Balance luego de las elecciones en la UBA

Por CAUCE

Un balance serio del desarrollo de este año debería empezar a fin del año pasado, cuando Alberto Barbieri fue electo rector de la UBA en un congreso nacional vallado, en medio de un mega operativo policial, para contener la ilegitimidad de las antidemocráticas instancias de gobierno de la Universidad. Barbieri vino a imponer en toda la UBA el modelo que llevó adelante en Económicas, un modelo mercantilizador de la educación, que combina el ajuste presupuestario con la profundización de los llamados recursos propios, esto es, la generación de financiamiento desde las facultades a partir de la privatización de servicios antes públicos. El escándalo por la incorporación como vicerector de Darío Richarte (ex SIDE, involucrando en la represión de diciembre de 2001, abogado de Boudou en la causa Ciccone), da cuenta del autoritarismo de esta gestión, que hizo oídos sordos desde su asunción a los reclamos estudiantiles.
Otro arco político nada desdeñable que compone el gobierno de la UBA es el kirchnerismo. El llamado bloque de ‘decanos progres’ de las facultades de Sociales, Filosofía y Letras, y Exactas, juega a la oposición mientras mantiene acuerdos básicos con la Franja Morada- Nuevo Espacio, aceptando la magra distribución del presupuesto que hace de estas facultades el último orejón del tarro.
En un contexto de crisis a nivel económico general, en la UBA se prepara el recorte. Lo vemos en los problemas edilicios, la falta de una política seria de becas, en la ausencia de recursos para las reformas de los planes de estudio, en la desactualización del salario de lxs pocxs investigadorxs y docentes que tienen “el lujo” de cobrar un sueldo en nuestra Universidad, sustentada en gran parte por el trabajo gratuito de miles de docentes.
A este avance en las estructuras de cogobierno de la Franja Morada y el kirchnerismo le sigue de un crecimiento de sus expresiones a nivel estudiantil. Muestra de ello es que Nuevo Espacio y sus variantes lograron este año en las elecciones mantener los cuatro centros de estudiantes donde son conducción, justamente en las facultades más grandes de la UBA. En Medicina y Económicas incluso ampliaron su peso y diferencia respecto de otras listas. En otras facultades donde no son conducción tuvieron un crecimiento notable, como por ejemplo en FADU, donde luego de la lista ganadora, las opciones vinculadas a las gestiones son las primeras cuatro alternativas votadas por lxs estudiantes. El modelo de Centro que propugnan sólo puede brindar algunos servicios, en tanto vacían de contenido la política de los gremios y le cercenan los espacios de participación a lxs estudiantes. En lo relativo a la política educativa, son los principales cómplices de la gestión a la hora de llenarse los bolsillos haciendo negocios a costa de la educación pública. No es casual que se abstengan de dar quórum en la federación universitaria, esforzándose en  vaciar a la FUBA y debilitar al movimiento estudiantil crítico y combativo.
Del mismo modo, las variantes kirchneristas si bien no han logrado ganar ningún centro mantuvieron su lugar, inclusive creciendo en algunas facultades donde la izquierda es conducción, como Sociales (UES, Vamos Sociales) y Filosofía y Letras (FUP).
Movete, estudiante, movete. Balance y perspectivas para el movimiento estudiantil.
En función de lo anterior y para poder mirar el estado de situación en nuestro movimiento estudiantil, podemos trazar una primera distinción para comprender los resultados electorales.
Por un lado, tenemos aquellas facultades en las que Nuevo Espacio y las fuerzas afines a las gestiones se encuentran enquistados en los Centros, cercenando su desarrollo y tomando una política totalmente acomodada a las medidas (y negociados) de las gestiones. Son los casos de Económicas, Derecho, Medicina y Odontología. Entendemos que ante estos escenarios la tarea es fortalecer la perspectiva de una alternativa de izquierda, con una visión clara de la necesidad de abrir los centros, defender la educación pública y dar una disputa por la producción de conocimiento. Para ello, es un llamado imperioso el sostenimiento de frentes amplios frente a este enemigo común, con espacios con amplios acuerdos mínimos que les permitan superar la vida en tiempo de elecciones y construyan de forma cotidiana, atrayendo a compañerxs independientes a dar la disputa en sus facultades. Este es el caso del MxE en Económicas, del cual somos parte como CAUCE, junto con distintas agrupaciones de izquierda.
Otra situación se da en facultades donde la conducción de los centros estaba o sigue estando en manos de opciones de la izquierda tradicional (FIT, CR), en particular en Sociales, Filosofía y Letras, FADU e Ingeniería. En estos escenarios el debate a plantear es otro, trascendiendo la necesidad de independencia política respecto de las gestiones, para discutir en un piso más elevado el modelo gremial.
En Ingeniería, en nuestra campaña pusimos en debate el vaciamiento al cual el PO y  La Corriente como conducción sometieron al centro de estudiantes, haciendo del mismo un espacio testimonial en la vida de la Facultad. Nuestra propuesta de un centro democrático, abierto, que pueda discutir nuestras carreras, pero por sobre todo, el trabajo cotidiano que sostiene a estas propuestas, hizo que fuéramos una alternativa a años de vaciamiento ganando junto a lxs compañerxs de La Mella la conducción. Consideramos que aquí fue nodal el trabajo de revitalizar una alternativa de izquierda, allí donde los partidos tradicionales no podían canalizar las inquietudes de lxs estudiantes.
