Rolando García, distinguido con el premio Konex de Honor

La Fundación Konex comunicó los nombres de las cien personalidades más destacadas de la última década de la Ciencia y Tecnología Argentina (2003-2012), según la elección que realizó el Gran Jurado, integrado por veinte destacados científicos y periodistas de divulgación.
El premio Konex de Honor fue destinado al recientemente fallecido Rolando García, quien fuera profesor y decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales durante nueve años hasta que, el 24 de julio de 1966, en la Noche de los Bastones Largos fue desalojado de la Facultad junto a otras autoridades, profesores y estudiantes. Enfrentó personalmente la intervención y a la policía que ingresó a la Facultad en la Noche de los Bastones Largos y luego lideró la renuncia del 75% de los docentes con la esperanza de revertir el avasallamiento.
Meteorólogo de profesión fue el primer vicepresidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET).
Rolando García nació el 20 de febrero de 1919, en Azul, provincia de Buenos Aires. Se recibió de maestro normal nacional en 1936 y de profesor normal en Ciencias de la Escuela Normal de Profesores (luego conocida como el Normal Mariano Acosta). Obtuvo una maestría en meteorología en la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles en 1948 y se doctoró sobre el «Movimiento Atmosférico en Condiciones Estacionarias» en la misma universidad en 1953.
De regreso al país, trabajó en la organización de la Universidad Nacional del Sur y en el Servicio Meteorológico Nacional, en 1957, durante la reorganización de la UBA, impulsó la departamentalización y la investigación, integrando el grupo que apoyó el rectorado de Risieri Frondizi.
Como decano abogó por la creación de una Ciudad Universitaria, que no logró en su gestión y puso el Instituto de Investigaciones Bioquímicas en manos del luego premio Nobel Luis Federico Leloir, además de impulsar el departamento de Industria de la UBA.
Departamentalizó la Facultad sin cátedras y los primeros cargos de dedicación exclusiva del país y promovió que el CONICET comprara la primera computadora de Sudamérica, «Clementina».
Instituyó la primera carrera universitaria de computación de América del Sur, además de crear el departamento de Televisión Educativa y el Instituto de Investigaciones Tecnológicas en conjunto con la Facultad de Ingeniería.
Debió emigrar y se instaló en el Instituto de Epistemología Genética de la Universidad de Ginebra, Suiza, donde colaboró con Piaget. Trabajando en la fundamentación metodología teórica de la investigación interdisciplinaria aplicada a sistemas complejos.
Regreso al país a comienzo de los 70, pero tras sufrir amenazas de la Triple A, debió emigrar nuevamente en 1974 y se radicó en México en 1980, donde trabajó como docente e investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hasta su fallecimiento.
En el año 2009, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales lo homenajeó en vida al imponer, con motivo de su 90 cumpleaños, su nombre al Pabellón 1 de la Ciudad Universitaria, en reconocimiento a su aporte a la ciencia en el país.
Otros premios para la Facultad
De las cien personalidades distinguidas, 19 son docentes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Además, entre las cinco menciones especiales por trayectoria “a las personalidades que por su desempeño y aporte a la Ciencia y Tecnología de la Argentina, que trascienden esta última década”, fue reconocido Lino Barañao, docente e investigador de la Facultad y actual ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Fuente: UBA