AMIA: 15 Años

Hace 15 años, una camioneta Traffic blanca cargada de explosivos se incrustaba contra el edificio de la AMIA, ocasionando la muerte de 85 personas; al día de hoy, los culpables siguen sueltos, y la memoria del pueblo argentino continúa manchada por la impunidad.

El atentado a la AMIA no fue, como se dice, un ataque a la comunidad judía: fue un ataque contra la comunidad argentina en su totalidad, que simbolizó las vicisitudes que significan vivir en un país con dirigentes corruptos que no dudan, vendidos a intereses perversos y externos, en permitir que se perpetren agresiones contra la misma ciudadanía a la que dicen representar y defender.

El mayor ataque terrorista de la historia argentina no hubiera sido posible sin un Menem que estuviera metido hasta las manos en todos y cada uno de los negocios sucios de un país que al tener más poder adquisitivo decidió mirar para otro lado, sin un sistema policial corrupto hasta la médula que no investigó correctamente el atentado a la Embajada de Israel perpetrado dos años atrás y con más interés en cometer ilícitos que en impedirlos. Pero el ataque a la AMIA volvió a suceder una y otra vez durante estos 15 años, y sigue sucediendo: con el Juez Galeano, el encargado de llevar adelante la causa, arruinando evidencias y sobornando testigos, con el Fino Palacios (a quien se señala como responsable de encubrimientos y de poner palos en la rueda a la investigación) nombrado como Jefe de la Policía Metropolitana por Mauricio Macri… lo de la AMIA sigue pasando ahora.

Y el mayor error es creer que fue contra la comunidad judía: fue contra todos nosotros, fue un aviso para los que mueven las marionetas del mundo de que acá hay piedra libre para hacer lo que se les dé la gana, poner bombas, secuestrar gente, prostituir chicos, convertir a los pibes en zombies con la droga, lo que quieran, en Argentina se puede. Desde JuventudInformada, esperamos que se termine la impunidad, en este caso y en todos los demás, para que podamos empezar a construir un país desde la base de la igualdad social y de una memoria que sea honrada castigando a los culpables del pasado y borrando las injusticias del presente.