Onda Vaga y CNBA un solo corazón

 

 

Por Charo Márquez
@cafeesamor

No escribimos estas notas porque nos gusta. No nos alegra que haya mujeres y lesbianas exponiéndose, ante el universo desconocido de internet, contando sus historias dolorosas y poniéndoles nombre y apellido. Pero la escena se repite, semana a semana, sin parar, desde hace más de dos años.

Otra vez, un grupo de sobrevivientes acusa a integrantes de una banda de ejercer contra ellas distintos tipos y grados de violencia.

Y todo se repite: el modo de la vejación, el silencio entre pares, la sensación de ser las elegidas para las adolescentes cada vez que un músico las invita a pasar a su camarín, la reacción comunitaria de no creerles, de tratarlas de exageradas, de juzgar su acción de publicitar los acontecimientos como una búsqueda de venganza.

Esta vez, hay otra cosa en común con la última acusación colectiva: varios de los perpetradores, integrantes de la banda Onda vaga, son egresados del Nacional Buenos Aires. Puede parecer un dato menor, una simple casualidad, pero si algo nos enseñan las ciencias sociales, especialmente las lecturas de Bourdieu, es que pocas cosas son casuales en la vida.

En Los herederos, un libro clave de la Sociología, que salió en Francia en 1964, Bourdieu y Passeron plantean que para los (y las) estudiantes no hay mucha libertad de elección en base a la familia de origen, por su situación/condición de clase. Para simplificar, la hipótesis es que la pertenencia a cierto sector social, económico, etario, geográfico, a cierto género, produce formas de pensar, sentir y actuar (el hábitus con el que varixs estudiantes de Sociología hemos enloquecido durante décadas), que se ve reforzado por la pertenencia a ciertas instituciones, además de las ya nombradas.

El Buenos Aires es, sin duda, un colegio emblema de nuestro país. El alma mater de la clase dirigente desde su fundación en 1863. Cientos de generaciones de varones (y tardíamente mujeres) fueron criadas por profesores estrictos que enseñaban contenidos curriculares pero también reforzaban habitus, imponían expectativas de realización personal, política, económica, patriótica sobre sus alumnos. Y también se enseña una forma de ser hombres en ese mundo (sobre esto pueden seguir leyendo a Bourdieu, googleen, que hay mucho, mucho en pdf). No todos los egresados del CNBA son así, no hace falta ni aclararlo. No a todos les pregnó la ideología dominante de forma lineal, ni tampoco es tan directo que porque un docente resalte ciertas actitudes como positivas para la masculinidad, un varón de la clase va a sentirse avalado. Pero así funcionan los aparatos ideológicos del estado de los que hablaba Althusser, las performances de género de Butler, ya un poco más cerca en el tiempo.

Y así lo pusieron de manifiesto les ex alumnes hace unos días cuando plantearon que desde el Colegio se apañaban y ocultaban casos de abuso y acoso flagrantes contra las estudiantes, ya sea desde sus pares o sus profesores y preceptores.

No es casualidad, entonces, que algunos de los miembros de Onda Vaga -Nacho Rodríguez (Doris, Nacho y los Caracoles), Marcelo Blanco (Doris), Marcos Orellana (Michael Mike) y Tomás Justo Gaggero (Michael Mike) y Germán Cohen (Flor de Mambo, Satelite Kingstone)- hayan ido al CNBA. La cultura de la violación, el patriarcado, la sensación de que los cuerpos de las mujeres están siempre a disposición o merecen ser atacados, las ansias del ejercicio de poder, la fratría, vienen de algún lado.

Otra cosa que se repite a lo largo de los 30 testimonios (hasta el día de hoy, viernes, 5 de octubre, pero se van sumando) y que también vemos en otros casos es la forma burda del acoso. El enrostre del poder, de la desigualdad entre músicos y fans. El otro día, en Twitter, Clara Loustaunau, se preguntaba: “A mí no me calienta un pibe de 15 años. ¿Por qué a ustedes sí? ¿Por qué les gustan tanto aquellas mujeres cuyo consentimiento y deseo es más dócil? ¿Qué es lo que les gusta? ¿Qué les está calentando?” y es justamente eso, ser más que ellas, poder ejercer el poder y el control que de chicos les habían prometido que iban a poder ejercer ilimitadamente sobre las mujeres que desearan.

Hoy se encuentran con que las mujeres y lesbianas están empoderadas y no se dejan violentar tan fácilmente o, en este caso, aunque hayan pasado años, van a juntar el valor de decirlo públicamente y ponerle un fin a eso, tanto les ex alumnes del Buenos Aires, como las 30 personas que hoy están acusando a los miembros de Onda Vaga.

A la vez que estas pibas se exponen para poder reconstruirse tras experiencias violentas y nefastas, la banda acaba de cancelar su última fecha en la gira europea.

Mientras tanto, las autoridades de la UBA se debaten qué hacer frente a la bola de nieve que se desató tras el discurso en la entrega de diplomas. Distinto es el caso dentro del Colegio, donde el Rector (tal como viene pasando con sus antecesorxs) es parte del problema. Quizá reconocer que hay un problema institucional de base sea una forma de empezar a ser parte de la solución.