“Dejá la tibieza de lado”: entrevista a Macarena Sánchez Jeanney

Por Charo Márquez
@cafeesamor

Es de las futbolistas más conocidas del país. Por sus méritos deportivos, pero sobre todo por el feminismo: se pronunció a favor del aborto y causó revuelo, habló de fútbol mixto y la hostigaron durante horas. Cada vez que le dicen o se dice torta, Twitter orbita alrededor suyo como si confesara un crimen.

Macarena Sánchez Jeanney (que está cumpliendo 27 en este mismo instante: para les aficionades a la astrología, sí, es capricorniana) es santafesina y juega en el UAI Urquiza, uno de los clubes más populares de fútbol femenino (a nosotres tampoco nos gusta el término, pero por ahora, lo vamos a seguir usando).

La delantera me recibe en su casa, un monoambiente nuevo en San Telmo. Tiene lo mínimo indispensable para sobrevivir: arroz, harina, yerba, cosas de limpieza, una valija de cabina a mano y Putita Golosa (de Luciana Peker) en la mesa. Es la tarde libre de entrenamiento, otra jugadora del plantel está de visita en su casa y se ofrece a ir a comprar facturas. El sol empieza a bajar por el ventanal. Maca prepara el mate, me pregunta si dulce o amargo, respondo amargo y sonríe.

-¿Cómo fue el momento en el que decidiste que te venías a vivir acá?
-Fue en 2011, 2012, no había mucha difusión del fútbol femenino, menos que ahora. Y el único que más o menos informaba era Boca. Me enteré de que había un par de pruebas, no me animaba a decirle a mis viejos que había tomado la decisión de venirme, no tenía laburo, no sabía qué iba a hacer…Terminé el colegio, me puse a estudiar Educación Física el primer año y después, los agarré a mis viejos y les dije «bueno, me voy a Buenos Aires», me quería ir, yo estaba en ese momento jugando en un equipo allá, pero muy amateur. Y mis viejos me bancaron. Así que vine con ese equipo a probarme acá a UAI. Y desde ahí que estoy acá, hace siete años ya.

-Es un montón de tiempo.
-Sí, pero es el club que más le da al fútbol femenino.

-Eso estuve viendo, es sorprendente la diferencia.
-Tiene un montón de cosas atrás por mejorar y eso, pero sí, dentro de todo, es el que más le da: a las pibas les da departamentos, laburo, beca al cien por ciento en la Universidad Abierta Interamericana, viáticos, tenemos cobertura médica. El UAI surge en 2009 cuando la UAI se fusionó con el Ferrocarril Urquiza. Entonces lo refundan y crean UAI Urquiza. El equipo femenino ya estaba en Ferrocarril, pero a partir de ahí empiezan a darle un poco más de bola, hay más guita, entonces se mueve un poco más. Y ya en el 2012 empezamos a ganar un montón de cosas.

-Además de los beneficios, deportivamente, ¿el UAI es mejor?
-Sí, en el entrenamiento, la estructura. Hay siete jugadoras que son de la selección. Siempre la selección estuvo compuesta por jugadoras de Boca y River.

-¿Tu vida cotidiana cómo es?
-Laburo de lunes a viernes de 8 a dos de la tarde, en teoría, me voy a la 1 porque sino no llego a entrenar. A las 3 arranca el entrenamiento, a las 6 termina. Entrenamos una vez por semana en Lynch y tres veces en Ezeiza, en un predio de la universidad, que tiene todas las comodidades. A las 7 volvemos, a las 8 me voy a cursar, ya llego tarde porque, en realidad, entraría a las 7 a cursar y a las 11 termino de cursar y vuelvo.

-(Trabajo Social de la UBA es conocida en la comunidad por las prácticas preprofesionales que se hacen durante cuatro años en organizaciones de la sociedad civil) ¿Cómo vas a hacer con las prácticas de la carrera?
-Y, bueno, no se… arranqué la carrera sabiendo que en algún momento iba a tener que dejar de jugar al fútbol, salvo que mágicamente se profesionalice. Igualmente, ya tengo 27… en comparación con un hombre.

-Te podrían quedar ocho años de carrera tranquilamente.
-Totalmente. Pero la mayoría de las mujeres se retira joven. Por esto mismo que te digo: llega un momento en que ya está, no es posible vivir de esto, entonces, ya está. O comés o jugás al fútbol.

En junio, mientras la marea verde copaba las calles y hacía estallar las mesas familiares, Sánchez Jeanney publicó un tweet con dos fotos en las que se la ve emocionada con el pañuelo verde pidiendo la legalización del aborto. Voy a reconocer que fue la primera vez que escuché sobre ella: “Hasta las jugadoras de fútbol están saliendo a bancar” me dijo una amiga y me pasó el tweet.

-¿Hubo un momento en el que decidiste tomar una postura política pública o siempre la habías tenido?
-Siempre la tuve. Por ahí, ahora es un poco más… siento que debo tener un poco más de cuidado porque cualquier cosa que decís tiene repercusión. Pero siempre fui a las marchas y siempre lo hice saber. Pero me chupa un huevo, digo lo que pienso y ya, mucho no me interesa.

-Y tu familia, ¿tiene actividad política?
-Mi mamá, sí, desde siempre estuvo metida en eso, fue funcionara en el gobierno de Obeid en Santa Fe, cuatro años. Era encargada de adultos mayores de la Provincia. Antes de eso trabajó mucho tiempo en Derechos Humanos y ahora está en la Defensoría del Pueblo hace un montón. Y mi papá trabaja en ATE, en el gremio. Mi mamá, re k, mi viejo re peronista. Y todas nosotras, tengo tres hermanas, salimos bastante con esto de lo social que está ahí, como a flor de piel. De chicas nos llevaron siempre a los barrios y esas cosas. En un momento odiaba la política: cuando mi vieja estaba de funcionaria, era 24/7 mi vieja con el teléfono, llamaban a mi casa, entrevistas, qué se yo, gente todo el tiempo. La iba a buscar a mi vieja al trabajo y había gente afuera reclamando algo y la cagaban a puteadas a mi vieja y capaz que nada que ver. Y estuvo bastante ausente mi mamá: siempre que le preguntamos dice que no lo volvería a hacer, porque demandaba mucho tiempo… y eso que los cargos que tenía ella era nada en comparación a un cargo mayor. Mi hermana y yo odiábamos la política porque la veíamos a mi vieja re ausente en mi casa. Pero después terminó, nos empezó a interesar. En mi casa es todo el tiempo política, todo lo relacionamos a la política, se habla todo el tiempo de eso. Ahora me gusta y lo disfrutamos.

-De hecho, tu exposición en las redes aumentó mucho cuando te pronunciaste a favor de la legalización del aborto. Ese fue como un cambio interesante, me parece.
-Sí, porque creo me gusta que las personas que tienen más llegada a los demás tomen una postura: dejá la tibieza de lado, no es que estás discutiendo una boludez. Aparte, mucha gente, por más de que nosotras no somos figuras muy importantes, hay gente que nos trata de imitar. Qué se yo, me parece que es importante que tenemos más llegada a la gente y tenemos que ser conscientes de eso.

-Que justo no es algo muy habitual, en nuestro país, el mundo el deportivo es bastante prescindente de la política, salvo como algunos jugadores de fútbol que a veces se muestran cerca de algunos políticos.
-Es que muchos toman la política como si fuese un tabú o tienen miedo a que la gente los putee. Yo con las chicas lo veo así: hay muchas que no toman una postura, que son mucho más conocidas que yo, o que están en la selección o que fueron jugadoras olímpicas, no toman postura porque no quieren chocarse con todo eso de que la gente las cague a puteadas en las redes, que salgan en todos lados.

-Es como que perdés un montón de privilegios, sobre todo teniendo sponsors.
-Bueno y ahora que nuestros sponsors se están interesando bastante, mucho menos van a salir a tomar una postura. Y también es un poco por desinterés: no se informan porque realmente no les interesa. Y mirá que yo estoy todo el tiempo con lo del aborto, la política, todo el tiempo, y ellas saben lo que yo opino y me leen y yo se re clara con eso: tomo una postura y ya. Pero ellas no, es como que no se interesan, no toman consciencia de ciertos temas. Algunas sí, pero hasta ahí, piensan que hacer una revolución por un tema en las redes les puede traer problemas. El entorno tampoco ayuda.

