Mariano Ferreyra: día 33 del juicio

La defensa de los criminales no deja de sumar problemas, no sólo por los testigos que se presentan; también por los que no se presentan, o por los que ellos prefieren que no lo hagan.
Alberto “el Tano” Carnevale fue uno de los delegados de Remedios de Escalada que en la mañana del 20 de octubre de 2010 reclutó gente en el taller para organizar la patota que atacaría o acompañaría el ataque a los ferroviarios tercerizados. Él fue el que convocó, entre otros, a “Claudio Díaz” (nombre supuesto usado para declarar en condición de testigo reservado). “Díaz” es guarda en Constitución y aceptó ir porque quería hacer entrar a su mujer en el ferrocarril, pero se fue a su casa en cuanto llegó la primera piedra desde el otro lado. “Venite, vamos a sacar a los zurdos de la vía”, le había dicho Carnevale.
Carnevale era testigo de la defensa, pero ahora, después del testimonio de “Díaz”, los defensores decidieron retirarlo. Todos, menos la defensora de Cristian Favale, quien pidió que el testigo se mantenga hasta que ella consulte con su cliente. Además, la abogada del barrabrava exige que Favale esté presente cuando declare Carnevale.
Como quedó claro a lo largo del proceso, en un principio la defensa de los burócratas intentó cargar toda la responsabilidad del asesinato sobre Favale. Después de todo, “Harry” es apenas un sicario, un pobre diablo que fue a matar a cambio de un puesto de ñoqui en el ferrocarril. Es, por lo tanto, material descartable, papel higiénico que se usa y se tira. El intento naufragó con estrépito porque distintos testimonios indican que hubo no menos de cuatro tiradores y un plan organizado desde la cúpula de la UF para “escarmentar” a los ferroviarios tercerizados.
Además, lógicamente, Favale se niega a cumplir ese papel y lo dijo en numerosas conversaciones telefónicas que le fueron grabadas: “Me quieren engarronar, pero yo hablo y vienen todos en cana conmigo”, repitió una y otra vez en esas comunicaciones antes de ser detenido. Luego, ya preso, le dijo varias veces a su mujer, también por teléfono, que Pablo Díaz quería hacerlo asesinar dentro de la cárcel. Ahora, seguramente algo hay o puede haber en el testimonio de Carnevale que Favale quiere usar para negociar. De ahí la actitud de su abogada. Llega el momento de las definiciones y los tipos, según parece, intentarán salvarse cada uno por su lado, a costa de sus compinches.
El que no se mezcla “en boludeces”
Uno que sí declaró en esta audiencia fue Marcelo Fabián Sanabria, un ex tercerizado de la empresa Encocred que nunca quiso tomar parte en la lucha de sus compañeros. Explicó ante el tribunal que varias veces compañeros de Causa Ferroviaria, entre ellos Omar Merino y Jorge Hospital, le explicaron que se trataba de “la lucha de todos”, pero él, de acuerdo con sus dichos,  no quería “mezclarse en boludeces” y se negó porque “había que ir a movilizaciones y piquetes”.
En cambio, Sanabria buscó la protección de Pablo Díaz, a quien conocía, porque sabía que él tenía poder de decisión para entrar en el ferrocarril o quedarse afuera. Incluso, según contó, Díaz alguna vez le prestó dinero “de onda”. Es decir: se trató de un testigo con claros compromisos con la burocracia.
Sobre el final, Sanabria dijo algo que ya se sabía. Se le recordó que él trabajaba en limpieza y le preguntaron si ganaba lo mismo que otros compañeros que hacían el mismo trabajo pero estaban en planta permanente:
-No, ellos ganaban más.
El boom de las tercerizadas
Luego fue el turno para declarar de Germán Ernesto Sandri, trabajador ferroviario de los talleres de Remedios de Escalada y militante de Causa Ferroviaria.
“Yo trabajo en el ferrocarril desde los 18 años. En el 2003 un grupo de compañeros nos empezamos a organizar y presentamos listas opositoras”, explicó.
El 20 de octubre de 2010, desde la mañana temprano, vio a varios miembros de la Verde reclutando gente para integrar la patota. Entre ellos observó a Garro, Alcórcel, Toreta, Amuchástegui y otros. Sandri supo para qué los reclutaban “porque muchos compañeros nos vinieron a preguntar. Tenían miedo de represalias”. De su sector, añadió el testigo, salieron unas treinta personas entre las 9 y media y las 10 de la mañana. Todos, como se sabe, tenían licencia gremial pedida por Pablo Díaz a la oficina de Relaciones Humanas de la Ugofe.
Sandri no tomó parte de la movilización de los tercerizados porque se desarrolló en su horario de trabajo. Por eso vio volver a los que integraron la patota “entre las 3 y las 4 de la tarde”. Nadie hizo comentarios entonces, “la situación general era de mucho susto”.
Sólo al otro día “un compañero, Juan Molina, estaba con una crisis nerviosa y decía a los gritos lo que había pasado. Yo le dije que no había que gritar sino hacer la denuncia”.
Sandri explicó que uno de los miembros de la patota, Marcelo Garro, no volvió ese día. Los delegados de la Verde hicieron circular la especie de que Garro estaba herido de bala. Faltó por prescripción médica varios días. Cuando volvió dijo que en efecto había estado malherido, pero por un piedrazo, no por una bala.
El militante de Causa Ferroviaria recordó también que en el año 2007 no quedaba en el ferrocarril ninguna tercerizada. Fue entonces, cuando el gobierno, la UF y las empresas concesionarias crearon la Ugofe, que se produjo “un boom de tercerizadas”.
Uno de los abogados defensores formuló entonces una serie de preguntas del todo inconducentes, pero con intenciones claras.
-¿Causa Ferroviaria es del Partido Obrero?
-Hay compañeros del Partido Obrero y otros son independientes.
-¿Usted milita en el PO?
-Sí.
-¿Está Quebracho en Causa Ferroviaria?
-No.
-¿La TPR (Tendencia Piquetera Revolucionaria)?
-No.
-¿Ustedes liberan gente para que vaya a sus movilizaciones?
-Nosotros no tenemos posibilidades de liberar a nadie.