En FFyL y Sociales, se planteaba un debate similar. Luego de un año de conducción, la Izquierda al Frente (PO, PTS) no logró poner en práctica un centro desde una perspectiva transformadora que convocara efectivamente al estudiantado. Ya sea por la política de asimilar a sus agrupaciones con la misma herramienta gremial, tanto como por desconocer los distintos niveles de intereses y politización de lxs compañerxs, así como por hacer de la denuncia la principal forma de lucha, se generó, del centro, un espacio alejado de nuestras problemáticas. De este modo, no lograron ponerse al frente de procesos de lucha por las sentidas reivindicaciones de los estudiantes. Esto se evidenció en que, luego de un año de conducir, la IaF conservo el primer puesto pero no logró crecer, apenas manteniendo, cuando no bajando relativamente, sus votos y dejando paso en Sociales a un crecimiento notorio del kirchnerismo.
Entonces, nuestra tarea es mostrar una alternativa que, desde la izquierda, pueda tomar las diversas inquietudes e intereses de lxs estudiantes (gremiales, culturales, de las carreras), para plantear un centro democrático y desde las bases. Desde CAUCE venimos construyendo esta alternativa, generando marcos mayores y más fuertes de unidad con compañerxs de otros espacios políticos. En ambas facultades nos presentamos junto a Juventud Insurgente y Bandera Negra, obteniendo resultados notables. En FFyL, como La Bemba fuimos el único espacio que avanzó en votos absolutos creciendo 5 puntos porcentuales, en el cuarto puesto. En FSoc obtuvimos el quinto lugar,  presentando este frente por primera vez y solo por detrás de las listas kirchneristas con vínculos con la gestión y  frentes de izquierda de numerosas agrupaciones.
En este escenario no podemos dejar de referirnos al nuevo frente conformado por La Mella junto al MST y Seamos Libres (El Vendaval). Lo notorio del mismo fue el retroceso sufrido, perdiendo una gran cantidad de votos respecto de presentaciones anteriores. En este sentido, ponemos en discusión el diagnóstico y las perspectivas de lxs compañerxs, que han procurado armar frentes amplios, sin raigambre en experiencias comunes previas, con un claro sesgo de oportunismo electoral que se hizo pasar por vocación de unidad. Por otro lado, en lugar de priorizar procesos de unidad en el ámbito de la izquierda, se volcaron a agrupaciones con una débil delimitación política, imposible de garantizar la necesaria autonomía de los gremios. De hecho, los resultados que hicieron la diferencia, ganando la conducción, fueron en facultades donde este tipo de frentes no tuvieron lugar, como en Exactas e Ingeniería, siendo en esta última donde CAUCE y La Mella compartimos la conducción. Queda claro, entonces, que una propuesta electoral conformada algunas semanas antes de las elecciones, e integrada por orientaciones políticas contradictorias, no puede ser la respuesta al estancamiento actual de los centros de estudiantes, sino sólo puede ser funcional al mismo. Su único objetivo puede ser recuperar para su propio espacio la conducción, pero es poco y nada lo que aporta al desarrollo de la organización, la participación y la calidad del debate político del movimiento estudiantil.
Crece de abajo y va para el frente
En conjunto, todos estos elementos nos muestran un avance de las expresiones políticas de las gestiones, con características distintas según la Facultad. Por ello y por los desafíos que tenemos es preciso continuar abonando a una real perspectiva de izquierda, antiburocrática, antipatriarcal, en la Universidad.
Los resultados electorales dan cuenta de la limitación de los partidos tradicionales (PO, PTS) para encarar esta tarea, sedimentando centros como cáscaras vacías que no hacen crecer el movimiento estudiantil tal como lo necesitamos. La política basada en el declaracionismo y la autoproclamación es estéril en pos de los objetivos que nos planteamos. De nada sirve escupir a mansalva pomposos pronunciamientos de los centros de estudiantes, que sólo persiguen la delimitación política, si no son reflejo de un debate real y el compromiso de todxs lxs compañerxs que cursamos día a día en la UBA.
Para nosotrxs, este escenario nos impone la necesidad de redoblar esfuerzos en pos de la construcción de un movimiento estudiantil crítico, participativo y combativo, centros de estudiantes que sean espacios abiertos de organización y lucha de todxs lxs estudiantes, sin que se reduzcan a las discusiones vacías, facciosas y autoproclamatorias entre quienes se dicen ser “su conducción”, en un momento de quietud y delegación, en el que tenemos que esforzarnos por recrear formas novedosas de involucramiento, ya sea mediante la participación directa como en espacios intermedios, en los espacios de gestión, consejerías de géneros y diversidad, etc.
Desde ya que tamaña tarea no la podemos abordar sin un marco de unidad en la lucha, relegando los objetivos particulares de autoconstrucción en pos de abonar al crecimiento de un movimiento estudiantil que exceda a las organizaciones y que golpee con un sólo puño. Ahora bien, esta unidad no se puede imponer a toda costa y en cualquier momento, no podemos relegar la independencia política ni del gobierno ni de la gestión, y menos aún podemos caer en acuerdos oportunistas sin ningún tipo de trabajo conjunto ni base programática común. Es por eso que seguiremos apostando a construir nuestra herramienta gremial durante todo el año, llenando de vida las comisiones, las asambleas y los espacios de base. Ahí seguiremos construyendo junto con lxs compañerxs, dando debates, buscando acuerdos más amplios que nos permitan avanzar en una construcción común. Porque los centros se construyen con lxs estudiantes, o no se construye nada. En la UBA hay una izquierda que, desde abajo, no para de crecer.