La Policía de Macri Sale a la Calle con Picana

Por H.I.J.O.S
Regional Capital en la Red Nacional

El Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, saca a la calle a la Policía Metropolitana con armas condenadas por la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas, que actúan como picanas, son letales y no dejan marcas.

Desde H.I.J.O.S. repudiamos esta medida tomada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos de implementar este armamento. Macri y el Ministro de Seguridad Guillermo Montenegro no pueden dar seguridad: cuando el entonces Jefe de la Fuerza, el represor Jorge “Fino“ Palacios, era cuestionado por los familiares de víctimas del atentado en la AMIA, organismos de derechos humanos y las 40.000 personas que firmaron el petitorio para su remoción, tanto Macri como Montenegro afirmaron que Palacios era confiable, tanto que Macri le daría sus hijos para que los cuidara. Ahora su niñera está detenida por su responsabilidad en las escuchas telefónicas ilegales a Sergio Burstein, familiar de una víctima del atentado. Ésta es la misma confianza que nos dan Macri y Montenegro acerca de estas armas: ninguna.

Y podemos hilar más fino. Diputados de su bloque apoyaron la candidatura del represor Luis Abelardo Patti, ahora detenido en Marcos Paz por delitos de lesa humanidad. Sin ir más lejos, uno de ellos fue el actual Jefe de la Metropolitana, Eugenio Burzaco. ¿Cómo puede ser Jefe de la Fuerza alguien que defendió parlamentariamente a un represor, que como integrante de la Policía violó los derechos humanos, torturando y asesinando?.

La Policía Metropolitana fue cuestionada por más motivos, entre ellos, que todavía sigue empleando a represores de la última dictadura cívico-militar en sus oficinas. Y porque, además, parece estar preparándose para eventos de represión, cuando por Ley sólo podría participar en delitos previstos en el Código Contravencional.

Parece que al Gobierno de la Ciudad le gusta mucho la represión y anhela otras épocas, en las que las calles estaban enrejadas y la picana era de uso cotidiano. Esta misma gestión que dice no tener más dinero para educación y salud invierte en estas armas alrededor de 2.000 dólares por unidad y alrededor de 100 por cada cartucho que se dispara, según las cifras del mercado.

Según informó el Observatorio de Derechos Humanos (www.observatorioddhh.org.ar), “A diferencia de la Picana, la Taser no necesita ser enchufada, y tampoco realiza una descarga de 220v. Tiene forma de pistola, funciona con una pila de 26v, y al ser disparada produce una descarga de 50.000 voltios que tumba e inmoviliza al receptor. Por otro lado, las neopicanas cuentan con un nuevo beneficio: no dejan marcas, ergo no dejan pruebas”.

Exigimos que el Gobierno de la Ciudad se atenga a la condena hecha por la Convención Contra la Tortura de las Naciones Unidas sobre el uso de estas armas y las retire de la Metropolitana. Hacerlo sería estar a la altura de la democracia.

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