Causa ESMA: confirmaron las condenas contra Astiz, el “Tigre” Acosta y otros represores

La Cámara Federal de Casación Penal confirmó ayer las sentencias que los condenan a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), durante la última dictadura militar.
El tribunal, en un fallo de más de medio millar de páginas, calificó los hechos cometidos en el centro clandestino de detención más grande y emblemático de la dictadura como “crímenes de lesa humanidad” y desestimó planteos de nulidad, prescripción e inconstitucionalidad. Así, confirmó las condenas a prisión perpetua e inhabilitación absoluta y perpetua para Alfredo Astiz, Jorge «El Tigre» Acosta, Ricardo Cavallo, Antonio Pernías, Raúl Scheller, Jorge Radice, Adolfo Donda, Alberto González, Néstor Savio y Ernesto Frimón Weber; la condena a 25 años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua para Manuel  García Tallada y Juan Carlos Fotea; 20 años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua para Carlos Capdevilla; y 18 años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua para Juan Antonio Azic. Asimismo, revocó las absoluciones de Juan Carlos Rolón y Pablo Velasco.
En la causa seguida contra Acosta y Astiz, entre otros, se juzgaron multiplicidad de secuestros, torturas,  homicidios y aún apoderamiento de bienes, que tuvieron, entre otras víctimas, al escritor y periodista Rodolfo Walsh. El tribunal confirmó su asesinato a manos de oficiales de la Unidad de Tareas que funcionaba en la ex ESMA durante un operativo en el que formaron parte entre 25 y 30 personas. También, con invocación de la jurisprudencia de los tribunales internacionales, se reafirmó el carácter de lesa humanidad de la apropiación de bienes privados.  En el marco de estos hechos se confirmó la idea de que la expresión “traslado” utilizada en el plan ilegal constituía el destino fatal.
También se acreditaron los hechos conocidos como “Iglesia de la Santa Cruz”, ocurridos entre el 8 y 10 de diciembre de 1977, que damnificaron a familiares y allegados de desaparecidos que trabajaban en pos de su búsqueda. Entre ellos se encuentran las religiosas francesas Leonnie Henriette Duquet y Anne Marie Jeanne Domon.  Entre las víctimas también se encuentran las Madres fundadoras: Mary Bianco, Esther de Careaga y Azucena Villaflor de De Vicenti y Thelma Jara de Cabezas.