Los lápices siguen escribiendo

Hoy se cumplen 42 años de La Noche de los Lápices, un hecho siniestro de la última dictadura cívico militar que sigue impune.

En la ciudad de La Plata, fueron secuestrades diez adolescentes, militantes de la UES (otra UES, aunque de ahí viene el nombre de la agrupación actual) y otras organizaciones como la Juventud Guevarista. Solo cuatro sobrevivieron: Pablo Díaz y Emilce Moler entre elles.
Les estudiantes reclamaban por el boleto estudiantil y fueron secuestrados entre el 16 y el 21 de septiembre por la policía bonaerense dirigida por Ramón Camps y el Batallón 601 del Ejércitos, dos instituciones emblemas del régimen militar de los años setenta y ochenta.
Todes elles se han convertido en emblema de la lucha estudiantil, excediendo las caracterizaciones partidarias y el reclamo puntual que les unía, el boleto.

Si bien en 2003 se derogaron las leyes de obediencia debida y punto final que impedían que se realizaran los juicios por los delitos de lesa humanidad cometidos en principio entre 1976 y 1983 (luego se ampliaron los procesos penales para incluir los crímenes perpetrados por la Triple A desde 1974 hasta el golpe de estado del ‘76), aún hoy no se han juzgado a los responsables de La Noche de los Lápices.

Mañana, lunes 17, se realiza una marcha en CABA en conmemoración del secuestro y desaparición forzada de les adolescentes platenses, y también por el derecho actual a la educación.