Un intento de mapa del feminismo actual

Por Charo Márquez
@cafeesamor

Por clamor popular (?), voy a intentar hacer un mapa del movimiento feminista local de ahora, a tres semanas de un nuevo 8 de marzo (me voy a ahorrar explicar acá el debate entre Día Internacional de la Mujer / de las Mujeres / de la/s Mujer/es Trabajadora/s porque ya quedó medio obsoleta, pero si quieren ñoñar, avisen que es fascinante y les paso material). Con la coordinación del Colectivo Ni Una Menos, cientos de mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries se congregan todos los viernes de febrero en el playón de Chacarita bajo un sol tremendo.

Hay varias líneas en las que se puede recortar el movimiento para intentar hacer un mapa: por un lado, los partidos políticos y organizaciones sociales suelen participar de este espacio y llevan sus grietas a la arena feminista. Así, de un lado tenemos al Plenario de Trabajadoras (PO) se sienta con Las Rojas (MAS), Isadora (Izquierda Socialista), Pan y Rosas (PTS) y otras organizaciones de las izquierdas tradicionales. Yéndose por la tangente, a las compañeras del PC las podemos ubicar más cerca de La Sublevada (Nuevo Encuentro), Mala Junta (Patria Grande), Futura, Mujeres del Evita, La Hoguera, La Poderosa, MP La Dignidad. Pero también y para sorpresa de muchxs (aunque no debería porque este sector tiene una tradición marcada de compromiso con la agenda de género) participan las pibas de la Franja Morada y otros espacios reformistas.

A su vez está todo el gran universo sindical que tiene representantes de sus áreas de género y diversidad, ATE en sus distintas líneas internas se encuentra con las Judiciales, las de Sanidad y las Docentes de distintos sindicatos. Así como lxs compañerxs de la economía popular nucleadxs en la CTEP (y en AMMAR, pero ahí vamos).

Muchas de ellas (aunque no todas) confluyen en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Por otro lado, en Trelew, en el -hasta entonces- Encuentro Nacional de Mujeres se había decidido cambiarle el nombre al encuentro y llamarlo Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans. Sobre la segunda parte nos vamos a explayar más abajo. Sobre la primera: en nuestro país, durante siglos, se ha invisibilizado a las comunidades indígenas que tienen, entre otros, el reclamo por el reconocimiento de sus naciones. En Bolivia, la Constitución sancionada durante el gobierno de Evo Morales va en este sentido y ahora es el Estado Plurinacional de Bolivia. Con la intención de ir, en algún momento, hacia allá, los movimientos indígenas en el territorio argentino pelean por que en los espacios feministas también se reconozca su lucha. Así pidieron que la asamblea se pronuncie como plurinacional. Pero, como siempre, hay pica: para las compañeras con tradiciones de izquierdas marxistas, la puja es para que sea Internacional. Si bien es una discusión, lo central no está pasando por acá.

Quizá la primera gran grieta que parte las aguas sea la del trabajo sexual / prostitución. De un lado están lxs afiliadxs de AMMAR (podemos decirles Putas feministas, en confianza) representadxs por Georgina Orellano y apoyadxs por diversas agrupaciones y referentes. Del otro, el amplio mar del abolicionismo, con -entre muchas otras- Alika Kinan a la cabeza, pero sin representar ella una organización propia, sino más bien un cúmulo de apoyos públicos y activos por parte de otras referentes y espacios. La asamblea, como ningún otro ámbito feminista, ha llegado a un acuerdo sobre el tema y es esperable. En todo el mundo desde hace décadas que se viene discutiendo esto. Experiencias de legalización como la holandesa han demostrado que no era tan sencillo como esperaban, y los modelos prohibicionistas como el sueco también muestran limitaciones: si lo que se habilita pierde encanto, lo que se censura muchas veces no elimina la práctica.

En los últimos años, esta discusión se ha llevado millones de bits de tweets y ríos de tinta y horas de debate. Pero no es lo único que genera diferencias abismales en el feminismo. Desde hace unos meses, en las redes sociales empezaron a aparecer mujeres cis (googleen, por favor) jóvenes que se identifican como Feministas Radicales (RadFem por sus siglas en inglés) y proponen que el feminismo solo debe tener como sujeto político a las hembras humanas (sic). Basándose en una lectura (por lo menos, amplia) de Kate MIllet, Andrea Dworkin y otras representantes de las llamadas Segunda y Tercera Ola del Feminismo, las RadFem se montan sobre “lo personal es político” y que la base de la opresión de las mujeres está en su biología. Así, haciendo un esfuerzo notable de exégesis, llegan a la conclusión de que las personas trans femeninas (trans, travestis y transexuales) no son sino machos humanos socializados como varones que no pueden llamarse mujeres ni ser parte del movimiento feminista (sic).

En 2018, la asamblea de Ni Una Menos se declaró antibiologicista, y luego se afianzó esa postura en Trelew. Esto implica correrse de la cancha TERF (Feminista Radical Trans Excluyente) que levanta esta nueva generación de RadFem. El viernes pasado, luego de meses de tensión en redes sociales, se llegó a una situación, por lo menos, álgida.

Quizá hayan visto circular un video de Cynthia Castoriano (Manifiesta) en donde se veía, en la última reunión, la respuesta de las compañeras trans y travestis frente a las RadFem (ahora vamos a explicar un poco de qué va esto), pero que el árbol no nos tape el bosque.
Hagámonos cargo de que el feminismo no es una masa uniforme de mujeres tejiendo mañanitas. Es más bien un collage de movimientos que se cruzan (intersectan, diríamos hoy en las ciencias sociales), a veces en sintonía fina y a veces todo se pone áspero porque, aunque muches no lo crean, estamos haciendo política y para eso hay que embarrarse, a veces hay que levantar la voz y discutir como si se nos fuera la vida en eso. Spoiler: se nos va literalmente, llevamos 25 femi/travesticidios en lo que va del año, y contando.

Esta semana empiezan las comisiones de trabajo para llevar a la práctica cada acuerdo alcanzado en el plenario. El viernes, en el tercer encuentro, la lista de oradorxs seguirá su orden pautado y el movimiento feminista deberá decidir si mantiene la unidad por cuarto año consecutivo o si vuelve a la vieja tradición de hacer mil actividades chiquitas. Stay tuned.

foto: @somosyarara