Si bien el fútbol femenino / de mujeres, lesbianas, trans, travestis / disidente crece sin parar en nuestro país. Si bien, cada día hay más torneos, ligas, campeonatos de fútbol “femenino” y ya no pareciera haber prejuicios ridículos como que es un deporte de varones. Si bien la selección argentina clasificó al mundial el año que viene en Francia, el fútbol femenino sigue siendo amateur. Contra los millones y millones de dólares que mueve el mercado de pases, los derechos de televización y la industria publiciataria, las pibas siguen sin cobrar un sueldo por su compromiso deportivo. Eso que llaman aguante, es trabajo no pago.

-Sobre el amateurismo y la profesionalización, ¿tus compañeras qué opinan? Porque a vos te leí en La Izquierda Diario siendo muy clara sobre eso.
-Todas quieren que se profesionalice, no tienen dudas. Pero lamentablemente no va a poder ser: yo se que me voy a retirar y no lo voy a vivir.

-¿Y por qué con algunos deportes pasó y con este no?
-Sí, es que se consiguieron cosas pero para jugadoras de la selección. Pero en cuanto a clubes, hay un problema que es que no se comprometen. Los clubes están dispuestos a endeudarse hasta la concha de la lora por el equipo masculino, pero “ah, cuando el equipo femenino necesita guita, no hay presupuesto”. Entonces no es un tema solamente por el que hay que responsabilizar a AFA sino a los clubes también. La profesionalización no depende solo de AFA. Cuando una jugadora firme un contrato, el club va a ser el que te va a tener que pagar. Yo creo que no se da por distintas cuestiones, creo que el machismo es nuestra primera barrera. El fútbol es un ambiente de mierda. La gente que está metida en el fútbol es cien por ciento machista y no quiere que la mujer sea profesional, no hay vuelta que darle.

-¿Cuál es el discurso que usan para justificar el amateurismo?
-Los clubes: que no hay plata, que el fútbol femenino es una pérdida en vez de ser una ganancia, que nadie lo va a ver, entonces no compran entradas, no hay guita, no hay sponsors, bah, hay pero no hay muchos, no hay derecho de televización. No hay medios de comunicación que se interesen por el fútbol femenino. Es todo una rueda, no es culpa de alguien puntualmente, ni de AFA. Es culpa de la sociedad de mierda que sigue con ese pensamiento, es culpa de los que están a cargo de los grandes medios de comunicación que tampoco ponen su granito de arena. Yo creo que es un poco de todo, por eso te digo que es muy difícil que se logre y yo se que no lo voy a vivir y la mayoría de nuestro plantel sabe que no lo va a vivir. Porque es un quilombo lo que hay que hacer, es un cambio de pensamiento. Creció un montón con todo esto del feminismo, fue bastante importante para el fútbol femenino, pero falta un montón.

-¿Alguna vez pensaste en hacer política deportiva?
-Mi idea, cuando me reitre, es trabajar el fútbol desde lo social. No tanto dirigencialmente ni nada… un poco por cansancio porque siento que es un poco más de lo mismo: me voy a retirar y voy a estar luchando todos los días contra el mismo sistema. También entiendo que es algo que falta, que haya dirigentes que hayan sido jugadoras y que entiendan. Pero sí, un poco desde lo social, también relacionado con la política. No se si la conocés a Mónica Santino…

-Sí, te iba a preguntar por ella justo.
-Bueno, me gusta bastante lo que hace, pero ella trabaja desde lo social.

-¿Creés que habría diferencia si hubiera mujeres en la dirigencia de los clubes o en el cuerpo técnico?
-Más en el tema dirigencial, me parece. Que haya mujeres por ahí hace que entiendan lo que vivimos y tengan la capacidad de ponerse en nuestro lugar. Por ahí los hombres no lo entienden y les cuesta ver las cosas por las que pasamos. Entonces sí me parece que estaría bueno que haya más mujeres.

