Un balance necesario: de los desafíos y tareas luego del Congreso de la FUBA

Por CAUCE UBA, Plan B y FEL
Los días 4, 5 y 6 de mayo se realizó un nuevo Congreso de la Federación Universitaria de Buenos Aires. En el marco de debates sobre los análisis que hacemos de la coyuntura, las tareas que identificamos para el movimiento estudiantil, y las formas que, entendemos, debe ir construyendo nuestra Federación para constituirse en una referencia para el conjunto de lxs estudiantes y expresión de nuestra organización y luchas cotidianas, el día sábado se desarrollaría la votación de las distintas mociones propuestas los días previos y la renovación de autoridades. Sin embargo, este año se presentó un nuevo intento de Franja Morada y del kirchnerismo de romper el Congreso, al no presentar sus delegadxs, imposibilitando que hubiera quorum para la elección de autoridades. Desde  CAUCE UBA, Plan B y el FEL entendemos que es necesario hacer un balance de lo que ha sido este Congreso: no sólo de este intento de las expresiones políticas que hoy gestionan la Universidad y las Facultades, sino, además, de la política que construimos cotidianamente desde la izquierda.
Acuerdos y desacuerdos de dos “enemigos íntimos”
Como sostenemos en otras declaraciones, la recuperación por parte de la izquierda de la conducción de la FUBA desde el 2001 no implicó que las fuerzas que se han conformado como camarillas en la Universidad perdieran incidencia y fuerza. En los últimos años, radicalismo y kirchnerismo han logrado, por un lado, mantener un caudal de votos nada desdeñable en las elecciones de centros de estudiantes que se realizan todos los años, y por otro, han tenido múltiples acercamientos a fin de procurar avanzar sobre los diversos frentes de izquierda que han estado en la presidencia de la FUBA sucesivamente. Pero lo grave aquí no es el ataque a la conducción en sí mismo. Esta disputa alrededor del lugar de la “conducción” hace a un desgaste continuo de la Federación como una herramienta gremial de lxs estudiantes. El acuerdo llevado a cabo por el Radicalismo y el Kirchnerismo en el ultimo congreso de la FUBA, no nos debe extrañar ya que en la UBA, a nivel directivo (contamos con un Rector kirchnerista, Hallú y un secretario general Radical, Mas Velez) es una práctica frecuente. Por eso, cuando hablamos de las deficiencias presupuestarias de la educación en general, y de la UBA en particular, no debemos olvidar la responsabilidad del gobierno nacional. Parece ser que la institucionalidad es un valor a levantar solo en las instituciones que ellos dirigen. Hace sólo dos años kirchnerismo y radicalismo intentaron armar un congreso paralelo para elegir autoridades de la FUBA. No tenían otro objetivo que producir un profundo debilitamiento de una instancia gremial con una potencialidad enorme, que es la de nuclear a lxs estudiantes de todas las facultades de la UBA. Subyace a este intento, una subestimación política de lo gremial como instancia que puede aglutinar a diferentes tendencias políticas en pos de una unidad que permita generar procesos organizativos y de lucha en torno de reivindicaciones comunes. Justamente, para este espectro político, los gremios funcionan como centros de servicios, que además reportan ingresos y poder de negociación. La única función política que desean imprimirle no es otra que la desmovilización y desalentar la participación de lxs estudiantes, impidiendo que se transformen en protagonistas de su propia acción política como movimiento estudiantil.
Nada más lejos de los centros y federaciones que buscamos construir. Nosotrxs apuntamos a una federación que pueda aglutinar intereses, demandas y luchas, y que pueda expresar la riqueza de la construcción cotidiana que los diferentes centros materializan cotidianamente. Pretender dividir una federación, es quitarle justamente esa potencialidad.
Por eso consideramos que la ausencia de lxs delegadxs de la Franja y la Cámpora no es aislada ni azarosa. Se inscribe en la política de deslegitimación y ataque a la Federación, cuando sus definiciones y rumbos se alejan de sus propias definiciones políticas. Esto nos exige a quienes día a día apostamos a fortalecer los centros de estudiantes y queremos construir una FUBA que esté a la altura de los desafíos del movimiento estudiantil, no sólo un repudio decidido sino además el desafío de unirnos para defender juntxs la Federación.
