Tedesco: “El Holocausto nos Advierte Trágicamente acerca de los Límites de la Educación”

En la ceremonia –que se realizó en el Palacio San Martín, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores argentino– estuvieron presentes el canciller Jorge Taiana; el ministro de Justicia, Aníbal Fernández; el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; y las autoridades de las principales entidades de la comunidad judía.

“El gobierno argentino, a través de la cartera educativa nacional y de los ministerios de Educación de todas las jurisdicciones, está desarrollando un conjunto de medidas que traduce estos principios en acciones concretas”, señaló Tedesco.

Y destacó que “la Ley Nacional de Educación, sancionada hace poco más de dos años, establece como contenido curricular obligatorio y común a todo el país, el conocimiento y la construcción de la memoria colectiva destinada a promover en los alumnos sentimientos democráticos, el respeto a los derechos humanos y a la diversidad cultural”.

Entre las acciones que se han implementado, el Ministro mencionó la incorporación de Argentina al Grupo de Trabajo para la Cooperación Internacional en Educación; la producción de materiales didácticos destinados a la capacitación docente; la inclusión de El diario de Anna Frank en la colección de 100 volúmenes para el nivel medio, destinada a bibliotecas escolares de todo el país; y la promoción de actividades de encuentro y solidaridad entre alumnos de distintos credos.

“El Holocausto nos advierte trágicamente acerca de los límites de la educación cuando se la concibe desde una visión que la reduce a los aspectos cognitivos, a brindar información y conocimientos –consideró Tedesco–. El desarrollo científico implica un enorme desafío a la responsabilidad ética con la cual utilizamos esos conocimientos”.

En el cierre de su discurso, el titular de la cartera educativa nacional recordó que “desde hace varios años, la UNESCO insiste en colocar entre los pilares de la educación del siglo XXI el objetivo de aprender a vivir juntos. Es preciso asumir que aprender –y, por lo tanto, enseñar– a vivir juntos, es tan importante como aprender a trabajar, a razonar, a experimentar o a emprender”.

“La escuela del siglo XXI debe ser una escuela de encuentro entre diferentes –concluyó Tedesco–. Los adultos tenemos que demostrarles a nuestros hijos, a nuestros jóvenes, que somos capaces de decir no a la discriminación, no a la injusticia social, no a la xenofobia, no a la violencia para resolver los conflictos”.