Organizaciones sociales, gremiales, estudiantiles y de derechos humanos, participaron del acto que se realizó ayer por la noche, en el Día del Orgullo Gay, frente al Congreso para apoyar el proyecto de ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y que cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados.
La nutrida multitud que acompañó el reclamo por la igualdad de derechos ante la ley disfrutó de las presentaciones de Vicentico, Leo García y Fito Paéz, entre otros referentes del arte y de la cultura, que actuaron sobre un escenario montado en la Plaza de los Dos Congresos, frente al parlamento nacional.
Desde dicho escenario hicieron uso de la palabra una cantidad considerable de oradores, como la dirigente del MST Vilma Ripoll, la actriz Virginia Inocenti y la legisladora kirchnerista María José Lubertino, que defendieron los derechos de los homosexuales y criticaron la idea del plebiscito propuesto por la Iglesia Católica, ya que la igualdad «es un derecho básico que no se plebiscita».
«A esta altura de la humanidad, sólo un sector feudal puede cuestionar un derecho tan elemental como el del matrimonio. Es como si quisieran plebiscitar el derecho a la identidad, a la libertad de expresión o al voto», afirmó Ripoll.
«La ley no está en contra de la familia tradicional sino que está a favor de los derechos de todas las familias. No es un proyecto que perjudique a nadie sino que viene a traer felicidad a muchas familias», sostuvo María Rachid, de la Federación Argentina de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Trans (LGBT).
César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), reiteró su negativa a que el polémico tema se defina mediante un plebiscito, tal como lo plantearon varios obispos católicos, el culto mayoritario en el país. «No estamos de acuerdo con un plebiscito. Es una nueva propuesta de la Iglesia vaticana para oponerse a la igualdad de derechos ante la ley. Estamos en una democracia donde ya dieron la media sanción al proyecto y esperamos lo mismo del Senado», señaló Cigliutti.
Hugo Yasky, secretario de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), aseguró que esta ley «le permitirá a miles de trabajadores y trabajadoras ejercer los derechos que el Estado argentino le reconoce a las personas casadas, lo que mejorará notablemente su calidad de vida».
En tanto, Tati Almeida, de Madres de Plaza de Mayo línea Fundadora, manifestó que desde la agrupación que integra «acompañamos las luchas por la justicia, y que el Senado de la Nación vote esta Ley de Igualdad es un acto de justicia».
Por su parte, el presidente de la Federación Universitaria Argentina (FUA), Federico ‘Fama’ Miranda, expresó «el apoyo de los estudiantes de todo el país y el compromiso de esa organización en la lucha por la igualdad para todas las familias».
El proyecto otorga beneficios en la seguridad social, licencias laborales especiales, asignaciones familiares, prestaciones médicas y uso de bienes compartidos, entre otros derechos, aunque nada dice sobre la adopción de niños porque la legislación actual no lo impide expresamente, ya que no exige orientación sexual de los adoptantes.
El Senado tratará el proyecto de ley el 13 de julio, en un debate que será muy duro por la presión del electorado provincial, caracterizado por un mayor conservadurismo. Para ese día, la Iglesia prepara una gran convocatoria a una marcha frente al Congreso para manifestarse contra el proyecto.