Unidad para defender, unidad para construir
Entendemos que la capacidad de hacer balances críticos de las diferentes instancias que nos damos como movimiento estudiantil constituye un aporte al avance de nuestras prácticas, de nuestra organización y, por ende, tiene la potencia de redundar en una mayor capacidad de intervención en la realidad para transformar nuestra educación. Cabe preguntarnos de qué forma venimos construyendo los congresos de nuestra federación y de qué modo hemos construido el de este año. Como sucede en otras instancias organizativas, este congreso ha repetido prácticas políticas que entendemos perjudiciales no sólo para que estos espacios puedan contener a todxs lxs compañerxs de las facultades que queramos participar, estemos agrupadxs o no, sino además, para trascender las lógicas de la autoconstrucción y la acumulación política propia en detrimento de las definiciones y medidas que entendemos un gremio debe asumir. Defender la Federación implica fortalecerla, y su fuerza no puede devenir más que de la capacidad que desarrolle para expresar y aglutinar a lxs compañerxs que día a día nos disponemos a construir desde los centros de estudiantes, apuntalando en la necesidad de constituirse como una referencia general para todxs lxs estudiantes de la Universidad. Como en cualquier otro gremio, en la FUBA participamos agrupaciones y compañerxs que expresamos diferentes tendencias políticas, pero lejos de buscar el predominio de la propia sobre otra, a costa de tensionar, dividir, realizar críticas destructivas al resto, debemos poder construir sobre esas diferencias y abandonar todo sectarismo y política de acumulación propia (por encima de cualquier intento de construcción colectiva), para dejar de tirar al molino propio y pensar las formas en que la instancia gremial pueda crecer y acumular a partir de nuestro gremio, la FUBA.
La única conjura a las amenazas de estas eventuales alianzas entre el kirchnerismo y la Franja pasa por fortalecernos desde la unidad y desde la participación amplia y activa del conjunto de lxs estudiantes. Y sólo así, entendemos, podremos salir a dar las luchas con la certeza de que disponemos de toda nuestra fuerza para ganarlas.
Por eso apoyaremos todas las iniciativas unitarias que podamos construir para seguir defendiendo la legitimidad de nuestra herramienta gremial, porque es momento de seguir dando pasos adelante en su construcción, y nos oponemos a cualquier intento regresivo sobre ésta.
De este Congreso nos hemos ido con un plan de lucha votado de forma unánime entre diferentes agrupaciones y compañerxs, apostamos a desarrollarlo y fortalecerlo desde las bases y con la unidad responsable, que la izquierda debe ponerse como desafío consolidar.
¡Seamos protagonistas en la construcción de una FUBA colectiva y combativa, que luche por una educación pública, gratuita y de calidad!
·         Vamos por el boleto educativo en el marco de una Jornada Nacional de Lucha por la Educación Pública, con movilización a Plaza de Mayo
·         Por mayor presupuesto para la educación.
·         Derogación de la LES

2 Comentarios

  • esto es cualquier cosa…

    hasta hace unos días, plan b estaba con la mella formando «las juntadas», ahora su logo desapareció de todas «las juntadas» y aparece con estos

    cauce?? el año pasado salio a putear a la fuba, son unos esquizofrenicos, tienen lo peor de la «izquierda independiente» y lo peor del trotskismo

    y el fel… lo único que faltaba, anarquistas que apoyan las prácticas estalinas del po y la mella

    cada vez peor la «izquierda» de la uba, votás una cosa y a los 6 meses tenés que se fueron del frente, que cambiaron sus posiciones, que se volvieron locos… cualquier cosa

  • Daria dice:

    algo para decir sobre el posicionamiento o sólo un rastreo «histórico» de quién estuvo con quién?

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