Amplían procesamientos a represores por crímenes en distintos centros clandestinos

Fuentes judiciales indicaron a Télam que las medidas alcanzaron al oficial Mayor Juan Carlos Mario Chacra, al ex Auxiliar de Inteligencia de la Policía Federal, Pedro Santiago «Calculín» Godoy, el Auxiliar Cuarto de Informaciones Eduardo Ángel Cruz, el Primer Alférez de Gendarmería Juan Miguel Méndez, al Cabo de la Federal Raimundo Oscar Izzi, al Ayudante de quinta del Servicio Penitenciario Héctor Horacio Marc; y al entonces Sargento de Caballería del Ejército, Alfredo Omar Feito.
El magistrado consideró a los represores «partícipes necesarios» del crimen de 19 prisioneros que el 6 de diciembre de 1978 egresaron del centro de detención Olimpo, simulándose su “traslado” a una granja de recuperación situada en el sur del país, como «forma de simular en los distintos centros clandestinos de detención el exterminio físico de seres humanos en forma sistemática».
Los informantes explicaron que «las formas de egresos del centro clandestino de detención eran distintas según el destino asignado a la víctima, y que en el caso de que se hubiere decidido la muerte de una persona, se simulaban `traslados masivos de detenidos´, que encubrían el inmediato homicidio de los mismos» por lo que Rafecas calificó esos episodios como “traslados-homicidios”.
«Generalmente eran precedidos de un ritual que consistía en la apertura de celdas, la lectura del listado de personas que serían `trasladadas´, quienes una vez que escuchaban su nombre o identificación debían dar un paso al frente, luego de lo cual debían marchar en fila india y despojarse de las ropas que podían `reutilizarse´”, explicaron las fuentes.
Sobre la base de las declaraciones prestadas por las víctimas en el marco del juicio oral, Rafecas determinó que el 6 de diciembre de 1978, en el Olimpo, se produjo un “traslado” de al menos diecinueve personas «para su muerte segura, quienes habrían sido luego arrojados a aguas del mar o del Río de la Plata, para hacer desaparecer sus cuerpos».
Las mismas fuentes recordaron que Godoy y Feito fueron ya condenados por el Tribunal Oral Federal Dos, de esta Ciudad, por «crímenes de lesa humanidad por su actuación en el centro de detención citado; sin embargo, las nuevas pruebas colectadas durante el Juicio Oral, dejaron en evidencia la participación necesaria de los mismos en el homicidio de los `trasladados´”.
Entre los imputados se encuentra también Chacra quien con el alias “Paco” era el tercer jefe del centro clandestino y como hombre del área de Inteligencia de la Superintendencia de Seguridad Federal, «solía participar en los interrogatorios y secuestros, a la vez que era quien informaba a las víctimas que serían liberadas y les imponía determinadas pautas de comportamiento».
Godoy «se especializaba en torturar y era el superior de Chacra en el área Inteligencia, a la vez que se hallaba en forma directa por debajo del Comisario Antonio José Benito Fioravanti a cargo del Centro de detención, hasta que fue sucedido por el mayor del Ejército Guillermo Antonio Minicucci, ambos fallecidos», explicaron los informantes al tiempo que señalaron que Cruz era quien operaba con el alias de “Cramer” e intervino «en el secuestro y custodia de los detenidos».
Rafecas tuvo por acreditado el cautiverio en “Atlético-Banco-Olimpo” de «una gran cantidad de víctimas que no habían sido hasta el momento consideradas judicialmente; sumando un total de 374 víctimas del circuito represivo, alojadas bajo condiciones infrahumanas de existencia orientadas a la despersonalización del cautivo, como la sujeción, la privación de la vista, la falta de alimentación, la falta de higiene, la prohibición del habla, las amenazas constantes de muerte y tortura, la exposición a desnudez, entre otras».