Derecho sororo

Hace unas semanas, una alumna de la Facultad de Derecho de la UBA sufrió una violación dentro de la casa de estudios. Frente a esto, las estudiantes se empezaron a comunicar, organizar y encontrar. La sororidad, finalmente, llegó a Figueroa Alcorta.

El decanato lanzó un comunicado sobre el tema, pero lo hizo a destiempo y sin tomar por ciertas las declaraciones de la joven. Al estar escrito con condicionales, el texto refleja la duda sobre la palabra de la víctima. Una práctica a la que el feminismo local está más que acostumbrado.

Frente a este escenario y acompañadas por una marea verde y violeta que no se calla más, las estudiantes, graduadas y docentes de la Facultad decidieron hacer lo que habrían hecho en cualquier otro ámbito: juntarse.

Ya están organizando una segunda reunión para debatir no solo qué hacer con este caso, sino con la política institucional de abordaje para los hechos de violencia basada en género que sucedieran en el ámbito de Derecho, aunque la Facultad ya cuente con una oficina especializada.

De este espacio están participando, casi como imitando a l@s soror@s del Congreso, compañeras de todas las organizaciones políticas pero además varias independientes o no organizadas.