Por Partido Comunista Argentino
El intento de ingresar al país en un avión de la Fuerza Aérea de los EEUU, un cargamento no declarado de armas de guerra, equipos de comunicación encriptado, programas informáticos, drogas narcóticas y estupefacientes no representa un mero “incidente diplomático” sino que implica un intento de violación de las leyes argentinas y una agresión a la soberanía nacional.
Haciendo alarde de su lógica imperial, el vocero del Departamento de Estado Philip Crowley declaró “estamos perplejos y preocupados”, ante la negativa del gobierno de permitir el ingreso al país del material no autorizado.
A la vez que saludamos la actitud del gobierno en este caso en particular, resulta imposible no vincular este hecho con los acuerdos que involucran a las fuerzas de seguridad en programas y cursos de intervenciones represivas como los dictados en la sucesora de la Escuela de las Américas, la International Law Enforcement Academies (ILEA), financiada por Washington y con sede en El Salvador.
Esto es posible por los acuerdos vigentes con los EEUU, enmarcados en la Ley 26268, conocida como “Ley Antiterrorista”, que facilita y promueve situaciones como esta.
Reafirmamos nuestra denuncia a esos acuerdos y exigimos la anulación de la Ley Antiterrorista como paso indispensable para contar con una política de seguridad autónoma y soberana.
El material incautado tenía como objetivo dotar de recursos a grupos de operaciones especiales de la Policía Federal, entregándole atribuciones a las fuerzas de seguridad que podrían ser utilizados para espiar y reprimir al movimiento popular y particularmente a la izquierda.
No podemos ignorar que a través de operaciones como estas, se impulsaron las maniobras de desestabilización que los EEUU han llevado adelante en diferentes países de la región en estos últimos años.
Reafirmamos nuestro convencimiento de que este tipo de acuerdos y operaciones no responden al interés nacional y van en el sentido contrario que debemos seguir para afrontar las problemáticas realmente existentes en nuestro país: alcanzar una justa distribución de la riqueza; eliminar la pobreza, la exclusión social y el empleo precario; mejorar la salud y la educación; recuperar las empresas y los recursos naturales enajenados, entre otros temas que involucran un verdadero proyecto emancipador.
Los intentos del PC por llamar la atención son cada vez más ridículos