-¿Qué harías si tuvieras más tiempo libre?
Dormiría (risas). No se, creo que militaría en algo, en alguna agrupación feminista, kirchnerista o peronista, algo de eso seguro, sí. O ir a hacer algo social, ir a ayudar a un comedor.

-¿Qué es para vos el feminismo?
-Para mí es un movimiento que me empodera, que me hace ver las cosas desde otro lugar, que me da otra visión de absolutamente todo en la vida. Me ayuda a cuestionarme todo, hasta lo más simple, y me hace abrir muchísimo la cabeza. Me di cuenta de que hay cosas que pensaba mal, que estaba actuando mal y que, hoy en día, hay cosas que las sigo teniendo, obviamente no estoy cien por ciento deconstruida. Es un movimiento que me ayuda a deconstruirme y a formarme como mujer. Hay cosas que son simples, que son mandatos culturales que vivimos todos los días, que no cuestionamos.

-Pensaba en el paralelismo de la doble jornada laboral de la que habla el feminismo (el trabajo pago y el trabajo doméstico) y vos tenés una triple jornada: trabajás, jugás al fútbol y estudiás y además toda tu vida amorosa, social, sos como una persona sin tiempo propio.
-No tengo tiempo para mí, no se por cuánto tiempo voy a poder seguir haciéndolo, porque es muy desgastante y aparte eso, ya de por sí, tener triple jornada o doble, y ser mujer. No se si los hombres que tienen las mismas situaciones: nosotras entrenamos y hay cosas que nos faltan, a veces vamos y no nos dan la cancha. Son como siete jornadas, estás todo el tiempo luchando contra algo, contra un sistema, contra alguien que no te da lo que te corresponde, es re desgastante.

-¿Admirás a algún jugador o jugadora?
-Sí, a Florencia Bonsegundo. Jugué con ella desde el 2014 hasta este año y es la mejor jugadora argentina y porque, más allá de lo que es como jugadora, es mi amiga y es muy humilde, y nada, es una crack como persona, es una genia. Tiene un montón de capacidades y no se la cree y se pone el equipo al hombro, el grupo. Pero jugador hombre, qué se yo, sí, me gusta Messi, pero no me transmiten. Pienso que mi ejemplo a seguir tiene que ser alguien que me transmita más allá del fútbol, que tome postura por un montón de cuestiones. Jugador de fútbol puede ser cualquiera.

-¿Qué les dirías a las chicas que quieren jugar al fútbol?
-Que se dediquen al hockey (risas). Les diría que es un ambiente de mierda, pero que vale la pena y que siempre el fútbol tiene que estar acompañado de justicia social, empoderamiento, no es solo un deporte. Y que hay cosas muchísimo más importantes que el fútbol, que el fútbol no es vida o muerte. Y que es un deporte hermoso pero que tienen que luchar para que no esté contaminado, que la contaminación que tiene el fútbol masculino no se traslade al femenino.

Por la Ley N° 15.100, promulgada el 26 de diciembre de este año, la Provincia de Buenos Aires reconoce el derecho al deporte a todas las personas con respeto por su identidad de género autopercibida. Es un pequeñísimo paso en todo lo que falta, pero estamos más cerca de que el fútbol sea para todes.

Cuando me iba de la casa de Maca, había llegado otra amiga suya. Eran tres y se iban a cenar a lo de una cuarta, que vive enfrente. Formaron una pequeña comunidad de deportistas jóvenes que viven solas y se acompañan en el deslome que implica jugar al fútbol siendo mujer, lesbiana o trans en nuestro país. Son chicas que a veces siendo adolescentes se vienen a vivir a Buenos Aires persiguiendo el sueño de meter un gol en primera, de ir al mundial. Después se encuentran con otro universo: el amateurismo es exigente, es cruel, es competitivo, pero cada día vamos más a la cancha a alentarlas, cada día somo más las que seguimos la liga, y ellas, cada día, son más compañeras.