Por Charo Márquez
@cafeesamor
Mientras el Amazonas se está incendiando y el planeta pierde una de las fuentes principales de oxígeno y biodiversidad, se va a llevar a cabo la Cumbre Mundial Acción Climática de la Organización de las Naciones Unidas. Una de sus participantes más renombradas es una adolescente de 16 años. Greta Thunberg, no va a ir en avión sino en velero con la intención de dar un mensaje claro: la crisis del cambio climático es real.
Es posible que hayan escuchado o visto algo sobre esta chica, una rubia menudita que puso a otres miles y miles de adolescentes europexs en pie de guerra contra la crisis del cambio climático.
Greta nació en 2003 en Estocolmo. A los 11, como cuenta en la charla Ted, fue diagnosticada con depresión, mutismo selectivo y Síndrome de Asperger. Una de las cuestiones que llevó a la depresión a la niña fue enterarse de que las personas individuales podían impactar en el ecosistema, pero que nadie hacía nada y efectivamente, las cosas fueron empeorando a lo largo de los años. La joven, sin embargo, no culpabiliza a la ciudadanía sino a los gobiernos y las corporaciones por la desinformación en la que sumergen a la población.
En agosto de 2018 Greta se hizo conocida porque decidió no ir los viernes al colegio y sentarse en la puerta del parlamento sueco en protesta por la inacción frente a la cuestión ambiental. “Los países ricos como Suecia deben disminuir sus emisiones de carbono, por lo menos, un 15% cada año (…) para que las poblaciones de los países más pobres tengan una chance de mejorar su calidad de vida” dijo Thunberg ante una audiencia emocionada en el escenario Ted.
Desde ese momento, se han hecho marchas en varios países, “Australia, Austria, Bélgica, Canadá, los Países Bajos, Alemania, Finlandia, Dinamarca, Japón, Suiza, Reino Unido y en América Estados Unidos, Canadá, México, Argentina, Colombia, Uruguay, Brasil y Chile”, exigiendo a los gobiernos que cumplan con el Acuerdo de París. Sí, el que Trump se resiste a llevar adelante.
Hoy en día, Greta está cruzando el Océano en un velero muy simpático libre de emisiones de carbono, acompañada por una tripulación de navegantes, con destino en Nueva York para participar del encuentro de la ONU. De todas formas, las soluciones ya las conocemos, “lo que hay que hacer es despertarse y cambiar”.