Por Corriente Universitaria Plan B
Un hombre abraza a otro en agonía,
la estación crece en uniformes. Dos disparos.
Desde el poder enarbolan la mentira.
Fragmento del poema Avellaneda de Néstor Ventaja
El próximo viernes 26 de junio se cumple un aniversario más del asesinato de Maximiliano Kosteki y Dario Santillán. Estos crímenes brutales marcaron el fin de una etapa del gobierno de Duhalde, obligándolo a llamar a elecciones para marzo del 2003. Es decir que significó un quiebre en la estrategia sobre la cual se habían encolumnado las clases dominantes en su conjunto: instaurar un gobierno de transición que, “hasta que el régimen político volviese a la normalidad”, lograra paliar los embates producidos por el campo popular organizado. De esta manera, los asesinatos de Maxi y Darío, lejos de ser incidentales, determinaron un cambio de etapa, signada por la necesidad de dividir y cooptar a los sectores populares en pos de reinstaurar la gobernabilidad de los de arriba y consolidar una vieja-nueva institucionalidad.
En esta oportunidad, el aniversario coincide con el cierre de la campaña electoral. De esta manera, observamos con indignación que los responsables políticos de estos asesinatos no hayan pagado ninguna culpa, y de hecho, pertenezcan a los principales sectores políticos que se disputan el control de la Provincia de Buenos Aires y del aparato del Partido Justicialista, que aunque en la actualidad dicen representar proyectos distintos, coinciden en la necesidad de consolidar un nueva institucionalidad dominante en el país, donde la crisis política sigue emergiendo como de a pedacitos. Estos que hoy se disputan la gobernabilidad, hasta no hace mucho se encontraban juntos para provocar la muerte de dos militantes populares como Maxi y Darío. Todavía no han pagado ni Eduardo Duhalde, presidente por aquellos días; Felipe Solá, que gobernaba la provincia; Juan José Álvarez, quien era secretario de Seguridad Interior; Alfredo Atanasof, ex-jefe de gabinete; Carlos Soria, quien ocupaba el cargo de jefe de la SIDE; Oscar Rodríguez, vicejefe de la SIDE; Jorge Vanossi, quien era ministro de Justicia; Jorge Matzkin, por entonces ministro del Interior y Luis Genoud, secretario de Seguridad provincial con responsabilidad en el manejo de la policía bonaerense, entre otros personajes.
De todos modos, no nos basta con la indignación. Los sectores populares debemos ser capaces de parir la herramienta estratégica y la fuerza de la unidad necesaria que nos permita hacer justicia con los responsables políticos de estos asesinatos y de millones de atrocidades. Mientras no maduremos en ideas, unidad y organización para avanzar en la construcción de una fuerza política con vocación de poder, capaz de interpelar y conmover a las inmensas mayorías populares, seguiremos pagando y siendo rehenes de los sectores dominantes.
Por todas estas razones, este viernes 26 de junio seguiremos en rebelión y reclamando juicio a los responsables políticos de la masacre de Avellaneda, así como la confirmación de la condena a los autores materiales, Acosta y Fanchiotti, apelada en Cámara de Casación. También haremos extensiva nuestra lucha y nuestra voz al seguir reclamando la aparición con vida de Julio López y Luciano Arruga, víctimas del aparato represivo, al igual que Maxi y Darío.
Maxi y Darío: ¡presentes! Ahora ¡ y siempre !
Juicio y Castigo definitivos a todos los responsables materiales y políticos de la masacre de Avellaneda
.Jueves 25 de junio desde la mañana, jornada cultural y de lucha en la estación Maxi y Darío.
.Viernes 26 de Junio a las 11 hs, Marcha y corte en el Puente Pueyrredón
