El Partido Obrero, en defensa de la Cátedra Rozitchner

Los estudiantes, graduados y docentes que integran el Partido Obrero de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA iniciaron una campaña en defensa de la Cátedra Rozitchner que, según denuncian, fue dada de baja por la dirección de la carrera de Sociología.

A continuación, el texto completo que emitieron para que cada uno saque sus conclusiones:

Los estudiantes, docentes y graduados del Partido Obrero de Sociología hemos iniciado una campaña por la defensa de la cátedra Rozitchner. Ocurre que hace una semana y media, la directora de la carrera, Alejandra Oberti, le comunicó al equipo docente que su materia, “La construcción histórica de la subjetividad moderna”, sería dada de baja. Esta decisión, arbitraria e injustificada, fue notificada informalmente y no pasó por el organismo que discute estos asuntos, la Junta de Carrera. Cientos de compañeros firmaron el petitorio que redactamos junto al CECSo y la AGD, reclamando la continuidad de la cátedra. En los últimos días, Página 12, vía J. P. Feinmann, y Perfil se hicieron eco de la denuncia.
El ataque contra la materia que hace 25 años creara el fallecido filósofo, León Rozitchner, no es un rayo en cielo sereno. Fue esta misma dirección, de filiación “progresista” –aliada de la agrupación La Mella y de la gestión kirchnerista-, la que alentó el despido del profesor Juan Iñigo Carrera mediante un concurso trucho.
León Rozitchner formó parte de una generación de pensadores argentinos, entre los que se destacan David Viñas, Noé Jitrik, Juan José Sebrelli, Oscar Massota, con quienes editó la revista Contorno. Es notable que las autoridades de Carta Abierta, que se proclaman herederas de esta corriente intelectual, sean las que promueven su supresión en la facultad de Sociales. Como tantos otros, Rozitchner regresó a la UBA tras la dictadura militar, que había cerrado la carrera de Sociología y exiliado a cientos de intelectuales. En su momento, la lucha de estudiantes y docentes permitió abrir cátedras «de autor», como la de Iñigo Carrera o el propio Rozitchner, condensando décadas de trabajo original. Rechazadas por el Rectorado y sometidas a contratos «interinos», hoy se sostienen precarizadas.
La amenaza de cierre de la cátedra Rozitchner es otra cara de la crisis de la UBA. Existe un cuello de botella generado por las dificultades para ingresar a una planta docente congelada, combinadas con la falta de recursos para la investigación, donde graduados, altamente calificados, están a la espera de cargos que no aparecen. A esto se suma la caída de la matrícula estudiantil en Sociología, que las autoridades utilizan como excusa para proceder a nuevos ajustes (el año pasado se rechazaron 21 nuevas materias). La política oficial conduce a una masacre académica: una guerra de todos contra todos por los cargos existentes que acaba por despedazar al cuerpo docente.
La misma política antieducativa promueve la expulsión de los docentes mayores de 65 años. Los cargos de profesores son codiciados porque son la base del claustro que monopoliza el antidemocrático régimen universitario. Las camarillas ubican a sus amigos a través de concursos manipulados, en detrimento de la labor docente. In fact, las autoridades de Sociología ya ofrecieron «partir» la cátedra Rozitchner a la mitad para repartirla entre los suyos. Rechazamos el mercadeo que nos ofrece la actual dirección de la UBA como único horizonte.
Llamamos al movimiento estudiantil y docente a movilizarse por la continuidad de la cátedra Rozitchner. Lo hacemos como parte de un programa para desarrollar la universidad y las carreras, que arranca exigiendo un aumento presupuestario extraordinario al gobierno para defender el conjunto de las cátedras existentes, regularizar los cargos docentes, crear cátedras paralelas y fomentar el ingreso a la docencia y a la investigación científica bajo convenio. A la vuelta del receso, juntaremos miles de firmas y reforzaremos la campaña para vencer esta nueva embestida ajustadora.