Sonia Sánchez, Visitante Ilustre de la UNCuyo

“Gracias por abrirme las puertas de su Universidad y por reconocer mi trabajo” dijo Sonia Sánchez después de recibir de manos del rector Daniel Pizzi el diploma que la distingue como Visitante Ilustre de la UNCuyo, en un acto que se realizó en la facultad de Filosofía y Letras.
El Consejo Superior decidió reconocerla por su extensa trayectoria en la revalorización social de la mujer, su pelea cotidiana para que la prostitución sea considerada una forma de explotación y violencia física, simbólica y psicológica, y sus incontables denuncias ante organismos estatales de redes de trata de personas.
A sus 50 años, Sonia Sánchez lleva un largo camino en la defensa de los derechos de las mujeres contra la explotación sexual y la trata de personas. “Yo no busco reconocimiento, yo quiero justicia y vivir libre en sociedad, pero todo reconocimiento es una caricia al alma”, explicó emocionada.
El pedido ante el Superior lo impulsó la consejera estudiantil de Filosofía y Letras, Marianella Janet Araya, integrante de la Agrupación Paulo Freire. “Tenemos que movilizarnos para decir basta, porque como sociedad somos todos responsables”, dijo Araya quien valoró que la Universidad apoye la discusión y concientización sobre la trata de personas y la explotación sexual.
Sonia Sánchez cayó en la prostitución cuando era muy joven, a los 17 años, cuando abandonó su Chaco natal y se fue a vivir a Buenos Aires para progresar en la vida. “Antes de ser la puta de todas y todos, de ser prostituida por un varón prostituyente, yo fui hija, fui hermana, fui estudiante” recordaba Sonia, quien actualmente atraviesa ataques de pánicos por las “heridas” que le dejó la violencia que significa la prostitución y el tráfico de personas.
“La prostitución no es un trabajo, es la violación de derechos económicos, sociales, culturales, políticos y civiles de una persona. Y el primero en violarlo es el propio Estado. Porque si existe una puta, ella es el resultado de las políticas públicas de nuestros gobernantes” arrojó Sánchez y agregó “la violación de estos derechos hace que los proxenetas y traficantes se aprovechen de esta vulnerabilidad”.
Como víctima de esa violencia, Sánchez reconoció que con las herramientas necesarias no hubiera caído en la prostitución. Se refería a las posibilidades de estudiar y trabajar en su Provincia.