Cristian «Pity» Álvarez, cantante de la histórica banda Viejas Locas, deberá darle clases de guitarra a niños en un centro comunitario como probation por una de las causas que se le siguen por portación de armas, y espera que el jueves de la próxima semana le otorguen otra medida similar por dos denuncias que llegaron a juicio unificadas. Lo expresó en una conferencia que dio en La Trastienda, a la que llegó manejando su Ford Falcón azul y durante la cual estuvo acompañado por uno de sus abogados, Sebastián Queijeiro.
Álvarez dijo que también le fue levantada la restricción de moverse a más de 500 metros de su domicilio, por lo que el viernes actuará con su banda Viejas Locas en Córdoba. «Me estaban impidiendo expresarme como artistas, quería tocar, ir al interior y actuar para la gente, ahora me dieron la probation y la voy a cumplir», sostuvo.
El «Pity» aseguró que se encuentra recuperado de su adicción a las drogas, y que ahora espera que este jueves otro tribunal le conceda otra probation en dos causas unificadas. Según explicó a la prensa, Álvarez pasó la noche en el departamento de Charly García, a quien vio «muy bien» y luego fue los Tribunales. “Gracias por aguantarme, disculpen la tardanza», dijo y explicó que su tardanza se debió a los inconvenientes que tuvo para llegar hasta el bar de San Telmo por la marcha de Camioneros.
Álvarez denunció que existe «una prohibición para que Viejas Locas toque en la Capital Federal, desde aquel recital en Vélez, donde murió un joven, a seis cuadras del estadio». Junto a su abogado hicieron referencia a la muerte de Rubén Carballo, de 17 años, muerto el 14 de noviembre de 2009, en un episodio que motivó la separación de la Policial Federal de varios efectivos sospechados de golpear al joven.
El cantante relató un episodio donde mantuvo un fuerte debate con el ex jefe de la Policial Federal Enrique Capdevila, quien lo acusó «de hacerle un gran daño a la fuerza». «En la causa quedó demostrado que al chico lo mató a golpes la policía, y lo confirmó la Correpi. Capdevila me dijo que yo había manchado a la institución, y yo le dije que la institución se había manchado sola. El Pity no se mancha, está limpio», dijo. Y agregó: «Soy un pibe común, no pretendo nada, solo quiero mi guitarra de oro, mi cohete de oro y mi perro de oro».