El oficialismo porteño quedó emplazado a recomponer sus filas legislativas mientras dure el Mundial de fútbol, ya que las últimas bajas del bloque PRO profundizaron su dependencia del voto de diputados de otras fuerzas para imponer proyectos sensibles, como la reciente reforma al presupuesto para aumentar la recaudación de la administración de Mauricio Macri.
La salida del bloque macrista primero de Daniel Amoroso y luego de Mónica Lubertino, formalizada esta semana, y sus pases al denarvaísmo, disparó cuestionamientos dentro del propio espacio al punto que existieron reuniones en la sede del Gobierno porteño tendientes a instruir a la «tropa».
Es que la bancada que conduce el legislador Cristian Ritondo contaba, antes de las dos bajas, con unas 26 voluntades, cifra que obligaba a buscar la adhesión de al menos cinco votos de las fuerzas antimacristas para alcanzar los 31 que conforman una mayoría simple que requiere la aprobación de diversas leyes que, en más de una oportunidad, exigen desde Bolívar 1.
El primero en saltar al denarvaísmo fue Amoroso, cuando a fines de mayo anunció su salida formal de la bancada del PRO en la Legislatura y la conformación de un nuevo bloque, llamado Unión Federal, seguido luego por la diputada Lubertino.
La diputada es abogada del sindicato de juego de azar que lidera Amoroso y preside la Junta de Etica de la Legislatura.
Según admitieron ambos, la decisión respondió a la necesidad de «generar un espacio político que sirva de contención a los compañeros que piensan que el cambio en el Partido Justicialista se puede dar desde adentro», algo que, al parecer, el PRO no les ofrecía.
Con este nuevo rumbo, son reiteradas las voces en los pasillos de la Legislatura que reconocen que la sangría dentro del bloque oficialista lejos está de terminar, sino que más bien son varios los diputados que están pensando seriamente en seguir el camino de Amoroso y Lubertino.
Para Ritondo, eso no va a suceder y hasta aseguró que la baja de dos diputados no cambió el escenario al señalar que el macrismo no acostumbra «sacar leyes contando los votos, sino por consenso».
«Lo que pasa es que hay sectores con los cuales es imposible creer que nos vayan a acompañar porque quieren entorpecer la gestión de Macri», razonó Ritondo en diálogo con Télam.
En ese sentido, aclaró que «los que hacen mucho ruido son los «pinos» (en alusión al bloque Proyecto Sur) y Aníbal Ibarra, con el resto se puede debatir”.
Justamente, generar los ámbitos de debates será una de las tareas que tendrá por delante el macrismo una vez que pase el Mundial y que la Legislatura retome a mediados del mes próximo su ritmo habitual de cara a una segunda mitad del año cargada de proyectos.
Entre ellos, están las modificaciones que quiere introducir el bloque PRO en el Código de Convivencia relacionadas con la prohibición de la actividad de los cuidacoches y los denominados limpiavidrios, así como también impedir que circulen más de una persona a bordo de una moto por el microcentro para evitar delitos cometidos por «motochorros».
También están las iniciativas vinculadas con la concesión de los predios ubicados bajo autopistas y los bajo niveles en cruces ferroviarios.
Fuente: TÉLAM