La acusada se negó a declarar en el comienzo el juicio por la apropiación del hijo de Cecilia Viñas

El juicio oral por la apropiación de Javier Penino Viñas se inició con la negativa a prestar declaración indagatoria de la única procesada, la mujer que lo crió como propio, Ana María Grimaldos, y con el testimonio del joven, quien sostuvo que ella siempre pensó que había adoptado un bebé huérfano.
El debate comenzó ante el Tribunal Oral Federal 4 con Grimaldos como única procesada por «sustracción y retención de un menor, falsificación de documento público y supresión de estado civil».
Su marido y ex segundo jefe del centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA, Jorge Vildoza, permanece prófugo desde 1986 aunque hoy en el juicio Penino Viñas volvió a afirmar que falleció en Sudáfrica bajo una falsa identidad, como sostiene su familia sin presentar una constancia fehaciente de ello.
Grimaldos escuchó la lectura de la acusación en su contra durante la instrucción de la causa a cargo de la juez federal María Servini de Cubría, luego se negó a declarar y se le leyó lo dicho ante la Justicia cuando fue detenida tras estar prófuga 24 años.
Casi de inmediato comenzó la declaración como testigo de Javier Penino Viñas, quien fue criado por el matrimonio Vildoza-Grimaldos y junto a ellos salió del país en 1984 con su identidad cambiada, permaneció en Paraguay y desde allí con documentos falsos suministrados por «gente de la Armada» la familia partió a Sudáfrica y actualmente reside en Londres.
Penino Viñas contó que se enteró a los 13 años de su condición de adoptado por boca de su madre adoptiva cuando ya vivían en Sudáfrica y que tanto Vildoza como Grimaldos y dos hijos biológicos del matrimonio siempre los supieron y que la mujer creyó haber adoptado un niño huérfano.
«Vildoza le dijo que era un huérfano que le habían ofrecido adoptar y había hecho los trámites y que era el hijo adoptivo de la familia», recordó al declarar como testigo.
Y remarcó que fue Vildoza el que siempre supo su verdadero origen. «El estaba seguro que yo era hijo de desaparecidos pero no sabía si era de Viñas», recordó.
El joven recordó que cuando los tres se fugaron en 1984 con documentos falsos provistos por «gente de la Armada» la familia pensó que era por lo hecho por su padre en el grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA y no por su adopción.
«Grimaldos se sintió traicionada cuando se enteró», y consideró que a Vildoza «le favorecía que se demore el yo saber que era adoptivo, nosotros lo creíamos prófugo por el grupo de tareas».
Al promediar su declaración, Penino Viñas miró a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, sentada en primera fila junto al abogado del organismo Alan Iud, la felicitó por haber encontrado a su nieto y por la «forma en que lleva adelante» su labor.
Penino Viñas recordó que comenzó las gestiones para hacerse el estudio de ADN por su propia decisión, luego de una búsqueda en Internet de su posible origen y que en un principio contrató un abogado para intentar ofrecerse al examen a cambio de aliviar la situación de Vildoza, buscado por la Justicia.
«Se había forjado una relación de amor familiar muy grande, se absorbió el dato de que era adoptado pero no fue fácil, ya vivía solo en otro país y eso lo facilitó», recordó.
«Ella pensó que era un huérfano, me dio mucho amor, educación, oportunidades, saber que había una abuela buscándome por tanto tiempo fue muy fuerte pero no cambió el amor que sentía como madre, pero es algo que tuvo que absorber», agregó.
Sobre Vildoza, el joven dijo haber tenido una relación de diálogo. «Mi padre adoptivo sentía que había tenido que hacer un montón de cosas terribles de las que no se sentía orgulloso y que las hizo como profesional lo mejor que podía y al final de su vida, ya abuelo, él se sentía un poco traicionado por el Estado argentino que le había pedido hacer barbaridades y ahora se lavaba las manos».
El nieto recuperado contó que salieron del país con documentos falsos ayudados por el «Servicio de Inteligencia Naval» en 1984 hacia Paraguay y luego Vildoza «negoció» con la Armada «que ya recelaba» un juego de documentos falsos para los tres para partir hacia Sudáfrica, confeccionados en un hotel cercano a las Cataratas del Iguazú por un hombre enviado especialmente al lugar.
Desde entonces llevaron como identidad el apellido Sedano.
Posteriormente declaró Cecilia Fernández de Viñas, abuela materna biológica de la víctima, quien hizo un resumen de todos los pasos de la búsqueda del nieto, tras el secuestro de su hija embarazada de siete meses, Cecilia Viñas en 1977 junto a quien era su pareja, Hugo Penino.
Grimaldos está procesada por «sustracción y retención de un menor, falsificación de documento público y supresión de estado civil».
Los jueces Leopoldo Bruglia, Néstor Costabel y Pablo Bertuzzi seguirán con las audiencias el jueves próximo.
Según la causa judicial, Viñas fue trasladada al centro clandestino de detención «El Vesubio», desde allí a la Base Naval de Buzos Tácticos de Mar del Plata y luego a la ESMA donde dio a luz en septiembre de 1977 en la maternidad clandestina montada en el lugar.
En diciembre de 1983, la joven llamó por teléfono a un familiar, afirmó que estaba custodiada e iban a liberarla, llamado que se repitió en marzo de 1984, y luego no volvió a comunicarse.
Tras la denuncia por la apropiación, el matrimonio Vildoza se fugó del país con el chico inscripto como hijo biológico y en 1998 el joven pidió ser sometido a un estudio de ADN, ante la causa abierta a sus apropiadores.
Los resultados confirmaron su verdadera identidad.
Grimaldos fue apresada el 2 de julio de 2012 cuando regresó al país, donde residen dos hijos del matrimonio y está bajo arresto domiciliario en la casa familiar de la localidad bonaerense de Acassuso.
La acusación está a cargo del fiscal Horacio Azzolin y la querella de Abuelas de Plaza de Mayo y de la abogada Alcira Ríos por la familia Viñas.
TELAM