El presidente de la FUBA denuncia que existió un “crimen social” en la Universidad de Tucumán

La semana pasada el profesor Pablo Jonás Lobo decidió suicidarse al ser desplazado de su cargo por parte de las autoridades de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán.
Julián Asiner, presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires, informó que «Lobo era un reconocido pianista y respetado docente universitario. Tenía una discapacidad que no le impidió dictar sus clases durante más de dos décadas, hasta que las autoridades le armaron un concurso amañado para desplazarlo de su cargo, cuando sólo le faltaban sólo dos años para jubilarse». A renglón seguido, Asiner arremetió: «El caso de Lobo es un crimen social. Como la inmensa mayoría de los docentes universitarios, Lobo trabajaba en la absoluta inestabilidad  y precariedad laboral. Estuvo 23 años como interino, con contratos anuales cuya continuidad dependían de la voluntad de las autoridades de turno». El presidente de la FUBA explicó que «no existe en Argentina un convenio colectivo de trabajo único para los docentes universitarios. En esta década el kichnerismo se asoció a las camarillas que dirigen las universidades y consintió un mecanismo por el cual cada unidad académica decide las formas de contratación. El resultado es una colosal precarización con los famosos ‘interinatos permanentes’, modalidad que les garantiza a las camarillas el disciplinamiento político de la fuerza de trabajo docente, vulnerando el derecho a la estabilidad laboral».
Consultado sobre si esta situación se repite en la UBA, Asiner aclaró que «más del 80% de la planta docente de la UBA se encuentra interina. Pero a esto tenemos que sumar las cesantías a los docentes que cumplen 65 años, a los cuales se les quita el salario y se los deja en la calle, sin importar si cumplieron o no los años para poder jubilarse». Asiner remarcó que «la UBA se ampara en la ‘autonomía universitaria’ para desconocer la ley nacional de jubilaciones universitarias y atacar así los derechos de los docentes. Si a esto añadimos los miles de docentes ‘ad honorem’, tenemos el cuadro de un crimen de ‘lesa docencia’, consentido por el Ministerio de Educación y el gobierno nacional». Asiner recordó que «fue el ministro Sileoni el que este año cerró por decreto desde la Casa Rosada una paritaria ruinosa contra los docentes universitarios,! que no aceptaban la imposición de cuotas muy por debajo de la inflación. La crisis fiscal repercute en la universidad y la pagan los propios docentes, que son el eslabón más débil de la cadena».
Por último, el presidente de la FUBA manifestó su apoyo a la toma de la Facultad de Artes en Tucumán, que fue resuelta por una masiva asamblea de estudiantes y docentes. «Apoyamos el pedido de renuncia a las autoridades responsables de haber desplazado a Lobo y la exigencia de que se ponga en funcionamiento un régimen de carrera docente de forma inmediata, que asegure el derecho a la estabilidad laboral y las condiciones dignas de trabajo». Asiner finalizó: «este crimen social no puede quedar impune. Le exigimos al gobierno nacional que ponga en vigencia un convenio colectivo de trabajo único a nivel nacional para todos los docentes universitarios, que parta del reconocimiento de la antigüedad y establezca un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar».