Sobre el CONICET y la asignación de becas

Por PCCE Universidad
Como estudiantes, graduados, profesionales comprometidos con la Universidad  Pública, la Ciencia y la Investigación consideramos que es injusto acusar de la expulsión de investigadores del Sistema Científico Nacional, al gobierno que más presupuesto ha invertido y más políticas concretas en materia de Ciencia y Tecnología ha tenido. Para poder hacer una lectura correcta de la realidad es necesario saber de dónde venimos, cual es el presente y hacia dónde vamos.
Venimos de décadas marcadas por el desinterés por parte del Estado, la ausencia de políticas públicas en materia de Ciencia y Tecnología, por parte de gobiernos que aplicaron múltiples ajustes a la Salud y la Educación Pública.
El gobierno de Néstor y Cristina a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología, creado por la misma gestión, aumentó 360% el otorgamiento de becas doctorales y postdoctorales entre los años 2003 y 2011, pasando de 2.378 a 8.555, así como también incrementó los montos de los estipendios, alcanzando valores que oscilan entre $4.722 y $5.959 mensuales. En 2004 el pago promedio de las becas del Conicet era de $800 para las doctorales y de $1.000 para las post-doctorales; el crecimiento promedio alcanzó el 590% en 7 años.
En cuanto al método para la asignación de becas CONICET, tradicionalmente los investigadores entraban por orden de mérito, lo que generaba un desbalance en la distribución geográfica y disciplinaria de la producción científica. Para contrarrestar esta tendencia, en el 2010 se implementó un sistema a través del cual el 20% de los ingresantes a la carrera de investigador lo hicieron por prioridad de vacancia geográfica o por temática de investigación. Así, un 80% entró como siempre, por orden de mérito en tanto que otro 20% se eligió por el lugar o por el tema.
Si como profesionales, no tenemos la MEMORIA suficiente para valorar este presente, este aumento en el número de becarios, en el presupuesto, la inversión en infraestructura (caso ex Bodegas Giol, construcción sede del CONICET en Ushuaia), y no tenemos real conciencia de lo que costó llegar a esta situación, somos injustos.
Los científicos somos importantes en el desarrollo productivo del país, y es por eso que el Gobierno Nacional ha tenido tantas políticas concretas vinculadas a la ciencia y la investigación, por lo que las mismas deben estar al servicio de las necesidades del pueblo, para beneficio de todos, y no caer en un podio de cristal reflejando una imagen del Científico en la Edad Media.
Por otro lado como profesionales comprometidos con la Salud no debemos dejar de visualizar el resto de las políticas llevadas a cabo por Néstor y Cristina en la Argentina. No caigamos en un egoísmo que nos impida ver la realidad que hoy está viviendo el país. Es ilógico pensar que mientras se está invirtiendo en la construcción de nuevas Universidades, escuelas, hospitales, becas para investigación, repatriación de científicos, etc., se acuse a este Gobierno de la expulsión de investigadores del Sistema Científico Nacional. Asumamos que la distribución de becas CONICET por ubicación geográfica y por temática es un gran avance en el camino de la redistribución que estamos hoy en día transitando. Todos debemos tener las mismas posibilidades de acceder a estas becas independientemente del lugar del país en que nos encontremos. De esta manera se pueden pensar y resolver problemáticas que abarquen todo el país.
Desde la crítica constante nada se construye, es más fácil destruir un edificio que construir sus cimientos. Sería interesante que quienes gritan una y otra vez contra los avances de este gobierno en materia de ciencia y tecnología, reconozcan su afiliación partidaria. Criticar desde las sombras tiene más que ver con la cobardía que con las intenciones de construir un país en serio. Detrás de este tipo de acusaciones existen intereses políticos que intentan destruir lo que se viene construyendo desde el 2003.
No podemos permitir que uno de los sectores que más beneficios ha recibido en el marco del kirchnerismo, hoy critique injustamente. Tengamos MEMORIA, valoremos el presente, y como profesionales con conciencia social y política aportemos a  reconstruir nuestro país. Estamos reconstruyendo en menos de 9 años lo que se logró destruir en más de 30.
«El conocimiento ocupa en nuestro gobierno, en nuestro proyecto, un lugar fundamental. No es un conocimiento aislado, no es un conocimiento que no interactúa con la sociedad; al contrario, es un conocimiento, una ciencia y tecnología que interactúa con la comunidad, interactúa con la economía, con la salud, para precisamente a través de la innovación tecnológica lograr agregar valor a nuestra economía y también conocimiento para la ciencia de la salud, la ciencia de la medicina, la ciencia de la salud sanitaria» CFK