo sino un instrumento para el desarrollo de las áreas estratégicas de un proyecto nacional que tenga como horizonte la justicia social y profundice sus lazos con el resto de los países de la región.
• La primera experiencia: La Centeno Derecho UBA.
Hace ya más de dos años de su lanzamiento, esta agrupación ha venido desarrollando en la Facultad de Derecho de la UBA un espacio político con las características que hemos venido describiendo.
No resulta casual el hecho de que el ámbito haya sido una facultad como la derecho ya que como sabemos, la gran mayoría de los dirigentes políticos son abogados y que además los marcos jurídicos resultan esenciales a la hora de estructurar un proyecto político ya sea de cariz neoliberal o por el contrario, de justicia social, como el que impulsamos desde este espacio. En este sentido, el inicio de la Juventud Sindical Universidad en derecho tiene una faz simbólica y otra estratégica.
Así fue que la agrupación se avocó específicamente a abordar el tema de la salida profesional del estudiante de derecho que cuenta dos posibilidades principales: entrar a la Justica o desempeñarse en estudios jurídicos. Ambas alternativas presentan problemas ya que al Poder Judicial salvo contadas excepciones se ingresa por contacto y el trabajo en estudios es una actividad que se encuentra altamente precarizado con un inédito porcentaje de no registración.
En su segunda elección (septiembre 2012), La Centeno ganó una Secretaría del Centro de Estudiantes a la cual denominó Secretaría de Trabajo y tiene como función primordial precisamente, promover desde la Facultad el ingreso democrático a la Justicia y revertir el trabajo en negro en estudios jurídicos.
La buena recepción de un discurso y praxis gremial en esta facultad resulta alentadora pero de nada sirve si queda en una experiencia aislada. Para una Argentina con Justicia Social precisamos una reforma sustancial de la Universidad en su conjunto, y por ello resulta clave el desarrollo de agrupaciones políticas con una perspectiva de los trabajadores en cada una de las facultades del país.
• Plan de Trabajo. Metodología.
– Discusión del presente documento. Organización de reuniones, charlas y debates. Aportes y agregados para una redacción final de la propuesta.
– Poner en contacto estudiantes que compartan esta visión en cada una de las diferentes carreras.
– Identificar por carrera, los principales problemas y objetivos de cada actividad en cuanto a la inserción laboral. Por ejemplo en derecho los problemas son el ingreso a dedo a la Justicia y el trabajo en negro en estudios jurídicos. Los objetivos: generar un ingreso por concurso, con un exámen anónimo que pondere la idoneidad y por otro lado, el desarrollo de un gremio hasta ahora inexistente que combata el empleo no registrado.
– Desarrollo de actividades en cada Facultad que permitan al estudiante comprender que la Facultad sí tiene que tomar un rol activo en que el estudiante consiga un empleo digno de lo que está estudiando.
– Presentación de las agrupaciones en elecciones estudiantiles.
– Presentación de los mismos espacios en graduados y docentes.
• Comunicación:
Argentina ha sido uno de los países donde el proyecto financiero neoliberal se ha aplicado con mayor virulencia buscando debilitar a las organizaciones gremiales y por consiguiente al pensamiento estratégico y alternativo que las mismas. Asimismo, en los últimos años también vimos cómo se ha buscado demonizar la actividad sindical calificando de extorsivos a los reclamos de los trabajadores y estigmatizando a algunos de los dirigentes más combativos.
En consecuencia lo gremial, en muchos casos se ha ubicado en el imaginario colectivo como un lugar emparentado a la corrupción, lo vetusto y lo burocrático. Es preciso admitir, que el accionar de algunos dirigentes sindicales también ha colaborado a consolidar este sentido común.
Atento a ello, es preciso desarrollar una buena estrategia de comunicación que permita desarticular esta perspectiva y demostrar que la unión-participación de quienes comparten los mismos problemas es la única alternativa para revertir las injusticias.
Un uso inteligente de la comunicación 2.0 (redes sociales), la generación de imágenes atractivas y un discurso interpelante entendiendo las particularidades de cada carrera resultan también elementos de importancia para que el proyecto de JVSU tenga buena acogida.
Buenos Aires, 20 de noviembre de 2012.