El Debate, con una Visión Jóven

Ayer fue un día que seguramente será recordado como uno de los más tristes en la historia de la cultura artística argentina, no solamente porque perdimos a un genio como Fernando Peña (desde aquí recordamos especialmente a los personajes Orestes Porelorti y Martín Revoira Lynch) sino porque también le dijo adiós a este mundo el cineasta Alejandro Doria (creador de frases célebres como «¿Sabés lo que tenían para comer?, tres empanadas» o «le inflaron el booombo…le llenaron la cocina de huuumo»).

Pero los apasionados por la política nos olvidamos por un rato de ambas tragedias porque minutos después de la eliminación del Palmeiras de la Copa Libertadores de América (en manos de Nacional de Montevideo), la cadena TN, a través de su programa «A dos voces», transmitió el debate entre los cuatro candidatos a diputados por la Ciudad de Buenos Aires mejor ranqueados en las encuestas.

Los mismos -para algún desprevenido- son Gabriela Michetti (Unión Pro), Alfonso Prat-Gay (Acuerdo Cívico y Social), Pino Solanas (Proyecto Sur) y Carlos Heller (Encuentro Popular para la Victoria). Todos estos acompañados por una innumerable cantidad de personajes y caripelas de sus distintos espacios/alianzas/partidos, entre los más destacados Horacio Rodríguez Larreta y Francisco De Narvaez (PRO), Daniel Filmus y Rafael Bielsa (K´s), Enrique Olivera y Patricia «me tomo un tubito de vino y manejo igual» Bullrich (ACyS). Obviamente con la moderación de dos de los periodistas más autobomberos de la TV, Bonelli y el gato Sylvestre.

En el comienzo pudimos ver a una Michetti raramente nerviosa, con cara de susto y voz titilante, un Prat-Gay muy tieso, al que no se le movía un músculo de la cara y a un Heller con problemas de redondeo. Solanas se mostró algo más cómodo. Luego de la presentación de cada candidato llegó el turno de debatir sobre el proyecto de país, en esa discusión se vio claramente los problemas que tiene Prat-Gay para tratar de despegarse del neoliberalismo y la lejanía en la formación de Michetti respecto de los otros tres contendientes. Pino intentó sin éxito incomodar a Heller, que claramente fue el ganador de ese round al arrinconar a Michetti (que sin respuesta tuvo que recurrir a «los jueces» para que cambien de tema).

Vino el corte comercial y se trató el «proyecto de ciudad», y con esto un aluvión de críticas al gobierno de Macri, que subejecución de los presupuestos de educación y salud, que promesas incumplidas… En este bloque Pino no incidió como quizás hubiese querido, mientras Prat-Gay se mostró un poco más sólido y Heller por momentos gracioso (hizo el mejor comentario de la noche al denunciar que Macri -en su gestión xeneize- contrató un montón de arquitectos e ingenieros para construir un Museo que «es sólo pasar algunos videos y colgar un par de remeras»). Michetti no tuvo respuesta para la mayor parte de los reclamos pero a esa altura ya se mostraba más relajada y cómoda.

A esta altura la pobreza del intercambio de ideas obligaba al zapping para recordar alguno de los mejores momentos de Peña en la televisión.

En el tercer bloque el tema fue seguridad. En ese momento quedó claro que candidatos representan un pensamieto de izquierda y cuáles uno de derecha. Tanto Heller como Solanas vincularon el problema a la falta de empleo y educación, sosteniendo que la solución al problema de inseguridad es de fondo y a través de mejoras en esas áreas. Por su parte Michetti y Prat-Gay propusieron diversas formas de fortalecer las fuerzas de seguridad y las sanciones a quienes cometan faltas. Fue el candidato que responde a Carrió quién tuvo algunas de las frases más desafortunadas cuándo aseguro que «el hecho que se crearon cuatro millones de puestos de trabajo desde el 2003 no afecta al tema inseguridad» y que «el modelo de generar trabajo ya está agotado».

Para terminar cada uno de los postulantes tuvo sus minutos de cierre, arrancó Michetti (un poco acelerada) con el discurso conciliador de moda, seguida por un tranquilo Prat-Gay (con muchos palos a todos, especialmente a Michetti, «¿Gabriela, que no le pudo decir que no a Macri, va a pelear contra el PJ bonaerense?»). Heller apostó a repasar indirectamente los logros de la gestión K (ver propaganda del dominó) y -como en todo el debate- no supo manejar bien el tiempo disponible. Solanas por su parte remarcó la importancia de los recursos naturales, especialmente el petróleo y el gas, disparó contra Prat-Gay y finalizó dirigiendose a la juventud e invitando a la gente a fiscalizar la elección.

Podemos concluir de todo esto que fue uno de los debates más pobres desde hace tiempo, sin grandes momentos para recordar (como la autopista ribereña de Filmus o la negativa de Zamora de darle la mano a Macri), con un Pino acusador pero que no logró que los demás entren en su juego, un Prat-Gay muy tranquilo y medido pero que en algunos momentos pisó el palito y mostró su lado más nefasto, un Carlos Heller -para nosotros quien mejor desempeño tuvo- con mucha cancha, que supo medir cuando atacar y cuando debatir con temas de fondo, pero con problemas para resumir y que no se hizo cargo de los ataques contra los K y una Gabriela Michetti muy nerviosa al principio, más tranquila pero igual de acelerada en la segunda mitad, y demostrando que sus formas cálidas y su lenguaje simple son muy rendidores en los spots pero hacen agua mano a mano con personas realmente capacitadas para estos trotes.

El final de la emisión no hizo más que confirmar que el miércoles 17 de junio del 2009 será solamente recordado por la perdida de dos genios y no por ser un día donde grandes cuadros políticos discutieron el futuro de nuestro país.