Ex alumnes del CNBA contra la violencia machista

Por Charo Márquez
@cafeesamor

Desde hace meses que ex alumnas del Buenos Aires están visibilizando la violencia machista a la que fueron sometidas durante sus años de secundario. La semana pasada, en la entrega de diplomas de la camada 2016-2017, leyeron un texto, de forma coordinada, como destaca Marina Mariasch hoy en LatFem, en el que exponen no solo a sus pares sino también a preceptores y docentes.

“Es doloroso recordar cómo algunos compañeros pasaron por alto nuestro consentimiento, es doloroso ver el silencio y la complicidad de quienes pudieron tener un papel fundamental en frenarlo. Es doloroso cuánta violencia psicológica, simbólica y física aprendimos a callar y cómo, por estas mismas acciones, se nos enseñó a sentir culpa. Pero más doloroso es seguir haciendo de cuenta que nada de todo esto ocurrió. Que ser varón, mujer o disidencia, acá, daba lo mismo.
Hoy les decimos: no daba lo mismo.” dicen les ex alumnes en el comunicado que leyeron y circula por las redes.

Durante años, en el colegio preuniversitario, existieron grupos de varones -La Liga fue el más conocido-, que entran en lo que Rita Segato llama la fratría. Es el opuesto de la sororidad, es, de hecho, el pacto entre varones para asegurarse la protección colectiva frente a posibles ataques, denuncias, acusaciones de mujeres por violencias ejercidas de forma individual o grupal. Si la sororidad y el affidamento hablan de la relación de construcción entre mujeres y disidencias en pos de la liberación del sistema patriarcal, la fratría justamente intenta reforzar este sistema y preservar el lugar de los hombres. Estos grupos eran grupos de amigos que se juntaban a cosificar, denigrar, vejar, acosar a mujeres y disidencias del Colegio. Pero además también se presentaban a elecciones, de hecho han llegado a tener puestos en la estructura del Centro de Estudiantes.

Les egresades, además, se enmarcan dentro del movimiento feminista, se reconocen parte de una generación y un sector que está transformando la realidad concreta en la que viven: “Esto significa una doble responsabilidad: luchar por las reivindicaciones de nuestro género y luchar por condiciones de vida dignas para quienes nos rodean.”

Su apuesta no se queda en visibilizar lo que vivieron en esos años, sino que quieren “obtener de una vez por todas lo que nos corresponde como mujeres, disidencias, estudiantes y trabajadoras, pero también lo que corresponde al pueblo: vivir libre y dignamente.”

Hoy lunes, el Rectorado de la UBA anunció que asumirá la responsabilidad de la investigación sobre los hechos denunciados por les ex alumnes, aplicando el Protocolo de acción institucional para la prevención e intervención ante situaciones de violencia o discriminación de género u orientación sexual (Res CS 4043/15).