El regreso de Blumberg y la “Seguridad” como Bandera de la Derecha

Por Liga Argentina por los Derechos del Hombre

 

En un operativo conjunto, la derecha más rancia, el Intendente de San Isidro Gustavo Posse, el  multimedios Clarín y sus acólitos televisivos, las ONG más «sensatas» como la que encabeza Carr, el rabino Bergman, un sacerdote católico, organizaron el retorno a escena de Juan Carlos Blumberg, el mismo que en su momento le arrancara a este gobierno nacional, un conjunto de reformas regresivas que desquiciaron aún más el Código Penal.

Así como en su momento, aprovecharon de un modo oportunista el asesinato de Axel, ahora, montándose en el crimen del Ingeniero Barrenechea (todo el tiempo se remarcó que un menor asesinó al «ingeniero», que se entiende es mucho más que un negrito cualquiera), la derecha de orientación fascista se larga a retomar el centro de la escena con una propuesta de acelerar la espiral de violencia y represión con la baja de la edad de los imputables, más mano dura y más penas, «solución» que ya mostró su ineficacia, además de su reprochable costado ético. 

No sólo quieren criminalizar a la adolescencia y la juventud, hablan desfachatadamente de crear «centros de reeducación laboral» bajo la figura de «resocialización forzada por medio del trabajo».  Denunciamos desde ya, que dichos Centros serían la versión contemporánea de aquellos campos nazis como el de Aushwitz en cuya entrada se pedía leer la leyenda «el trabajo libera»; y aún más, decimos que ese discurso es hipócrita y el verdadero programa de la derecha es el de la «solución final»: exterminar los niños y jóvenes como hacen los grupos de tareas en Brasil.

La presencia del Jefe de la Bonaerense, la propuesta del gobernador Scioli de bajar la edad de los imputados, muestra que desde el gobierno provincial se aprestan a someterse a las presiones de una derecha que lejos de contentarse con las concesiones, irá por más y más hasta constituir un orden represivo que de un modo u otro restituya el Terrorismo de Estado como práctica cotidiana. 

El gobierno nacional, agredido como el que más en el acto, debería reflexionar acerca del resultado de las concesiones a la derecha en el terreno de la «seguridad» o de la «la lucha contra el terrorismo» .  No viene mal recordar que fue el mismo Juan Carlos Blumberg quién llevó a los familiares de Cubas ante Aníbal Fernández pidiéndole lo que el Gobierno Nacional y la Corte Suprema acaba de ordenar: la extradición de seis campesinos paraguayos ingresados al país en el 2006 buscando refugio de la derecha paraguaya.

Si se quiere seguridad, se debe comenzar por limpiar la Bonaerense, la Federal, las policías provinciales y las Agencias de Seguridad Privadas de todos los miembros que estuvieron comprometidos con el Terrorismo de Estado, con las mafias de la droga y la prostitución.   Fueron ellos los que en su momento asesinaron a Cabezas y luego secuestraron a Julio López.

La sola desarticulación de la mafia policial bajaría rápidamente el delito y daría seguridad a quienes se sienten amenazados.  Claro que junto con ello hay que cumplir las promesas de Alfonsín y los que le siguieron de que la democracia argentina debe asegurar trabajo digno, educación, vivienda y salud a todos los ciudadanos.  Sobre esa base, podrá pensarse en una juventud que piense en el futuro con alegrìa y construya su propia historia, sin mafias que la exploten ni policìas que la persiga.

Pero no es ese el ideario sostenido en San Isidro sino todo lo contrario: mano libre para la policía, mano dura para los menores, hostilidad hacia los organismos de derechos humanos, etc. etc.

Blumberg se atrevió a lanzar una propuesta de convocatoria para la Plaza de Mayo para el jueves 13 de noviembre, el movimiento de derechos humanos y el movimiento popular, con autonomía y valentía, deben responder el reto y sostener más que nunca las banderas de Memoria, Verdad y Justicia para terminar con la impunidad, causa primera de la así llamada «inseguridad»