Delegados por Curso, ¿Retomar una Tradición Democrática, o No?

Por JS-FOS

Frente a la cuestión de la democracia estudiantil y los delegados por curso como parte de ese proceso, tenemos diferencias con otras corrientes, tratamos de abordar algunas de ellas.

Con el fin de la dictadura los centros de estudiantes retomaron su funcionamiento, pero bajo la dirección de Franja Morada, se perdió una vieja tradición, la de los delegados por curso. Después del 2001, distintas agrupaciones desplazaron a la Franja, pero su pesada herencia sigue vigente: no se retomó el funcionamiento de cuerpo de delegados, alejando cada vez más la participación de los estudiantes. La otra parte de la herencia “morada” es el centro de servicios (rentados-bar-fotocopiadora).

Recientemente en la asamblea de Filosofía y Letras de la UBA se votó por unanimidad llevar adelante la elección de delegados por curso y en la UNQ se abrió un debate en el mismo sentido. Si bien son pequeños pasos para retomar la organización democrática de base, (existente por lo menos desde 1907) que esto se generalice va a depender de que haya voluntad política de quienes están al frente hoy de las organizaciones estudiantiles. ¿Y qué dicen entonces las corrientes de izquierda?

¿Un problema organizativo vs. Un problema político?

Desde el MST se nos dice que el problema del movimiento estudiantil es político y no organizativo, sin dudas lo central es político, pero los centros no logran canalizar el descontento de los estudiantes ni darle solución a sus problemas más concretos y sentidos.

En cambio nos encontramos con centros que sólo hacen campañas políticas generales, contestatarios y que al no resolver los problemas de la vida cotidiana, se alejan cada vez más de los estudiantes, que terminan por ver al centro como algo ajeno.

La contracara de lo político, es organizativo: al no haber organismos de base donde participen los estudiantes, discutan y resuelvan sus demandas, no hay participación estudiantil.

Decir que sólo es un problema político es cerrar la puerta a la participación de los estudiantes.

¿Las organizaciones de base son para la época de ascenso?

Según opinan los compañeros del MAS, sólo se puede hacer campaña de delegados para las épocas de ascenso, como eso no está dado hoy, sólo hay que buscar dónde darle tareas al activismo.

La historia nos muestra lo contrario: existe una forma organizativa permanente, el cuerpo de delegados, independientemente de la existencia o no de un ascenso en las luchas, (de la misma forma que en los sindicatos, de quienes se toma la tradición). La diferencia radica en que en una época de ascenso hay más participación y aparecen nuevas formas organizativas, no estatutarias, para tareas más variadas y específicas, que tal vez no permanecen en el tiempo.

Aún en épocas donde no pasa nada, estar organizados por la base con delegados nos ayudaría a estar en mejores condiciones para cuando la situación empiece a cambiar.

¿Más participación es dar espacio a la derecha y los sectores atrasados?

El PO dijo en la última asamblea de filo que en las aulas están los que votan al gobierno y a los radicales, que no van a luchar y por lo tanto las corrientes tienen que ganarlos políticamente, no consultarlos.

No nos podemos confundir: los centros tienen como eje defender los intereses de todos los estudiantes, independientemente de la opción política de cada uno. Como organismo de frente único deben representar al conjunto de los estudiantes y no a uno u otro sector identificado con un programa o partido político.

A diferencia  de los organismos de frente único, estos sectores se pueden organizar en agrupaciones y partidos y desde allí, presentar y defender sus posiciones para convencer a la mayoría.

Lo que no se puede es confundir ambas tareas, de lo contrario estaríamos dejando de lado a amplios sectores (en este caso la mayoría), falseando la representatividad y  quitándole democracia al centro, cerrándolo a interminables peleas entre corrientes.

¿Delegados cuando me conviene?

También están quienes se oponen a la existencia de delegados, mientras lo defienden y promueven en secundarios, aunque no haya ascenso, o lo plantean sólo cuando son oposición y una vez en la dirección del centro, automáticamente dejan de plantearlo, es el caso del PTS en Rosario, en la campaña del año pasado en psico o en general hasta el 2001.

Por la re-organización del movimiento estudiantil

Para concluir, sólo con la más amplia democracia por la base, donde la mayoría de los estudiantes discuta y resuelva, a partir de sus necesidades más sentidas, es que podremos avanzar en las tareas más de fondo, la defensa de la universidad pública, junto a la clase obrera y por la segunda y definitiva independencia.