Tras varias semanas de reclamos por parte de los estudiantes de la UBA que cursan en las sedes de Ciudad Universitaria, en ocasión del partido que ayer River le ganó a su clásico rival la barrabrava local no se hizo presente en dichas instalaciones como sí venía sucediendo cada vez que el conjunto millonario jugaba como local.
Maia Bernztein, consejera directiva de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo por la mayoría estudiantil y miembro de la conducción del Centro de Estudiantes (CEADIG) por el Partido Obrero, informó que «siendo las 19:30 horas, podemos afirmar que es la primera vez que la barrabrava de River no ingresó al predio. La persistente denuncia y movilización estudiantil obligó a la gestión de la Fadu, al rectorado de Barbieri y al gobierno a intervenir».
Bernztein fue muy dura con el decano Luis Bruno: «nuestro decano, que hasta ahora no había movido un dedo, convocó a ‘dar clases en defensa de la universidad pública’. Fue una hipocresía total: lo hizo estando fuera del país y sabiendo que en el último partido hubo destrozos, botellazos y aprietes en los estacionamientos. A contramano de este llamado oficial, la mayoría de las cátedras decidió no concurrir. Si logramos sacar a la barra fue gracias a la organización y la movilización de los estudiantes».
Julián Asiner, presidente de la FUBA, declaró: «los estudiantes de la Fadu lograron algo inédito en la Argentina: que Berni, autoridades y dirigentes actuaran para ponerle un límite a la barrabrava». Para el titular de la FUBA, «pusimos en práctica un método que hay que extender: la organización independiente de la juventud, los hinchas y los trabajadores puede poner tras las cuerdas al entramado mafioso que une a gobiernos, dirigentes, policías y barrabravas, y que es un verdadero cán! cer para el fútbol argentino. En este superclásico ganamos los estudiantes».