FUBA Express: así no defendemos la UBA del ajuste y la corrupción

Por Movimiento Sur

Necesitamos democratizar con debate, participación y unidad de acción
En el medio de la crisis que vive la UBA la conducción de la FUBA convocó a un “Congreso Exprés” alejado de lo que las circunstancias demandan.
En la UBA, el Rectorado de Barbieri y Nuevo Espacio gobierna con el Pro y los K con ajuste y la corrupción como sello característico. La plata del presupuesto destinado para nuestra educación no solo no alcanza para asegurar salarios dignos para los docentes y los derechos estudiantiles que aseguren el ingreso, egreso y permanencia, sino que además se va en negociados, corrupción y propaganda electoral.
En ese marco, la FUBA viene de un año sin el quórum necesario para regularizar a sus autoridades. Sin embargo, lejos de proponerse dar un debate amplio y profundo acerca de cómo hacer frente a la crisis en la UBA, defender los derechos estudiantiles y la educación pública, su conducción ha convocado a un “Congreso Exprés” que no hace más que dejar en evidencia que hace ya tiempo que la FUBA con el Partido Obrero a la cabeza y la Mella-Patria Grande, han dejado de luchar contra el ajuste del gobierno nacional en la educación y la complicidad y la corrupción de Barbieri y Nuevo Espacio, para concentrarse exclusivamente en su propia supervivencia “virtual” al frente de la federación, sin estudiantes independientes participando y debatiendo, sin movilizaciones de envergadura, solo con rosca y negociaciones subterráneas, el consignismo a flor de piel y una guerra de aparatos sin precedentes.
Es inconcebible que ante el ajuste presupuestario promovido por el kirchnerismo y avalado por Barbieri y Nuevo Espacio, la FUBA no se haya puesto a la cabeza de la defensa de la educación pública y los derechos estudiantiles en este plano. No hemos visto, de tres años a esta parte, a nuestra federación destacarse por llevar a adelante una lucha potente y real en relación a este eje.
Del mismo modo que resulta impensado que ante la explosión de una crisis en la UBA donde se pone de manifiesto que los insuficientes recursos de nuestra educación van a parar a negociados y corrupción, la conducción de la FUBA no se proponga en lo más mínimo revertir su nulo vínculo con los estudiantes independientes que superan en cientos de miles a los militantes de las agrupaciones de la misma. La lucha por la supervivencia propia, los balances truchos, los acuerdos corporativos para conservar la estructura de la FUBA y el consignismo a flor de piel han llevado en estos años a alejar a la federación de la vida cotidiana de los estudiantes, de vincularse con sus problemas, de conocer sus preocupaciones y de luchar por sus intereses, en vez de por la autoreproducción del Partido Obrero y la Mella.
Y es precisamente ese vacío que ha generado la FUBA en el movimiento estudiantil el que ha favorecido el avance de Nuevo Espacio, la pata “estudiantil” del Rectorado que gobierna la UBA con el Kirchnerismo y el Pro y que ahora amenaza con “ganar la FUBA”.
Digamos la verdad: la defensa de la educación pública no es una formalidad, como nos quiere hacer creer el Partido Obrero. La “FUBA de los Pronunciamientos” también está en crisis; no es capaz de generar la unidad de acción al interior del movimiento estudiantil necesaria para convocar a los estudiantes a defender la educación pública y los derechos estudiantiles. Si la FUBA no se abre y se democratiza no será posible enfrentar a los promotores del ajuste y la corrupción en nuestra universidad.
Si no hay un debate serio al interior de la federación en relación a como recomponer el vínculo con el movimiento estudiantil, como llenarla de participación y protagonismo, no será posible ejercer una defensa potente y real de nuestros derechos estudiantiles frente a quienes promueven el ajuste y la corrupción. Por el contrario, la conducción de la FUBA parece más interesada en convertir al congreso en un trámite formal que en una instancia de debate y autocrítica.
No hay posibilidad de defender la educación pública sin reconstruir el movimiento estudiantil y sin dar paso a una nueva gremialidad que sea capaz de retomar el vínculo con los estudiantes, de convocarlos a debatir y movilizarse, de construir la inclusión en la educación y la solidaridad estudiantil. En definitiva, una nueva cultura política para refundar la federación de todos los estudiantes de la UBA.